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La ciudad de San Miguel de Tucumán fue escenario de un caso de abuso sexual que involucra a cinco policías, quienes al momento del hecho se desempeñaban en la comisaría 4ª; de los acusados, cuatro ya fueron apresados y el quinto es buscado.
Según la denuncia, los efectivos detuvieron a una mujer trans de 21 años a raíz de una contravención; tras llevarla a la dependencia policial, los uniformados la metieron en una habitación y la sometieron sexualmente de forma salvaje.
La historia prosiguió minutos después, cuando los policías encerraron a la víctima en una celda junto a otros presos, que también la violaron. Y para cerrar una historia de humillaciones, al otro día los agentes la obligaron a limpiar la comisaría.
Una vez que logró escapar de la dependencia policial, la mujer trans se dirigió al hospital Centro de Salud, en donde radicó la denuncia; desde allí se dirigió a Tribunales y luego fue sometió a análisis físicos para certificar el múltiple abuso.
De todos modos, los policías se movieron para evitar problemas legales y convencieron a la víctima de que no hiciera la denuncia; para eso aprovecharon sus limitaciones -es una persona semianalfabeta- y la hicieron firmar un papel en el que decía que todo lo que había contado era mentira, según detalla La Gaceta.
Sin embargo, la estrategia se desmoronó cuando la joven de 21 años le detalló a otra trans toda la pesadilla que había vivido en la comisaría y esta persona la convenció de que denunciara todo en la filial local del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), desde donde se gestionó la intervención de las autoridades del Ministerio de Seguridad.
A partir de esa intervención se logró que actuaran las autoridades, quienes procedieron a detener a los acusados y esperan apresar al que falta.