Para que el turismo en Salta no cierre este año con números en rojo, gobiernos y empresarios deberán salir a buscar a visitantes que ocupen hoteles, consuman servicios y compren regalos. El año no pinta tan bien como el sector quisiera, pero será peor si se queda de brazos cruzados. Con algunos matices, todos -tanto en los privados como en el ámbito estatal- están de acuerdo en que el resultado anual depende de ellos mismos.
Un punto a favor fue lo que sucedió en Semana Santa. Hoteleros y Gobiernos provincial y municipal coincidieron en que la ocupación estuvo prácticamente en el 100 por ciento y que ese porcentaje se mantuvo durante tres de los seis días de ese fin de semana extralargo. La estimación que hicieron entre ambas partes eleva a más de 41.000 las personas que llegaron a Salta, hicieron base y recorrieron la ciudad, y después optaron por un circuito en localidades cercanas o llegaron incluso a Cafayate, Cachi o la Quebrada de Humahuaca, en Jujuy.
Pero la contrapartida de estos días “pico” no es menos importante.
En enero, los más optimistas dicen que la recepción de visitantes fue similar a la de 2012. Para otros más críticos, los números de arribos fueron más bajos que los de un año atrás. Y las reservas para la temporada alta del invierno 2013, que a esta altura del año ya suelen estar en marcha y muchas de ellas confirmadas, aún están en veremos. Varios llamados a hoteles, algunas reservas, pero pocas confirmaciones y cancelaciones.
“Este año hay que salir a buscar al turista”. La frase del presidente de la Cámara de Turismo, Carlos Rodríguez Alzola, trasluce tanto optimismo como tarea para hacer si el sector quiere tener un buen año. “Depende de las promociones que se lleven a cabo; si nos tiramos a llorar el turismo se va a caer, en cambio si buscamos al turista, va a venir”, añadió.
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Para que el turismo en Salta no cierre este año con números en rojo, gobiernos y empresarios deberán salir a buscar a visitantes que ocupen hoteles, consuman servicios y compren regalos. El año no pinta tan bien como el sector quisiera, pero será peor si se queda de brazos cruzados. Con algunos matices, todos -tanto en los privados como en el ámbito estatal- están de acuerdo en que el resultado anual depende de ellos mismos.
Un punto a favor fue lo que sucedió en Semana Santa. Hoteleros y Gobiernos provincial y municipal coincidieron en que la ocupación estuvo prácticamente en el 100 por ciento y que ese porcentaje se mantuvo durante tres de los seis días de ese fin de semana extralargo. La estimación que hicieron entre ambas partes eleva a más de 41.000 las personas que llegaron a Salta, hicieron base y recorrieron la ciudad, y después optaron por un circuito en localidades cercanas o llegaron incluso a Cafayate, Cachi o la Quebrada de Humahuaca, en Jujuy.
Pero la contrapartida de estos días “pico” no es menos importante.
En enero, los más optimistas dicen que la recepción de visitantes fue similar a la de 2012. Para otros más críticos, los números de arribos fueron más bajos que los de un año atrás. Y las reservas para la temporada alta del invierno 2013, que a esta altura del año ya suelen estar en marcha y muchas de ellas confirmadas, aún están en veremos. Varios llamados a hoteles, algunas reservas, pero pocas confirmaciones y cancelaciones.
“Este año hay que salir a buscar al turista”. La frase del presidente de la Cámara de Turismo, Carlos Rodríguez Alzola, trasluce tanto optimismo como tarea para hacer si el sector quiere tener un buen año. “Depende de las promociones que se lleven a cabo; si nos tiramos a llorar el turismo se va a caer, en cambio si buscamos al turista, va a venir”, añadió.
Panorama ensombrecido
En el sector turístico pocos quieren hablar de que la cosa no está bien. La mayoría son reticentes y solo admiten que hay luces de alerta. Algunos datos muestran un panorama no tan claro.
Por ejemplo, la crisis en la eurozona impactó en la llegada de extranjeros a Salta, pese a ser una plaza con un fuerte rasgo cultural e histórico que despierta la curiosidad de los europeos.
El economista y consultor Harald Roy lo describió a partir del contexto nacional. En 2012 llegaron al país 2,5 millones de extranjeros que dejaron 3.095 millones de dólares, según el Indec y la consultora Ecolatina. En relación con 2011 esas visitas cayeron 4,6% y en dinero la baja llegó al 13%.
Como contrapartida, el año pasado la salida de argentinos al exterior creció 12,8% con respecto a 2011. Viajaron 2,4 millones que gastaron 3.185 millones de dólares fronteras afuera. “Esto claramente muestra un desequilibrio en la balanza del turismo que fue negativa para el país”, explicó.
En Salta también se notó que disminuyó la cantidad de extranjeros que eligieron esta tierra para pasear, y aunque no está cuantificada, empresarios hoteleros y gastronómicos admiten que cada vez ven menos españoles, suizos, israelíes, ingleses y franceses.
A nivel país el turista de otros continentes fue reemplazado, en parte, por los brasileños. Sin embargo, por problemas de conectividad (no hay vuelos directos y las rutas no están en las mejores condiciones), los cariocas aún no eligen a Salta y prefieren lugares donde pueden conocer, por ejemplo, la nieve, como Bariloche y Mendoza, durante la época invernal.
Roy señaló que la contrapartida de esta retracción también se observa en una caída en el nivel de confianza de los empresarios salteños del turismo. Del 75% medido en marzo de 2011, el promedio anualizado de la confianza empresaria bajó al 62% según la medición realizada el mes anterior.
Desde el sector gastronómico, Tupac Puggioni -propietario de un local en el corredor Balcarce- observó que “la situación económica está más que complicada”. Y aseguró que en esa zona turística de la capital “hubo un bajón que es preocupante”. Estimó que en su local la actividad se retrajo, por lo menos, un 20 por ciento en un año “y ya el año pasado había sido duro”.
El encargado de un hotel que depende de un gremio, que pidió no dar su nombre, también encendió una luz de alerta: “Lo nuestro es muy particular porque está direccionado al turismo social, pero de todos modos tenemos una sensible baja en el hotel, sobre todo de clientes del Litoral, Entre Ríos, Chaco y Córdoba”. E insistió: “Antes, a esta altura del año ya teníamos reservas segura al menos hasta septiembre u octubre; ahora no es segura, preguntan y bloquean la reserva, pero no la señan ni la congelan”.
Apuesta
En un punto coinciden todos: promocionar Salta, generar ofertas (como el 30% off al que adhirieron ya 50 hoteles) y diversificar los productos locales con circuitos, espectáculos y el turismo de congresos, son claves para atraer más visitantes. “Tenemos confianza que estamos haciendo bien las cosas; a pesar de la crisis no creo que sea peor que el año pasado”, se esperanzó Rodríguez Alzola.
Los “findes” no equiparan a la temporada alta
En la temporada turística alta “tenías 20 días que trabajabas como un sábado -que es el día que más actividad gastronómica hay-. Ahora ya no hay temporada porque se concentra en los fines de semana largos, pero estos no lograron equiparar lo que era antes”. Tupac Puggioni, uno de los empresarios del corredor Balcarce, sostuvo que “es preocupante” la situación que se vive en ese sector de la ciudad. Además, aseguró que por la caída del consumo, “los gastronómicos no logramos cubrir los costos”.
Consideró que los fines de semana largos “distribuyen el turismo más equitativamente” favoreciendo al interior. “Antes durante el verano la costa atlántica concentraba a toda la gente porque se iban a Mar del Plata todas sus vacaciones; ahora con los fines de semana largo, la gente se va a Mar del Plata seis días, a Salta cinco días, etc.”, remarcó.
Puggioni advirtió que “hay una caída fuerte del consumo. Por ejemplo, antes una familia consumía por 400 pesos, y hoy consume por $200; o salían y tomaban un buen vino con la comida y ahora optan por una gaseosa y una cerveza, que es más económico”.