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Laura Alonso es diputada nacional por el PRO. En diálogo con El Tribuno, aportó su punto de vista sobre el polémico rol de legisladores y la presión de gobernadores en el Congreso.
¿Esperaba una sesión escandalosa como la del miércoles en Diputados?
Nosotros sabíamos que había una intencionalidad política del oficialismo para “pudrir” la sesión, porque entendíamos que no tenían los votos suficientes para la aprobación de algunos artículos. Ese entendimiento, se confirmó cuando el presidente de la Cámara, Julián Domínguez, habló individualmente con los presidentes de algunos bloques explicándoles que se iba a hacer una sola votación.
El papel de algunos legisladores dejó mucho que desear...
Cuando uno ve el comportamiento de algunos diputados nacionales y que se sabe que son defensores de la legalidad y la Constitución, pero después hacen caso omiso al látigo de la Presidenta, se preocupa mucho. Porque es demasiado “doble estandar”, sobre lo que se dice en las provincias, lo que dicen los gobernadores y luego lo que votan sus diputados nacionales.
¿Usted entiende que hay presiones de gobernadores y el Poder Ejecutivo por el voto de los legisladores?
Sí, por supuesto. La lealtad del diputado que va en una lista cuando es oficialista no es lamentablemente ni a la Constitución ni al pueblo de la provincia. La lealtad es al gobernador. Y la verdad que cuando hablan los diputados hablan como si fuesen representantes del gobernador. Entonces es muy sorprendente que cuando hablan algunos gobernadores y tienen ciertos estándares y se presentan como defensores de la legalidad o respetuosos del mercado o del desarrollo empresarial, después mandan a sus diputados a votar la estatización de YPF, mandan a votar el acuerdo con Irán o los mandan a votar la suma del poder público como sucedió este miércoles.
¿Le pareció positiva la campaña de las ONG que puso su atención en la definición de los doce diputados que no habían hecho público su posicionamiento?
Es muy interesante lo que pasó esta semana cuando un grupo de ONG comenzaron a demandar explicaciones respecto de su voto a doce legisladores por su posición. Yo espero que para las próximas votaciones nos demanden explicaciones a todos. Y que se sepa, antes y después, qué va a votar cada uno. Así la ciudadanía va a tener información sobre qué vota en octubre. Sino nos seguimos “comiendo el chamuyo” que hacen algunos en sus distritos. Después cuando uno compara y ve lo que vota es la cara del monstruo.
Entre esos doce diputados que habían señalado las ONG como “indecisos” había tres salteños: Wayar, Fiore y Olmedo... ¿Había expectativas frente al accionar de estos legisladores?
Yo no confiaba en ninguno de los tres, porque en realidad son todos apéndices del gobierno salteño. No tienen ningún tipo de independencia ni criterio propio. No funcionan como funcionan los senadores salteños. Es completamente distinta la situación. Y eso se refleja en los votos. Por eso es muy importante la discusión que se ha dado esta semana, para la ciudadanía fundamentalmente, porque hay que empezar a juzgar a los gobernadores, diputados y senadores, no por lo que dicen en la provincia sino por lo que votan en el Congreso.
La semana pasada trascendió en el círculo de Fiore que Urtubey había dado instrucciones de votar por la reforma...
Lo que pasa es que hay situaciones muy complicadas en algunos distritos. Algunas personas son electas supuestamente por partidos opositores y terminan siendo aliados del oficialismo provincial. De alguna manera son funcionales a simular determinada competencia electoral en la provincia, cuando son satélites de la voluntad del gobernador.
¿En este caso usted entiende que el posicionamiento de los gobernadores tendrá que ver con convicciones o con un miedo a no recibir los fondos suficientes para su distrito?
Yo creo que tiene que ver con el segundo aspecto. Hay un manejo del látigo fiscal y látigo parlamentario de la Presidenta que está muy unido. La Presidenta tiene la chequera en la Rosada y habilita o no habilita los cheques de acuerdo a cómo votan los legisladores. Entonces, la verdad que la representación del pueblo está totalmente viciada porque está mediatizada por el poder del dinero que tiene la Presidenta. En la política argentina, el kirchnerismo hizo cierta la frase de Jacobo Winograd: porque hoy billetara mata galán.
En este marco político, ¿pierden relevancia nacional dirigentes políticos que se alinean con el Ejecutivo, como el caso de Urtubey?
Yo, la sensación que tengo es que todos los señores que rodean en primer, segundo y tercer círculo a la Presidenta son empleados. Entonces lo que no hay es liderazgo dentro del kirchnerismo. Salvo el de Cristina. El resto agacha la cabeza sin cuestionar.