¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
10 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Gimnasia y Tiro ganó con una Chanchada

Sabado, 18 de mayo de 2013 22:35
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Gimnasia y Tiro es así. Sorprende, desconcierta y deja atónito a más de uno. Por su propia irregularidad muestra dos versiones contrapuestas cuando juega en Salta o cuando debe defender el celeste y blanco en otras latitudes. La opaquez, la falta de confianza, el nerviosismo y, sobre todo, las anemias defensivas, tienden a desaparecer cuando el albo debe jugarse en condición de visitante. Así pasó ayer en el Jardín de La República, donde el albo se impuso por 1 a 0 a San Martín con un bombazo sorprendente de Leandro Zárate desde 40 metros en la agonía del juego. Pero la pasó mal en el comienzo, porque al minuto, el juez Francisco Acosta vio un dudoso penal de Plaza a Balvorín en el área millonaria y no dudó en sancionar. El mismo 9 ejecutó la pena y su remate estrelló el caño izquierdo de Perelman, que había elegido el otro palo.

 El yerro tucumano del amanecer del juego confabuló contra la estructura anímica de un San Martín que arrancó como una furia y terminó diluyéndose con el correr de los minutos. Y mientras los de Riggio proponían carácter y lucha, al juego le faltaba vértigo y emoción, a tal punto que se contabilizaron apenas dos remates al arco en toda la primera etapa. Pero Gimnasia se soltó en el complemento, aceitó más su juego y se empezó a adueñar del medio.

Se soltó Vezzani, se animó Burgos, se contagió Chaves y apareció el equipo. Pero cuando todo hacía presagiar un empate, en el segundo minuto de adición el peso de una individualidad inclinó la balanza a favor del equipo que más intentó: Zárate recibió de espaldas, la durmió con jerarquía, dio media vuelta y ensayó un cañonazo con furia desde 40 metros, aprovechando el adelanto y la distracción del “uno” Ojeda: un golazo, mixtura de viveza criolla, potencia y gran riqueza técnica para estampar la agónica victoria del albo, un disparo con silenciador al corazón de toda La Ciudadela.

 

 La “dulce venganza” de un exdecano

Desde que salió a la cancha, la hostilidad colectiva del público de San Martín lo castigó sin piedad. Luego, con el placer del cual gozan los dioses, disfrutó de su dulce venganza en un terreno que le es muy conocido. Leandro Zárate pisó La Ciudadela condenado por toda la hinchada ciruja por el simple hecho de que su pasado lo vincula con Atlético Tucumán. Por tal motivo, el público se la agarró con él. Desde los cuatro costados se escuchaba el murmullo cada vez que la Chancha agarraba la pelota. Y cada vez que se acercó a la línea de cal fue víctima de todos los proyectiles.

Pero la venganza del jugador fue muy bien planeada, con libreto estratégico. Llegó sobre el final, como un baldazo de agua fría, con el golazo casi desde mitad de cancha que partió a la mitad de Tucumán. La hinchada se quedó muda. Coincidente con la remontada de San Jorge en el Martearena, el gol de La Chancha dejó a San Martín afuera de los cinco mejores. Y Zárate se lo gritó a toda la platea, descargando toda su furia.

“Fue un lindo gol y lo disfruto porque el equipo dejó todo. Eso es más importante que todo. Lo disfruté de una manera especial, por todo lo que me insultaron durante todo el partido, sin cansancio. Además, me hacía falta porque hacía bastante tiempo que no se me daba la oportunidad de convertir. Ahora tengo toda la fe puesta en el miércoles, estoy convencido de que jugando así vamos a pelear por ese gran objetivo”, le dijo el gran vengador, Leandro Zárate, a El Tribuno tras la victoria del albo, que enmudeció La Ciudadela.
 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD