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El arte contemporáneo se caracteriza por la libertad con la que se expresa, y hacia eso apuntan las bailarinas y profesoras Candela García Schwarcz y Ana Alcázar cuando lanzaron Candana, un proyecto donde “Clásicos en danza” fue la primera obra presentada.
Es importante hacer aquí un paréntesis sobre el innovador planteo de las profesionales. Ambas unieron sus conocimientos y experiencia para conformar una compañía de danza que incluye a bailarines jóvenes, todos salteños.
“La idea es hacer nuevas propuestas; presentamos un espacio abierto donde los coreógrafos y artistas puedan presentar sus trabajos”, explican a El Tribuno.
Sobre la base de la danza contemporánea se fusiona el jazz, el clásico o neoclásico en una intención de presentar al espectador opciones arriesgadas y no tradicionales.
Candela y Ana realizaron hasta ahora dos audiciones: una en febrero en la que seleccionaron 14 chicos jóvenes bailarines y una segunda este mes en la que quedaron seis chicos más. La primera puesta en escena, Clásicos en danza, fue inspirada en la mujer y elenco fue casi íntegramente femenino con un solo bailarín invitado, que forma parte del Ballet de la Provincia.
La nueva propuesta
Candela y Ana cuentan que ahora están preparando la obra Giselle en rock, “que busca presentar contrastes con una particular mezcla musical”.
La presentación está prevista para octubre y cuenta con la incorporación del músico Martín Molins, “quien está transformando la música de este clásico ”, agregan
Giselle, del compositor francés Adolphe Charles Adam, es una de las más bellas piezas de la época clásica y romántica que, pese a tener ya 172 años, conmueve al público como pocas obras. Espectros de hermosas jóvenes bailan en las noches de luna llena con sus trajes de novia, coronadas de flores, y castigan a los hombres que las abandonaron forzándolos a bailar hasta caer muertos. Su mensaje pertenece a todas las épocas, porque subraya que el amor es más fuerte.
“Lo nuestro es una versión siglo XXI de un clásico, un estilo que en el primer mundo se presenta hace mucho tiempo y aquí recién se están incorporando”, explican al respecto.
Y agregan: “Giselle es muy naif, la imagen de la mujer etérea. En nuestra obra le damos una vuelta con escenas en un bar y la incorporación de los willis, vampiros de la mitología eslava, que se introducen en la historia con el objetivo de mostrar una mujer actual”.
La compañía de trabajo
El cuerpo de bailarines junto a sus profesoras y coreógrafas, tiene el espíritu de incorporar creatividad y novedad.
“Se trata de trabajar desde otro lugar, y por ello la compañía está abierta a los artistas que tengan ideas novedosas que se analizan y evalúan”, explican Ana, española residente en la provincia, y la salteña Candela.
Y ponen el acento en que el Fondo de las Artes subsidia este proyecto de forma importante, “porque el gasto mayor está en el vestuario, la escenografía, la composición musical, entre otros detalles”.
La compañía es semiprofesional, está integrada por bailarines desde los 14 años de edad que estudian, otros ya se recibieron o siguen carreras universitarias.
“Es verdadero amor al arte; es una oportunidad para comenzar a trabajar profesionalmente y el objetivo de una obra profesional es el disfrute y desarrollarnos como artistas”, resumen.
“Con el apoyo de la Casa de la Cultura, donde se presentará la obra, tenemos la intención de salir de gira al interior, porque la finalidad es acercar el ballet con elementos de la modernidad y de la cultura joven”, agregan. En este trabajo cuentan, además del músico, con Yanina Décima como diseñadora de vestuario y el cineasta Eduardo Agero, quien incorpora proyecciones sobre telas en diferentes planos.