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Porque el show de Freddie Mercury, indefectiblemente, debe continuar

Jueves, 08 de agosto de 2013 02:10
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La nostalgia es la manera que tenemos los seres humanos de volver al pasado afectivamente. Esa selección de recuerdos está completamente influenciada por nuestras emociones y la música suele regalarnos a menudo esos boletos de vuelta al pasado añorado. Esta noche, los amantes de Queen y de Freddie Mercury tendrán la oportunidad de subirse a ese tren gracias al fenómeno de Dios Salve a la Reina. La banda tributo más elogiada del mundo ofrecerá al público salteño la fantasía de revivir el mítico concierto de Wembley, que los músicos británicos brindaron en 1986. El “túnel del tiempo” se abrirá, a las 22, en el Teatro del Huerto (Pueyrredón 175).

Los responsables de este viaje serán Pablo Padín (voz y piano), Francisco Calgaro (guitarra, teclados y coros), Matías Albornoz (batería y coros) y Ezequiel Tibaldo (bajo), cuatro rosarinos que desde 1998 vienen perfeccionando su espectáculo tributo a Queen al punto de haberse convertido en la banda que mejor recrea la magia del grupo británico, respetando la escena, los sonidos y los arreglos originales de cada una de las canciones.

Matías Albornoz, el “Roger Taylor” de la banda tributo, le contó a El Tribuno detalles del concierto que darán esta noche: “El de Wembley es uno de los shows más emblemáticos de Queen. Se hizo en la Gira Mágica de 1986. Nosotros estamos reproduciendo la misma presentación, siguiendo el mismo set list, el mismo vestuario. Además, incluimos una puesta de luces importante. En síntesis: tratamos de hacer lo mismo que hizo Queen aquella vez”.

Con instrumentos clonados de los originales, los rosarinos recorren durante casi dos horas llenas de emoción éxitos como Bohemian rhapsody y We are the champions. De esta manera, el público salteño que no tuvo el privilegio de formar parte del puñado de miles que pudieron asistir a la presentación de Queen en el Estadio de Vélez, en 1981, podrá darse el gusto de recordar y volver a disfrutar en vivo la música inmortal de Freddie, May, Taylor y Jhon Dicon.

Sentado a la batería, Albornoz emula a Roger Taylor. Y toma todos los recaudos para que la similitud sea casi indiscutible: “Todos buscamos parecernos a los músicos de Queen en nuestros diferentes roles. En mi caso, llevo el pelo teñido de rubio, porque el baterista original era rubio. Igual Francisco Calgaro, que cumple el rol de Brian May: tiene un gran parecido. Está todo trabajado para que la gente que nos ve arriba del escenario tenga la ilusión de que está reviviendo a la banda original”.

Para el batero de Dios Salve a la Reina, es evidente la ausencia de bandas actuales que movilicen a la gente como lo hicieron grandes formaciones como Queen, Los Beatles o Pink Floyd. “Cuando uno reproduce esa música y es capaz de transportar a la gente a aquella época, el público lo disfruta muchísimo desde la nostalgia. Es un buen recurso para recuperar un pasado de felicidad”, sostuvo el músico.

Sobre los escollos a la hora de intentar reproducir un éxito como Queen, Albornoz confesó: “Lo más difícil de ser una banda tributo es tratar de representar al original en toda su complejidad y con absoluto respeto. Tratamos de transmitir la energía que ellos tenían en vivo”.

Otro desafío grande para los rosarinos fue conquistar a los seguidores de la banda británica que -como corresponde a todo fan- tienen la mirada bastante afilada con respecto a los imitadores de sus ídolos. “Los seguidores de cualquier banda que genere este índice de fanatismo pueden reconocer hasta la más mínima diferencia. Nosotros, para conquistar a ese público, tuvimos que trabajar todos los detalles”, contó Albornoz.

Dios Salve a la Reina dejó de ser un proyecto de entrecasa para convertirse en una banda de las grandes ligas cuando, en 2003, los argentinos ganaron un concurso de bandas cuyo premio principal era un viaje para tocar en Liverpool. “Al año siguiente hicimos nuestro desembarco en Europa. Creo que a partir de ahí comenzamos a tomar esto como un trabajo profesional”, relató “Taylor”.

La música nos narra y es el condimento ideal para avivar el fuego de esa nostalgia con la que transamos tantas veces, a cambio de un traguito de felicidad. Esta noche, la ronda va por cuenta de Queen.

La bendición de Brian

En 2004, en Liverpool, los músicos de Dios Salve a la Reina tuvieron la oportunidad de conocer a Brian May, el guitarrista de Queen. “El estaba al tanto de lo que nosotros hacíamos y nos dijo que le parecía fantástico. De alguna manera sentimos que teníamos el visto bueno de la banda original”, contó Albornoz. Y en un viaje a Suiza conocieron a la madre y a la hermana de Freddie.

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