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Estados Unidos, Irán y Latinoamérica

Viernes, 09 de agosto de 2013 02:24
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El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo esta semana que reevaluará un informe reciente en el que minimizó los vínculos de Irán con el terrorismo en Latinoamérica, pero no hay indicios de que veamos un cambio inmediato en la política estadounidense en este tema.

A juzgar por lo que me dicen funcionarios estadounidenses de alto nivel, el gobierno del presidente Obama seguirá tratando de no dramatizar excesivamente el asunto, aun cuando hay creciente presión del Congreso para denunciar las actividades de Irán en Latinoamérica.

En una carta al senador republicano Mark Kirk, fechada el 1§ de agosto, el Departamento de Estado dijo que le ha pedido a las agencias de inteligencia que indaguen nuevamente sobre las actividades de Irán en la región, a la luz del informe de 500 páginas del fiscal Alberto Nisman, el principal investigador del atentado de 1994 contra el centro judío AMIA de Buenos Aires. Ese ataque dejó 85 muertos y alrededor de 300 heridos.

"Le dijimos al senador Kirk que el informe de Nisman fue publicado demasiado tarde para ser tomado en cuenta en nuestra última evaluación, pero que lo revisaríamos con nuestros colegas de la comunidad de inteligencia", me dijo el miércoles Roberta Jacobson, directora de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado. "Ahora ya lo hicimos, aunque no quiere decir que nuestra evaluación vaya a cambiar".

En su informe de 500 páginas publicado en mayo, Nisman decía que el régimen iraní se está infiltrando en varios países latinoamericanos, y está construyendo centros clandestinos de inteligencia no sólo en Cuba, Venezuela, Bolivia, y Nicaragua, sino también países como Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia, Guyana, Trinidad y Tobago y Surinam. Estos centros de inteligencia están destinados a "patrocinar, estimular y ejecutar ataques terroristas" y a exportar la revolución islámica, según el fiscal.

En 2006, Nisman pidió a Interpol la captura de ocho altos funcionarios iraníes vinculados con el ataque terrorista de 1994 en Buenos Aires. El nuevo presidente iraní Hasan Rouhani fue mencionado en la investigación de Nisman por un testigo, quien dijo que era el secretario del poderoso Consejo Supremo de Seguridad Nacional en el momento del atentado. En una entrevista reciente, Nisman me dijo respecto de Rouhani que "hasta el momento, no existe en el expediente ningún elemento que nos permita sostener su vinculación con el atentado".

Hace dos meses, varios legisladores estadounidenses criticaron duramente un informe del Departamento de Estado. Los legisladores dijeron que el informe se basó solamente en informes públicos de actividades gubernamentales, y no contempló lo suficiente las actividades encubiertas.

Asimismo, Kirk y otros legisladores están exigiendo una postura más dura contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuyo gobierno firmó un memorando con Irán para crear una comisión argentino-iraní que supuestamente investigaría el atentado de 1994. Dicho acuerdo es visto casi unánimemente en Washington como un intento de aniquilar la investigación de Nisman. El mes pasado, Nisman fue invitado a testificar en el Congreso de Estados Unidos sobre la influencia de Irán en Latinoamérica, pero no pudo asistir porque el gobierno le negó la autorización.

Algunos analistas dicen que, al final del día, es probable que el Departamento de Estado reevalúe su reciente informe según el cual la influencia de Irán en la región está decayendo.

Mi opinión: Es probable que el gobierno de Obama espere a recibir señales de cuáles serán las políticas del nuevo presidente de Irán antes de convertir el rol de Irán en la América Latina en un tema de primera plana. Pero eso podría cambiar en los próximos meses, producto de la presión del Congreso, y del reciente comportamiento de Irán. En los dos últimos años, la Justicia de Estados Unidos acusó a Irán de haber intentado asesinar al embajador saudita en Washington, y el régimen fascista iraní ha sido vinculado a atentados terroristas contra diplomáticos israelíes en Bulgaria, India, Georgia y Tailandia. Si Rouhani resulta ser tan malo como su antecesor Mahmoud Ahmadinejad, es probable que el gobierno de Obama lea el informe de Nisman con especial atención, y que cambie su estimación anterior, tal como debería hacerlo.

 

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