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A partir de la definición de ambos términos, se justifica usar la expresión adultos mayores para referirse a los ancianos.
Es preciso ser muy prudentes a la hora de utilizar el término abuelo para referirse a un adulto mayor.
PACO FERNÁNDEZ
Director del Servicio de Información e Investigación sobre la Lengua (SIL) - UNSa
La lengua que manejamos los hablantes, mediante la cual nos comunicamos con nuestros semejantes y vivimos en sociedad, nos depara más de una sorpresa cada vez que la reflexionamos y, por otra parte, tiene todos los recursos necesarios como para que podamos expresar lo que queremos informar, pero también lo que sentimos. Las palabras son la píldora que pone el idioma a nuestra disposición para lograr esa comunicación. Por ello se torna muy interesante sentarse a analizarlas y, como decimos los argentinos, “sacarles el jugo”.
Abuelo
Hoy me ocuparé de esta palabra tan tierna que arranca deliciosos comentarios de nuestros nietos, sobre todo cuando son pequeños y gozan plenamente de esa persona mayor que se ocupa de ellos con gran adoración.
El término proviene del latín -y, consecuentemente, de idiomas como el indoeuropeo y protoindoeuropeo- en la forma masculina de "avus', cuyo femenino era "avia', con diminutivo "avíola' (abuelita). El diminutivo masculino era "ávulus' y luego "avíolus' en el llamado latín vulgar, del que provino nuestro vocablo actual "abuelo'. El “Diccionario de la lengua latina”, de Luis Macchi, cita la palabra "avus', que antiguamente era "avos', para referirse al abuelo, masculino, en singular; en plural ("avi') son los abuelos, pero también los antepasados en general. Para nuestros vocablos “bisabuelo, tatarabuelo, cuarto abuelo, quinto abuelo” existen en latín, respectivamente, tanto en masculino como en femenino, "próavus / proavia', "átavus / atavia', "ábavus / abavia', "trítavus / tritavia'.
Paso la palabra, ahora, al DRAE que dice con respecto a "abuelo': “m. y f. Respecto de una persona, padre o madre de su padre o de su madre. // 2. Persona anciana. // 6. En plural. El abuelo y la abuela. // 7. Antepasados de una persona”. A estas acepciones, agrega María Moliner: “Se usa como vocativo dirigido a una persona anciana: "Abuelo... no cruce por ahí!'”.
Adulto mayor
Para tener una visión más clara sobre la designación que se realiza respecto de los ancianos, en la actualidad, definiéndolos como "adultos mayores', veamos lo que el DRAE informa sobre cada una de esas palabras. “Adulto. adj. Llegado a su mayor crecimiento o desarrollo. "Persona adulta. Animal adulto'”. Por otra parte, “Mayor. adj. comparativo de "grande'. Que excede a algo en cantidad o calidad. // 3. Dicho de una persona: Que excede en edad a otra. "Hermana mayor. Marta es mayor que Juan'. // 10. Abuelos y demás progenitores de una persona. // 11. Antepasados, sean o no progenitores de quien habla o de otra persona determinada”.
Con la información que precede, se justifica plenamente esta designación que se utiliza para referirse, quizá desde no hace mucho tiempo atrás, a los ancianos. En efecto, ambas unidas sirven con justeza para definir tal realidad humana, en una época en la que la expectativa de vida se ha extendido mucho, gracias a las posibilidades que brinda la ciencia y la prevención en la salud.
Abuelo y adulto mayor
En este contexto, destacaré que mucha gente, tal vez apoyada por los medios masivos de comunicación, prefiere usar la locución "abuelo' dirigida a los ancianos, aunque muchos de ellos no tengan la suerte de serlo o no hayan elegido esta opción en la vida. Al respecto, es preciso aclarar que, tal como lo leímos en los diccionarios consultados, es correcto y adecuado emplearla, generalizándola para quienes han traspasado la adultez y se han internado en la etapa de la vida definida como la senectud o ancianidad. Es así que el DRAE lo reconoce en su segunda acepción (“persona anciana”), lo mismo que el diccionario de María Moliner. Ese reconocimiento se basa, por supuesto, en un uso generalizado por parte de la gente pues, en caso contrario, no existiría.
A pesar de esto, hay que tomar conciencia de que a muchos de ellos no les gusta tal denominación. Algunos quizá lo hagan, con justa razón, porque jamás pudieron ser abuelos con nietos. O también, porque simplemente no les gusta dicho apelativo. Por lo tanto, es preciso ser muy prudentes a la hora de utilizar ese término. En especial, esta recomendación debe ser extensiva a los medios radiales y televisivos, pero asimismo a la prensa escrita porque su difusión generalizada puede herir la susceptibilidad de aquellos a quienes no les agrada. Por otra parte, el hecho de difundirlos públicamente contribuirá a que haya hablantes que opten por utilizarlo con preferencia, en lugar de hacerlo con otros sinónimos.
He tenido la oportunidad -y muchos, seguramente, la habrán tenido- de escuchar por radio y televisión, como también de leer algunas cartas de lectores, varias quejas de personas mayores que no querían ser designadas de esta manera. Creo que eso merece considerar el respeto del que deben ser acreedores nuestros ancianos.
...y otras curiosidades
Para cerrar este artículo -y aunque no tenga que ver estrictamente con el tema tratado-, me referiré a un uso, seguramente ya generalizado en la oralidad, que circula fluidamente entre los hablantes, en especial aquellos más jóvenes que lo han hecho suyo.
"Bizarro' es una voz que el DRAE informa como “(Del italiano "bizzarro', iracundo). adj. valiente [//esforzado]. // 2. Generoso, lucido, espléndido”. Por otra parte, y nacido del mencionado adjetivo, coloca el sustantivo “bizarría (De "bizarro'). f. Gallardía, valor. // 2. Generosidad, lucimiento, esplendor. 3 //. En "pintura'. Colorido o adorno exagerado”. Estas acepciones justifican el uso que se hace de “gallardía” en el himno a la Bandera, entonado cotidianamente por los escolares y solemnizada en los actos patrios: “Aquí está la Bandera idolatrada / la enseña que Belgrano nos legó”, que en su tercera estrofa agrega: “Aquí está la bandera que un día / en San Lorenzo tremoló triunfal / y llena de orgullo y bizarría / a San Lorenzo se dirigió inmortal”. Es obvio el sentido de “gallardía / esplendor” que guarda aquí el término.
El “Diccionario panhispánico de dudas” de la RAE reconoce el uso actual pero lo desaconseja por inadecuado y, probablemente, también por irrespetuoso: “Debe evitarse su empleo con el sentido de "raro o extravagante', calco semántico censurable del francés o del inglés "bizarre'”. Una cosa, entonces, es usarlo en la lengua oral espontánea, pero no debe hacérselo en la semiformal o formal, como la propia del periodismo, tanto escrito como radial y televisivo. El himno a Mi Bandera testimonia, sin lugar a dudas, el verdadero valor de esta palabra e invita, implícitamente, a que no se lo emplee con el sentido actual, proveniente de otras lenguas.
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