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La cordial relación que mantiene el entrenador de la Selección argentina, Alejandro Sabella, con el presidente de la AFA, Julio Grondona, representa un oasis en los últimos procesos del cuerpo técnico albiceleste, incluido el de Diego Armando Maradona, en Sudáfrica 2010.
Hace cuatro años, a días de que el astro futbolístico tuviera que dar la lista definitiva de 23 apellidos para representar a la Selección en el primer Mundial africano de la historia, la tensión recrudeció y se asemejó a viejos cruces verbales entre dirigentes y técnicos que llevaron a un insalvable fracaso al elenco nacional, que vale la pena repasar para no repetir y apoyarse en el proceso que encabeza ahora Sabella.
El intento por poner paños fríos a la polémica parece funcionar a medias, dada la fuerte personalidad de ambos, pero habrá que tener cuidado para que no ocurra lo mismo que en vísperas de mundiales anteriores.
El primero de los antecedentes polémicos se produjo en el Mundial de Chile 1962, tras el estrepitoso fracaso en Suecia 1958 y luego de no haber participado en los mundiales de Francia 1938, Brasil 1950 y Suiza 1954, ya sea por cuestiones políticas o por caprichos infantiles de los directivos de AFA, quienes pugnaban por convertir a la Argentina en sede de la copa y finalmente no lo pudieron conseguir.
En 1962 se recuerda una situación muy similar a la actual, ya que, a fines de 1961, la Unión Soviética se floreó en el Monumental y ganó por un “mentiroso” 2 a 1.
La AFA consideró que el entrenador Victorio Spinetto necesitaba estar mejor rodeado y armó un triunvirato con Juan Carlos “Toto” Lorenzo y Saúl Ongaro, algo que Spinetto no aceptó y se fue. Luego surgieron diferencias entre el Toto y Ongaro y la entidad de la calle Viamonte nombró a Lorenzo como entrenador del equipo.
La desilusión del 82
Diego Maradona arrastraba la desilusión de haber quedado afuera de la lista de convocados para el mundial de 1978, pero el entrenador César Luis Menotti le dio la chance en España 1982, aunque la experiencia del ahora técnico no fue la esperada.
Maradona llegó a ese certamen señalado como una de las grandes promesas que en ese lapso había firmado con el Barcelona, pero finalmente nunca pudo amoldarse y cerró su participación con una expulsión.
Diego, quien cuatro años más tarde tendría su gran revancha, nunca pudo gravitar y se diluyó al igual que todo el plantel argentino, que arribó a Europa en medio del conflicto bélico con Inglaterra por las islas Malvinas.
La base era la que había ganado el título en 1978, más la aparición de dos jóvenes promesas como Diego y Ramón Díaz, pero no se pudo evitar una actuación mediocre y en la segunda instancia fue eliminada.
En la primera ronda, por el grupo C, Argentina fue sorprendida por Bélgica y cayó derrotada por 1 a 0 en el debut, en el Camp Nou, pero después se recuperó y pasó de ronda gracias a la goleada por 4 a 1 que le propinó a Hungría (Daniel Bertoni, Maradona, en dos ocasiones, y Osvaldo Ardiles), y a la victoria sobre El Salvador por 2 a 0 (Passarella de penal y Bertoni), ambos en Alicante.
El conjunto albiceleste terminó segundo, detrás de Bélgica, y en la segunda ronda, por la zona 3, le tocó enfrentar al poderoso Brasil y a una Italia que se había clasificado en forma agónica, aunque a la larga iba a consagrarse campeón del mundo.
En el primer encuentro, los azzurros se impusieron por 2 a 1, con goles de Marco Tardelli y Antonio Cabrini, mientras que Passarella descontó para el equipo nacional.
En ese encuentro, el técnico italiano Enzo Bearzot le pidió a Claudio Gentile que apelara a las infracciones para no dejar dar vuelta a Diego, y el defensor lo cumplió a la perfección, mientras el árbitro rumano Nicolae Rainea era cómplice.
Luego llegó Brasil y la Argentina fue claramente superada por 3 a 1 (Zico, Serginho y Júnior para el ganador y Ramón Díaz sobre la hora para el elenco nacional).
Además de ser una despedida triste para todo el plantel argentino, Maradona desplegó toda su impotencia por ser blanco de las más terribles infracciones, las más despiadadas burlas y por no poder desplegar su juego y se fue expulsado cuando faltaban cinco minutos para el final por una patada a Joao Batista.
En el partido que restaba de la zona, Italia venció a Brasil por 3 a 2 con una tripleta de Paolo Rossi. En la final, en la que despachó a Alemania por 3 a 1, se adjudicó su tercera copa del mundo.
Todos piden por Tévez
“Tévez, a la Selección”. El pedido que apareció es conciso, pero muy claro. El “jugador del pueblo” está con un pie y medio afuera del próximo Mundial de Brasil. En poco más de una semana, Alejandro Sabella deberá entregar la lista preliminar con 30 nombres y todos apuestan a que el del “Apache” no aparecerá. Pero claro, el momento del futbolista, el fanatismo que genera y la relación directa con el poder abren una luz de esperanza para que se cambie el rumbo de esa decisión.
En las últimas horas, en el peaje de Dock Sud, de la autopista Buenos Aires - La Plata, una de las principales arterias que conectan la Ciudad Autónoma con la provincia de Buenos Aires, apareció una sugestiva pintada con un referente bien claro: Daniel Scioli.
Junto al nombre del gobernador, que habitualmente utiliza ese espacio para colocar eslogans de campaña, figuró la pintada de “Tévez, a la Selección”, acompañada por una camiseta celeste y blanca con el número “11”, la que habitualmente utilizaba el ex Boca en el combinado nacional.
La relación de Scioli y “Carletto”, apodo que se ganó en su estadía en Italia, donde es goleador de la Juventus tricampeona, es estrecha. En el pasado, el delantero acompañó al político en distintos actos de inauguración y éste devolvió en los últimos meses la “gentileza” declarando que quería que lo convoquen.