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8 de Septiembre,  Salta, Centro, Argentina
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Alimentos sanos y a buenos precios en ferias comunitarias

Domingo, 08 de junio de 2014 01:52
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El control de los precios en épocas de inflación y la generación de oportunidades para los pequeños agricultores fueron las intenciones explícitas de la realización de la II Feria de Agricultura Familiar, en el centro integrador comunitario (CIC) del barrio Unión, posible a partir de un esfuerzo conjunto de organismos municipales, provinciales y nacionales.

Miel, choclo blanco y amarillo, papa andina, nueces, chía, quinoa, habas, pimentón, zapallo, vinos artesanales y ropa confeccionada con tejidos elaborados en telar eran algunos de los productos traídos por los 160 feriantes que participaban de la muestra. Los productores provinieron de Cafayate, Iruya, La Poma, Cachi, Vaqueros, Quebrada del Toro Algarrobal (Chaco de Orán) y Molinos, entre otras localidades.

Vecinos de barrios de la zona norte recorrieron los puestos para abastecerse de alimentos sanos, frescos y abundantes, y a buenos precios.

Pero como la agricultura familiar es también una forma de vida y una cuestión cultural, en este encuentro, más allá de la venta de productos, subyació un intercambio entre dos maneras de estar en el mundo: las de los sectores urbano y rural.

“Señora, ¿esta papaya está madura?”, preguntó una joven a Gregoria López (60), productora de la comunidad guaraní Río Blanco Banda Sur, de Orán. “Para dulce está a punto, no tiene que estar ni muy verde ni muy amarilla”, la instruyó Gregoria. Una vez hecha la venta le enseñó a despuntar la papaya y envolverla con papel de diario para que madure y pueda comerla como fruta. Luego le contó a El Tribuno que los intermediarios le compran 16 papayas a 40 o 50 pesos, según el tamaño, y que aquí puede vender cada unidad a $10. “Para nosotros es mejor vender directamente en el mercado porque a veces por necesidad vendemos muy barato y estamos apretados económicamente, porque vivimos de la tierra”, lamentó.

En la didáctica y predisposición de Carlos Herrera para atender al público se adivinaba una honda experiencia como feriante. La bodega para la que trabaja se llama Aguada del Alto -traducción de “angastaco”, vocablo cacán- y está inscripta en la Asociación Calchaquí de Elaboradores de Vino Artesanal y Casero. Esta red integra a 56 productores desde Tolombón (Cafayate) hasta Angastaco (San Carlos). Recorrió 260 kilómetros porque “estas ferias nos ponen al lado de otros productores y nos podemos dar a conocer. Nosotros no integramos la ruta del vino, aunque consideramos que sí estamos aptos para ello, porque trabajamos con variedades y tenemos una buena familia, surgida de las uvas maduras de la zona”. Agregó que aquí pueden comercializar una botella de vino a $40, mientras que a los intermediarios se la venden como máximo a $18. Sin embargo, la especulación de esos clientes no es la única contrariedad que les dificulta aumentar sus ingresos. Habitan lugares alejados con carencia de infraestructura productiva, conviven con la falta de servicios básicos como agua y energía eléctrica, y se les dificulta el acceso a la comunicación, salud, educación y vivienda.

En todas las zonas

Según el Foro Provincial de la Agricultura Familiar Salta, estas producciones representan poco más de 250 mil explotaciones agropecuarias en el país (75%) y 8.026 en Salta (78% del total), pero solo acceden al 18% de la superficie de la tierra productiva. En Salta aportan el 15,6% del valor bruto de la producción provincial y el 65% del empleo rural.

Once pueblos originarios (wichis, tobas, chorotes, chanés, guaraníes, tapietes, chulupíes, kollas, diaguito-

calchaquíes, tastiles y atacamas) representan casi el 80% de este sector rural. Para ellos, que vienen realizando esfuerzos asociativos para reclamar sus derechos, la Feria constituye una oportunidad sumamente valiosa. En diálogo con este medio, Patricia Caudullo, técnica de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, hizo un balance de la primera edición de la Feria, efectuada el 5 y 6 de abril pasados, en Solidaridad. “En dos días fueron unas 10 mil personas. El camión de azúcar que vino de Tucumán con 27.000 kilos vendió todo en un día (cada kilo valía $6).

También se vendieron los 1.600 kilos de papa andina, un producto no tan popular”, ejemplificó. Y añadió que las expectativas de los productores aumentan con cada edición. Por su parte, la delegada en Salta de Renatea, Nora Giménez, anticipó que la próxima se realizará en el CIC del barrio Asunción (zona oeste) y que también se hará un Cabildo abierto.

En el camino de una nueva ruralidad

En noviembre de 2013, el Poder Ejecutivo provincial promulgó la ley Nº 7.789, llamada Felipe Burgos y referida a agricultura familiar, aún no reglamentada. Hace unos meses la Federación del Foro de Agricultura Familiar presentó en la Cámara baja nacional una propuesta de ley federal. En esta norma se contempla la creación de presupuestos y recursos propios, y el otorgamiento de créditos bancarios pensados para el sector, que hasta ahora siempre está tratando de adaptarse a otras legislaciones.

En Salta se discuten la obtención de la titularidad de las tierras y la reformulación de normas para generar cadenas de comercialización de la agricultura familiar. El eje es recuperarlo como protagonista de un nuevo modelo de desarrollo rural igualitario, productivo y económico. Las normas que se están revisando fueron impuestas en la década del 90 y beneficiaron al sector concentrado, que hegemonizó los espacios productivos, en el mismo movimiento que debilitó las formas de producción familiar.

Silvia Domingues, secretaria del Foro y delegada por el departamento de Anta, advierte que en este departamento “es una lucha contra los desmontes y estamos en juicio contra multinacionales sojeras que están cada día cercando más al gaucho y forzándolo a la venta de la tierra”.

Recalca que la generación y transferencia de tecnología apropiada para los pequeños productores en estas zonas tan distantes y vastas se dificulta porque “nos abastecemos de agua de pozo, no tenemos luz y los paneles llegaron hasta cierto punto. Ya tenemos cinco radios para tener un poco más de contacto, pero Rivadavia, Anta y San Martín tienen problemas comunes y continúan con atrasos históricos”.

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