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En los alrededores de la cancha pueden verse cientos de argentinos. Algunos de ellos esperan para ingresar. Pero la mayoría está a la pesca de lograr alguna entrada en la reventa para poder asistir al partido más esperado. Según diversos testigos, se escuchó pedir hasta ocho mil dólares por un solo ticket para presenciar el duelo.
El gobierno brasileño estima hay más de cien mil argentinos en la ciudad de Rio de Janeiro para seguir a la selección nacional. La gran mayoría de ellos no cuenta con entrada. Por temor a posibles incidentes, un fuerte operativo policial con más de veinte mil efectivos fue organizado.
"Podemos decir que tendremos aproximadamente 26.000 hombres de la seguridad pública actuando aquí durante la final", sostuvo el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo. El operativo es de tal dimensión y de tan amplia cobertura que confluirán policías federales, militares y agentes de seguridad privada.
Desde ayer hubo unos diez mil efectivos trabajan en los alrededores del estadio, en tanto que varios helicópteros sobrevuelan la zona. Salvo casos menores, no hubo incidentes graves con los argentinos a lo largo del mundial, pero el temor se remite a la cantidad de fanáticos y al consumo de alcohol en la vía pública, lo que puede provocar desmanes.