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La espera de más de media hora y el paso de las unidades repletas de pasajeros en horas pico son los problemas más recurrentes para los vecinos.
"Estamos cansados de llegar siempre tarde a nuestros trabajos y que a nuestros hijos les pase lo mismo cuando tienen que ir a la escuela. Somos el último barrio al que llega el colectivo después de pasar por más de veinte barrios. Tendrían que crear un sistema de transporte que no permita este caos", dijo Mabel, una comerciante de la zona.
"Pasan hasta seis colectivos y no paran para levantarnos. Esto es algo que lo vivimos a diario. Algunas veces nos dan ganas de pararnos en el medio de la calle para obligarlos a que nos lleven", continuó la vecina.
La esquina de Río Medina y San Carlos, donde se ubica la escuela Miguel de Cervantes Saavedra, es el lugar donde decenas de niños se agolpan cada mediodía y tarde para esperar el colectivo.
Nancy, de 38 años, lleva a sus dos hijos a esa escuela y siempre ve pasar colectivos llenos, antes de poder subirse.
Soledad, de 27 años, espera el colectivo en la calle Outes y también dice que pasan de largo.
Las largas filas y amontonamientos forman parte de la rutina, que de acuerdo a sus habitantes, se repiten en villa Lavalle hace más de diez años.
La zona sudeste comprende además de villa Lavalle, barrios con gran cantidad de población como Norte Grande, Santa Cecilia, Democracia, San Benito, Libertad y Solidaridad, entre otros.
El corredor 2D, según la página oficial de Saeta, circula por lugares muy concurridos, como el Penal de Villa Las Rosas, el hospital Ragone, la Terminal de Ómnibus, el viejo Hospital del Milagro y el Hospital San Bernardo, entre otros.
La sombra de la droga
A pesar del paso del tiempo, muchos vecinos que residen en villa Lavalle piden lo mismo que reclaman desde hace años. El flagelo de las drogas fue planteado por la mayoría como el problema que creció en los últimos años.
"Lo triste del barrio es ver cómo la droga va contaminando a la juventud. Aquí es común ver que chicos de 11 años andan drogados por las calles.
Esto no pasaba antes . Lo preocupante es ver también que no hacen nada por ese tema. Muchas veces, estos chicos, delinquen para poder seguir drogandose y eso afecta a todos", explicó Miguel, que reside en la villa desde muy pequeño.