Incertidumbres sobre el empleo

El trabajo es un derecho fundamental y reconocido en la Constitución; permite obtener un ingreso que muchas veces saca de la pobreza a las personas permitiéndole gozar de cierto nivel de bienestar inclusive ya que posibilita el acceso a la salud, a través de la obra social, facilita que en el futuro nos podamos jubilar; tener vacaciones; acceder al crédito, a una vivienda digna, a la educación, etc., en definitiva, es una forma concreta y palpable de lo que podemos llamar "inclusión" ya que la generación de empleo contribuye realmente a disminuir la pobreza generando asimismo mejoras distributivas.

Los números macroeconómicos dan cuenta de un mercado laboral adormecido y con datos que llaman la atención. Según el Indec, en el segundo trimestre del 2015 la desocupación bajó al 6,6% en nuestro país, lo que significa que pese a la desaceleración de la economía se crearon alrededor de 170.000 puestos de trabajo; en cuanto a la tasa de subocupación se ubicó en el 9% lo que hace que unas 76.000 personas mejoraron su situación laboral aunque se compute como empleados a quienes son beneficiados con planes sociales, lo cual genera más incertidumbre y dudas.

Según un Informe de la Fundación Libertad y Progreso, los beneficios estatales llegan a 18,3 millones de personas; si a esto le sumamos los puestos de trabajo que genera el Gobierno como empleo público nacional, provincial y municipal, que disimula el desempleo. Ya son más de 3 millones de personas las que se desempeñan en el sector estatal. Sobre una población económicamente activa de casi 18 millones, las cifras del Indec muestran que alrededor de 2.596.000 de habitantes tienen problemas de trabajo; de ese total, 1.254.227 están desocupados y 1.342.553 están subocupados, o sea que trabajan menos de 36 horas por semana.

En Salta la tasa oficial de desempleo disminuyó ya que en el primer trimestre del 2015 fue de 8,4% al 5,7% en el segundo (siempre tomando como fuente al Indec).

Ahora la duda que se me presenta es la siguiente: o más personas consiguieron trabajo, que explicaría naturalmente la significativa reducción, aunque sea difícil de entenderla en el marco de una desaceleración económica, o los planes sociales adquieren protagonismo, o bien, más personas decidieron salir del mercado de trabajo por considerar infructífera la búsqueda y estar desalentados para hacerla porque no hay puestos disponibles.

En el NOA, Salta ocupa el tercer lugar en desocupación, luego de Catamarca (9,4%) y Tucumán (5,8%). Según datos del SIPA, comparando el último trimestre del 2013 con el 2014 la actividad que más empleo había generado en Salta fue la agricultura y ganadería y sabemos la difícil situación por la que actualmente está atravesando este sector y la incertidumbre que plantea para el empleo.

Cuando se trata el tema del desempleo los jóvenes saben de lo que se trata porque les cuesta conseguirlos y muchas veces se desaniman. Otra

El trabajo es un derecho fundamental y reconocido en la Constitución; permite obtener un ingreso que muchas veces saca de la pobreza a las personas permitiéndole gozar de cierto nivel de bienestar inclusive ya que posibilita el acceso a la salud, a través de la obra social, facilita que en el futuro nos podamos jubilar; tener vacaciones; acceder al crédito, a una vivienda digna, a la educación, etc., en definitiva, es una forma concreta y palpable de lo que podemos llamar "inclusión" ya que la generación de empleo contribuye realmente a disminuir la pobreza generando asimismo mejoras distributivas.

Los números macroeconómicos dan cuenta de un mercado laboral adormecido y con datos que llaman la atención. Según el Indec, en el segundo trimestre del 2015 la desocupación bajó al 6,6% en nuestro país, lo que significa que pese a la desaceleración de la economía se crearon alrededor de 170.000 puestos de trabajo; en cuanto a la tasa de subocupación se ubicó en el 9% lo que hace que unas 76.000 personas mejoraron su situación laboral aunque se compute como empleados a quienes son beneficiados con planes sociales, lo cual genera más incertidumbre y dudas.

Según un Informe de la Fundación Libertad y Progreso, los beneficios estatales llegan a 18,3 millones de personas; si a esto le sumamos los puestos de trabajo que genera el Gobierno como empleo público nacional, provincial y municipal, que disimula el desempleo. Ya son más de 3 millones de personas las que se desempeñan en el sector estatal. Sobre una población económicamente activa de casi 18 millones, las cifras del Indec muestran que alrededor de 2.596.000 de habitantes tienen problemas de trabajo; de ese total, 1.254.227 están desocupados y 1.342.553 están subocupados, o sea que trabajan menos de 36 horas por semana.

En Salta la tasa oficial de desempleo disminuyó ya que en el primer trimestre del 2015 fue de 8,4% al 5,7% en el segundo (siempre tomando como fuente al Indec).

Ahora la duda que se me presenta es la siguiente: o más personas consiguieron trabajo, que explicaría naturalmente la significativa reducción, aunque sea difícil de entenderla en el marco de una desaceleración económica, o los planes sociales adquieren protagonismo, o bien, más personas decidieron salir del mercado de trabajo por considerar infructífera la búsqueda y estar desalentados para hacerla porque no hay puestos disponibles.

En el NOA, Salta ocupa el tercer lugar en desocupación, luego de Catamarca (9,4%) y Tucumán (5,8%). Según datos del SIPA, comparando el último trimestre del 2013 con el 2014 la actividad que más empleo había generado en Salta fue la agricultura y ganadería y sabemos la difícil situación por la que actualmente está atravesando este sector y la incertidumbre que plantea para el empleo.

Cuando se trata el tema del desempleo los jóvenes saben de lo que se trata porque les cuesta conseguirlos y muchas veces se desaniman. Otra