inicia sesión o regístrate.
Claramente, la matrícula total en los cuatro niveles muestra que el sector privado consolida su avance en Salta.
Llama la atención la disminución llamativa de la matrícula en el nivel primario en las escuelas estatales. Si consideramos el período 2012-2013 la merma de alumnos en el nivel primario estatal fue de 4.322 niños, encontramos un dato significativo: la disminución en porcentaje fue de -2,98% siendo una de las más altas en Argentina para el período considerado; nos superan Misiones (-3,13%), Chaco (-3,20%), Formosa( -3,36%), Santiago del Estero (-4,15%), San Luis (-
4,24%) y Catamarca (-6,70%).
Cabe destacar que 19 provincias vieron disminuir su matrícula primaria estatal, incluyendo las mencionadas, es decir que el retroceso de la escuela estatal se extiende por todo el país y nuestra provincia no es la excepción.
Son diez años de disminución de la matrícula en la escuela primaria estatal; en el 2013 son 16.422 niños menos lo cual podemos concluir que es una reducción importante. También llama la atención en este período de 10 años cómo cada vez más alumnos se incorporan a una escuela privada en los cuatro niveles, lo cual se está constituyendo en un hecho novedoso en la historia educativa de nuestro país.
Como ocurre siempre, el análisis de estos números nos lleva a reflexionar y preguntarnos, por caso, por qué la Asignación Universal por Hijo (AUH) no originó un incremento considerable en la escolaridad; o por qué. si se destina una porción importante del presupuesto a la educación pública, ocurre esto. Conviene preguntarnos qué otras acciones se deben realizar para fortalecerla y devolverle el brillo que adquirió la escuela pública en otras épocas, cuando la educación era política de Estado.
Los resultados de las evaluaciones internacionales y nacionales a los alumnos de los distintos niveles son bajos y cuando se nota alguna mejora no es por el aporte de la educación pública.
Más calidad, urgente
Las respuestas para este deterioro que se observa son muchas. Esto plantea un claro desafío para la tan mencionada "inclusión" que supone, entre otras acciones, mejorar el nivel de competencias básicas alcanzado por los alumnos; cuidar la infraestructura de las escuelas, mejorar la formación y el desarrollo profesional de los docentes, ampliar el tiempo escolar ya que los alumnos tienen pocas horas de clase si nos comparamos con otros países; UNESCO indica la necesidad de un mínimo de 830 a 1000 horas de clases anuales y nuestras escuelas están lejos de esa meta con las 720 horas que declaramos; tampoco las escuelas de jornada extendida se están implementando en el tiempo estipulado por ley desde el 2005.
Para asumir los retos que plantea la educación, y en especial la pública, es necesario interpretar acabadamente el problema educativo y diseñar nuevas estrategias que permitan intervenir acertadamente sobre la calidad educativa para que las desigualdades no se acentúen.