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¡Buen día! Fealdad | ¡Buen día!

Lunes, 10 de agosto de 2015 00:00
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¡Buen día! Fealdad

¡Buen día!

Estaba ordenando material para hablar de la belleza, cuando me di cuenta de que el concepto mismo de belleza existe porque puede compararse con lo opuesto: la fealdad, en cualquiera de sus grados. De belleza se habla mucho, de fealdad muy poco. Cosa normal, por lo demás: es preferible hablar de luz que de oscuridad; pero la oscuridad también existe.

De alguna manera la fealdad es negación de la belleza, como la oscuridad es negación de la luz. Por supuesto, existen diferentes ideas de belleza. Las épocas, las modas, las circunstancias diversas hacen que lo que parece bello en unos casos no lo sea en otros.

Lo mismo sucede con la fealdad. Ella se da, fundamentalmente, por ausencia o por exageración. Por ausencia, total o parcial, de elementos bellos. Por exageración, cuando los elementos bellos ocupan un espacio desmedido.

Desde niños hemos crecido con las ideas de vélelas y fealdad, pero quizá nunca como hoy la "diosa belleza" ha sido tan exaltada, que todo lo que no lo sea queda de algún modo relegado.

Uno de los complejos de niños, adolescentes y jóvenes (que luego puede prolongarse a la vida adulta y a la vejez) es precisamente la fealdad, o la falta de belleza. Mucha culpa de tales complejos la tienen los padres, hermanos, parientes, compañeros o extraños que insisten en señalar (o peor, burlarse) de algún rasgos de fealdad (en el rostro o en cualquier otra parte del cuerpo) sin darse cuenta de las profundas heridas que provocan en el alma.

Quizás el mejor antídoto contra los complejos de fealdad sea el de estimular la otra belleza. La moral, que es en definitiva la que cuenta. Esta belleza es como un "resplandor del alma" que asoma a los ojos, a las palabras, a la conducta. Es una belleza espiritual que se expresa en generosidad, solidaridad, bondad, etc., y que es percibida inmediatamente más allá de los rasgos físicos que puedan afear el cuerpo. Hay personajes como "E.T." (el chico extraterrestre) en los que la belleza del alma aparece tan clara, que unos e olvida incluso de las deformaciones exteriores. Es más, ese clima espiritual se va transformando en una especie de "Cosmética del alma" que, de dentro hacia fuera, ilumina siempre más a toda la persona.

¡Hasta mañana!

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