Tolerancia
¡Buen día! Al famoso actor norteamericano Robert Mitchum le preguntaron cuál era el secreto para seguir casado 30 años con la misma mujer. Su respuesta tiene dos partes: "Aprendimos a tolerarnos, y los dos pensamos que el otro, a partir de mañana, va a ser un poco mejor".
La primera parte nos habla de aprendizaje. Ello quiere decir que no nacemos tolerantes. Es cierto que hay temperamentos más tolerantes que otros, o experiencias de vida que estimulan más que otras a crear un clima de tolerancia. En definitiva, esta capacidad necesita cultivarse, especialmente hacia las personas con las que uno está más relacionado: miembros de la propia familia, del trabajo, etc.
La segunda explicación de Mitchum tiene que ver con una actitud abierta a la esperanza. Es cierto que "genio y figura, hasta la sepultura", como decían con total seguridad nuestros abuelos, pero si la figura poco puede mudar lo físico -a pesar de los "liftings" y demás intentos de "transfiguración-" hay más capacidades para mejorar la índole de una persona. De ahí la necesidad de esperar que la otra persona pueda hacerlo.
De todos modos, la tolerancia no debe montarse sobre la esperanza de un cambio, sino sobre la aceptación del otro tal como es. Efectivamente, si acudimos a un diccionario (el de la Real Academia de la Lengua, por ejemplo) encontraremos una definición que nos ayuda a entender el tema: tolerancia es el respeto y la consideración hacia las opiniones y las prácticas de los demás, aunque sean diferentes.
Tengo archivado un suelto aparecido hace mucho no sé dónde, que resume bastante bien la cuestión: "La sociedad humana no es una máquina, cuyas piezas estén automáticamente ajustadas. Está formada por personas, cada una con sus diferencias, sus distintos objetivos, sus variados gustos e ideologías.
A muchos nos puede unir el nacimiento, la educación, la amistad...Pero cada uno tiene su peculiar carácter, temperamento, alma y aspira a realizar su proyecto personal desde su propia originalidad. Al ser distintos, necesitamos comprendernos: ponernos en el lugar de los demás para explicar sus vidas...".
Pero siempre "a nivel horizontal". No desde arriba, como si fuéramos superiores...
¡Hasta mañana!