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20 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Refugiados en el béisbol: cómo es la vida de los venezolanos que juegan en Salta

La crisis en el país bolivariano los llevó a emigrar a una liga desconocida, lejos de sus familias. Con pequeños detalles, sienten que tomaron la mejor decisión posible y hasta piensan en nacionalizarse. 
Sabado, 07 de octubre de 2017 20:53

Cuando Jorge Raúl Guzmán Ortega llegó al supermercado, no pudo avanzar. Quedó estancado frente a una góndola repleta de desodorantes y se le hizo un nudo en la garganta. Sus lágrimas lo invadieron. Vio una imagen que creía haber perdido para siempre.
El pitcher de Las Águilas fue el segundo de los cuatro venezolanos que llegaron semanas atrás a Salta para disputar la primera edición de la Liga Argentina de Béisbol, sin ni siquiera tener idea sobre el nivel de la disciplina en nuestro país. La causa principal sobre su salida de la tierra bolivariana fue la crisis que se vive y que parece empeorar a medida que pasan los días. 
Ely Izturriaga (27) fue quien arribó primero y fichó para Pampas. Ortega Guzmán (26) se fue a la zona sur y luego desembarcaron Oberdan Díaz (22) y Luis González (22), quienes hoy son compañeros de Izturriaga. 
Los cuatro dialogaron con El Tribuno y se mostraron agradecidos con el trato recibido por los salteños y muy sorprendidos con el estilo de vida en esta región del continente, pese a que la economía actual “no está para tirar manteca al techo”, como se dice.
Los peloteros reconocieron que poco y nada conocían del béisbol nacional. Solo Ortega se había enfrentado a la Argentina en Guatemala, hace cuatro años. Los tres jugadores de Pampas se sinceraron: “Creíamos que aquí había puro fútbol (ellos pronuncian futbol)”.
¿Tan complicada es la situación?, fue la consulta inicial de este diario a los beisbolistas. La respuesta fue clara: “Usted no encuentra nada, señor. Ni siquiera una libreta como la que está tomando los apuntes. Y si la llega a encontrar, le cobran el doble o triple de su valor normal”.
Quienes conviven a diario con los jugadores se sorprenden con sus reacciones ante situaciones cotidianas. 
Un salteño confió a El Tribuno: “La otra vez hicimos un asado y no quería comer porque se acordaba de su familia y pensaba que quizá, mientras él estaba cenando carne, allá no tenían para comer. Es muy duro escucharlo”.
En los grupos de whatsapp de sus nuevos equipos, la admiración es compartida. Los venezolanos se entusiasman al encontrar alimentos (como los conocidos cereales de una marca internacional) y lo comparten. Nadie entiende la euforia hasta que explican: “Allá esto no se ve hace muchos años”.
“El dólar sube más y más, todos los días va peor”, contó González, quien fue el último en llegar a Salta y tuvo su debut ayer ante Infernales. 
Sin bandera política
Los deportistas se declararon apolíticos. Sostienen que tanto el Gobierno actual de Nicolás Maduro como sus opositores “son todos una manga de ladrones que le hacen mal a nuestro país”.
“Ricos, de clase media y pobres, ninguno consigue trabajo ni la forma de vivir bien. Está bien complicada la vida y en estas pocas semanas en Salta, sentimos que nuestra vida cambió muchísimo, como almorzar y cenar a diario”, dijo Guzmán Ortega.
“Vemos que Argentina está más estable y al menos alcanza el sueldo. El dinero que podamos juntar se los vamos a llevar a nuestras familias cuando pasemos allá las fiestas de fin de año”, comentó Izturriaga y fue más allá: “Me gustaría quedarme a vivir acá, nacionalizarme y jugar para el seleccionado argentino”. 
Todos quieren traer a sus familias, especialmente el jugador de Águilas, quien a diario piensa en su pequeña hija y su esposa. 
“Vivir acá a uno le cambia la vida y quiero eso para mi madre”, agregó Oberdan Díaz.
Sin embargo, la esperanza es lo último que pierden: “Tenemos fe de que esta situación algún día cambie. Va a pasar mucho tiempo, pero Venezuela tiene que salir adelante”.
“Está en un buen nivel”
La calidad de vida de un país y otro no fue lo único que sorprendió a los venezolanos, quienes aman al béisbol tanto como los argentinos al fútbol. Y de no conocer casi nada, a más de un mes de la apertura del telón de la Liga Argentina, comentaron sobre los aspectos positivos y los puntos a mejorar de los clubes y peloteros salteños.
“El nivel es bueno, la mayoría de los jugadores tienen experiencia y no están perdidos”, expresó Izturriaga, el pitcher que le cambió la cara a la franquicia de Atléticos (Pampas), equipo que actualmente es puntero, con Infernales, de la zona norte. Oberdan Díaz agregó: “Saben de béisbol, eso es importante. Tienen que corregir algunos detalles, pero agarran rolling y fly”. “Siempre hay ‘detallitos’ que van a ir mejorando con el tiempo”, añadió Guzmán Ortega.
González se limitó a escuchar a sus compatriotas y luego dijo que para él era una novedad jugar al béisbol en la Argentina.
“Yo estaba en un equipo del Caribe cuando me ofrecieron venir. Les pregunté, ¿hay una liga allá? y me decidí”. 
Todos usaron las redes sociales para investigar más sobre la disciplina en estas tierras y hoy sienten que eligieron el mejor camino para su futuro.

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Cuando Jorge Raúl Guzmán Ortega llegó al supermercado, no pudo avanzar. Quedó estancado frente a una góndola repleta de desodorantes y se le hizo un nudo en la garganta. Sus lágrimas lo invadieron. Vio una imagen que creía haber perdido para siempre.
El pitcher de Las Águilas fue el segundo de los cuatro venezolanos que llegaron semanas atrás a Salta para disputar la primera edición de la Liga Argentina de Béisbol, sin ni siquiera tener idea sobre el nivel de la disciplina en nuestro país. La causa principal sobre su salida de la tierra bolivariana fue la crisis que se vive y que parece empeorar a medida que pasan los días. 
Ely Izturriaga (27) fue quien arribó primero y fichó para Pampas. Ortega Guzmán (26) se fue a la zona sur y luego desembarcaron Oberdan Díaz (22) y Luis González (22), quienes hoy son compañeros de Izturriaga. 
Los cuatro dialogaron con El Tribuno y se mostraron agradecidos con el trato recibido por los salteños y muy sorprendidos con el estilo de vida en esta región del continente, pese a que la economía actual “no está para tirar manteca al techo”, como se dice.
Los peloteros reconocieron que poco y nada conocían del béisbol nacional. Solo Ortega se había enfrentado a la Argentina en Guatemala, hace cuatro años. Los tres jugadores de Pampas se sinceraron: “Creíamos que aquí había puro fútbol (ellos pronuncian futbol)”.
¿Tan complicada es la situación?, fue la consulta inicial de este diario a los beisbolistas. La respuesta fue clara: “Usted no encuentra nada, señor. Ni siquiera una libreta como la que está tomando los apuntes. Y si la llega a encontrar, le cobran el doble o triple de su valor normal”.
Quienes conviven a diario con los jugadores se sorprenden con sus reacciones ante situaciones cotidianas. 
Un salteño confió a El Tribuno: “La otra vez hicimos un asado y no quería comer porque se acordaba de su familia y pensaba que quizá, mientras él estaba cenando carne, allá no tenían para comer. Es muy duro escucharlo”.
En los grupos de whatsapp de sus nuevos equipos, la admiración es compartida. Los venezolanos se entusiasman al encontrar alimentos (como los conocidos cereales de una marca internacional) y lo comparten. Nadie entiende la euforia hasta que explican: “Allá esto no se ve hace muchos años”.
“El dólar sube más y más, todos los días va peor”, contó González, quien fue el último en llegar a Salta y tuvo su debut ayer ante Infernales. 
Sin bandera política
Los deportistas se declararon apolíticos. Sostienen que tanto el Gobierno actual de Nicolás Maduro como sus opositores “son todos una manga de ladrones que le hacen mal a nuestro país”.
“Ricos, de clase media y pobres, ninguno consigue trabajo ni la forma de vivir bien. Está bien complicada la vida y en estas pocas semanas en Salta, sentimos que nuestra vida cambió muchísimo, como almorzar y cenar a diario”, dijo Guzmán Ortega.
“Vemos que Argentina está más estable y al menos alcanza el sueldo. El dinero que podamos juntar se los vamos a llevar a nuestras familias cuando pasemos allá las fiestas de fin de año”, comentó Izturriaga y fue más allá: “Me gustaría quedarme a vivir acá, nacionalizarme y jugar para el seleccionado argentino”. 
Todos quieren traer a sus familias, especialmente el jugador de Águilas, quien a diario piensa en su pequeña hija y su esposa. 
“Vivir acá a uno le cambia la vida y quiero eso para mi madre”, agregó Oberdan Díaz.
Sin embargo, la esperanza es lo último que pierden: “Tenemos fe de que esta situación algún día cambie. Va a pasar mucho tiempo, pero Venezuela tiene que salir adelante”.
“Está en un buen nivel”
La calidad de vida de un país y otro no fue lo único que sorprendió a los venezolanos, quienes aman al béisbol tanto como los argentinos al fútbol. Y de no conocer casi nada, a más de un mes de la apertura del telón de la Liga Argentina, comentaron sobre los aspectos positivos y los puntos a mejorar de los clubes y peloteros salteños.
“El nivel es bueno, la mayoría de los jugadores tienen experiencia y no están perdidos”, expresó Izturriaga, el pitcher que le cambió la cara a la franquicia de Atléticos (Pampas), equipo que actualmente es puntero, con Infernales, de la zona norte. Oberdan Díaz agregó: “Saben de béisbol, eso es importante. Tienen que corregir algunos detalles, pero agarran rolling y fly”. “Siempre hay ‘detallitos’ que van a ir mejorando con el tiempo”, añadió Guzmán Ortega.
González se limitó a escuchar a sus compatriotas y luego dijo que para él era una novedad jugar al béisbol en la Argentina.
“Yo estaba en un equipo del Caribe cuando me ofrecieron venir. Les pregunté, ¿hay una liga allá? y me decidí”. 
Todos usaron las redes sociales para investigar más sobre la disciplina en estas tierras y hoy sienten que eligieron el mejor camino para su futuro.

Tres por un lado y Ortega por otro

Después de contar sobre sus cambios en la vida, los jugadores venezonalos contaron sobre cómo llevan sus días en Salta, donde tres de ellos no solo juegan en un mismo club, sino que además viven juntos en el macrocentro, mientras que el restante se encuentra en la zona sur de la ciudad.
Ely Izturriaga, Oberdan Díaz y Luis González (de Pampas) conviven en una casa grande situada en la calle Anzoátegui. “Ely y yo en una especie de departamento y Luis, que recién llega, en otro al lado”, dijo Oberdan.
“Nos cocina una señora que es madre de un chico venezolano que jugaba en Atléticos”, contó Izturriaga.
Jorge Raúl Guzmán Ortega juega en la franquicia del club Los Cachorros, Las Águilas. Vive en el barrio Juan Pablo II, a pocas cuadras de la institución tricolor.
“Almuerzo y ceno en un restaurante cerca del lugar donde vivo. Voy caminando, me gusta relacionarme con la gente y conocer la zona”. Sus compañeros de equipo los integraron rápidamente a los planteles y de hecho uno de ellos, Juan Turlione, acompañó e hizo de chofer de Ortega en la entrevista con El Tribuno.

El pedido de extranjeros
Los jugadores fueron desembarcando de a uno a los clubes que compiten en la Liga Argentina de Béisbol, aunque el número puede crecer.
Las autoridades de la competencia contaron a El Tribuno que reciben solicitudes de muchos extranjeros a través de las redes sociales, quienes desean jugar el torneo. Mayormente los interesados son venezolanos.
Sin embargo, desde la LAB indicaron que los refuerzos (tanto nacionales como extranjeros), podrán incorporarse y disputar un encuentro hasta el 1 de noviembre. “Vencido el plazo, no se realizarán incorporaciones”.

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