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Adiós a un poeta del trópico

Silvestre SarachoOrán despide con melancolía a un gran poeta del Trópico que apenas comenzó diciembre desplegó las alas para su vuelo infinito. Sus colegas expresaron para él los mejores sentimientos.
Sabado, 09 de diciembre de 2017 22:18
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Emprendió su vuelo al mediodía del sábado 2 de diciembre, lamentable noticia del fallecimiento del poeta Silvestre Saracho, miembro fundador del Grupo LEPEB y ejemplar amigo de tantos vecinos y de escritores de diferentes puntos del país por donde anduvo derramando nobleza.

El cielo lloró aquella noche y el domingo amaneció con el aire húmedo, con silenciosa agua corriendo contra el cordón, “como silenciosos fuimos sus amigos y vecinos, sus familiares más cercanos, acompañando en lenta caravana al poeta Silvestre Saracho en su viaje definitivo”, expresó el escritor y poeta Santos Vergara.

La avenida final de la ciudad tropical se prolongó desmedidamente en su honda tristeza, hasta llegar al portal del campo santo. Entonces fue cuando salió el sol, dorado y manso, como para echarle un puñado de luz al inaceptable momento del adiós.

Se iba un padre ejemplar (tempranamente viudo, solito había criado a sus dos hijas), un trabajador incansable (hachero en el monte, cosechero en las fincas, pintor de paredes en la ciudad), un hombre sencillo y noble (dejó una larga estela de amigos por donde anduvo) y, sobre todo, un gran poeta del pueblo. Sin haber terminado la escuela primaria y con un lápiz recortado supo dibujar en hojas desperdigadas poemas inolvidables, algunos de ellos recogidos en su libro “Pueblo adentro” que le editaron sus amigos. Y había acompañado en su permanente andar a los soñadores del Grupo

Vocación de Orán, del Centro de Escritores del Trópico y, más recientemente, del Grupo LEPEB. “Hasta que su salud le señaló un límite. Fue el pasado 2 de diciembre y tenía 82 años” finalizó con dolor.

“Pero los poetas no mueren. No pueden morir. Se quedan en sus palabras, como el trino perenne de los pájaros invisibles, para recordarnos en cada mañana, en cada atardecer, en cada hondura de la noche, las palpitaciones de la vida, los sentimientos que siguen ardiendo en los huesos de las palabras”. Acaso por eso sus compañeros de LEPEB lo despidieron leyendo su propio poema, resumen de toda su sencillez:

Versos de agosto

Largos días de mi vida/ ocupé llenando cuadernos/ para juntar cenizas de los recuerdos.
.
Viejo mes de agosto,/ alegría de los lapachos,/ viento lleno de ayeres,/ nostalgias de muchacho,/ lindo tiempo de antaño/corriendo por el Bermejo.
.
Vivos paisajes de Orán/ se miran en los espejos de tu río.
.
Ya me voy de tu lado/ llevando en mis versos tus verdores/ después de haber andado tus calles/ parafraseando veredas.
.
Dejo en tus manos/ la humildad de mi alma/ y te regalo mi fantasía/ que es todo lo que me queda.

Silvestre Saracho 
(De su libro “Pueblo adentro)

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