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Laberintos humanos. Bien lejos

Viernes, 03 de febrero de 2017 18:31
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Laberintos humanos. Bien lejos


Para la Pancha Núñez, el amor no era gran cosa, me dijo Armando, y ya se sabe que se llega más lejos con menos expectativas, me dijo Armando con algo de sabio y algo de lugar común. Es que hay cosas que se dicen porque son ciertas y otras porque suenan bien, aunque entre uno y otro caso no haya mucha diferencia.

Lo cierto es que fue más o menos eso lo que sucedió, porque el Basilio Menos alzó a la Pancha Núñez a la grupa de su caballo y la llevó bien lejos, tanto como para que no pudiera recordar la fama que levantara su belleza. Porque la fama es como la polvareda que alzan los caminantes atolondrados, me dijo Armando aunque no fuera del todo cierto.

Lo que importaba, de todos modos, era que el Basilio no quería que ella se durmiera en los laureles del pasado, sino que pasara a ser la mujer recatada de su hogar, cosa que a la Pancha Núñez no le interesaba demasiado pero tampoco le molestaba. Resumiremos diciendo que el Basilio era celoso.

Y se fueron a vivir tan lejos de cualquier parte que no era posible que se le cruzara un pretendiente del ayer, cosa que sucedió cuando el Basilio se fue de arreo y el Palomo Merino andaba persiguiendo una vizcacha mezquina. Llegó tras la vizcacha, vio a la Pancha Núñez y la recordó, y allí todas las previsiones del Basilio se fueron al tacho.

Fue verse para comprender que el amor era algo más que eso poco que la Pancha creía, y así se fueron juntos, dicen las malas lenguas que por la frontera de Chile. Pero ese es otro asunto, porque de todos modos ella un día regresó.
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