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Tras una dura pulseada se destituyó al delegado de ATE

En asamblea, Rubén Moreno fue expulsado como representante del gremio en la ciudad fronteriza. En mayo, la conducción nacional también podría sancionarlo.
Domingo, 02 de abril de 2017 00:00
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En una tensa asamblea realizada en la noche del viernes, representantes de ATE de localidades del norte decidieron expulsar a Rubén Moreno, delegado de Salvador Mazza.

Con una fuerte presencia policial, la sede fronteriza del gremio estuvo colmada de afiliados del departamento, entre ellos trabajadores municipales de la misma ciudad que llegaron en apoyo de Moreno.

Antes de que la asamblea vote el único tema para la que fue convocada, Moreno lanzó durísimas acusaciones contra el delegado departamental, Fermín Hoyos, con quien está enfrentado desde hace mucho tiempo, tras lo cual se retiró con toda su gente.

La reafirmación de Hoyos

Al concluir la asamblea, fue el propio Hoyos quien aseguró que "a partir de ahora y por decisión de los delegados de localidades que integran el Consejo Departamental, Moreno deja de pertenecer a la mesa de conducción y deja de ser delegado de ATE de los trabajadores de Salvador Mazza. Pero la sanción puede ir más allá, ya que en mayo cuando el Congreso Nacional se reúna, se decidirá si lo expulsan de ATE y hasta puede dejar de ser afiliado a nuestra organización sindical".

Ahora, la decisión de la asamblea se informará al Ministerio de Trabajo de la Provincia y a todos los organismos que correspondan.

El inicio del conflicto

La asamblea estuvo encabezada por Vicente Martí, de la Mesa Nacional del gremio, y por delegados de la totalidad de las localidades del departamento San Martín, quienes en forma unánime votaron por la expulsión de Moreno.

Todo comenzó el 1 de diciembre de 2016, cuando a 73 obreros de Salvador Mazza se les vencieron los contratos. Fue por decisión del intendente Rubén Méndez, quien argumentó razones presupuestarias y los pasó a la plantilla de eventuales, denominados planilleros, cambio que los dejó sin aportes y sin cobertura médica.

Frente a esta situación, Hoyos y Moreno adoptaron posiciones opuestas: el primero convocó a un paro de actividades por tiempo indeterminado con marchas y ollas populares que se extendieron por casi dos meses. El segundo le pidió a los trabajadores un tiempo de gracia de 6 meses para que nuevamente sean contratados por la comuna en forma escalonada.

Después de varias reuniones con Méndez convocadas por el Ministerio de Trabajo y un sinnúmero de episodios que terminaron en denuncias cruzadas, intervención policial y otros enrfentamientos, finalmente los 73 trabajadores volvieron a la condición de contratados. La decisión de Méndez significó un triunfo a la posición de Hoyos quien además logró contratos para quienes no habían acompañado la protesta.

Denuncias de grandes pagos

Según Hoyos, "durante esas 7 semanas de paro, Moreno no solamente no apoyó la medida, sino que se puso del lado de la Intendencia y trató de convencer a los trabajadores que se fueran a su casa. Muchos, por temor, dejaron la protesta y nos quedamos con menos de 20, pero aun así logramos que se los reincorpore a los 73 y que no pierdan derechos adquiridos por años de trabajo, más allá que se trate de contratados. Lo que Moreno nunca pudo explicar fue la razón por la que la municipalidad le pagó $287.000 en concepto de anticipo de retenciones de cuota sindical".

El delegado departamental fue más allá y explicó que el municipio opera como agente de retención, "pero en muchas ocasiones tenemos que esperar entre 3 y 4 meses para que nos abone. Es la primera vez en la historia que un municipio se anticipa a pagar un equivalente de cuatro meses de retenciones a un gremio, más aún en la situación económica que tienen hoy las administraciones municipales, particularmente la de Salvador Mazza, que supuestamente pasaba a los trabajadores a planilleros porque no le cerraban los números".

Hoyos aseguró que "descubrimos por intermedio de los propios funcionarios de la comuna que el secretario de Gobierno, Sergio San Millán, le entregó dos cheques por $35.000 totalmente injustificados. Fue dinero para comprar la voluntad del sindicalista".

El Tribuno intentó consultar a Rubén Moreno, pero se negó a la requisitoria periodística.

 

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