Todo el pueblo de Salvador Mazza se vio ayer conmocionado cuando los principales medios locales advirtieron que cerca de uno de los límites internacionales con la República de Bolivia se encontraba una camioneta utilitaria enterrada en un lodazal, sin ocupantes.
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Todo el pueblo de Salvador Mazza se vio ayer conmocionado cuando los principales medios locales advirtieron que cerca de uno de los límites internacionales con la República de Bolivia se encontraba una camioneta utilitaria enterrada en un lodazal, sin ocupantes.
La policía llegó al lugar, ya que minutos antes familiares de Luis Alberto Nino denunciaron que el muchacho no contestaba a su teléfono celular como tampoco había regresado del reparto de pan.
Al llegar al lugar la policía y los familiares corroboraron que en el lodazal se hallaba estancado el utilitario y que en la caja se hallaban aún varias bolsas de pan sin entregar.
Allí se cayó en cuenta que el hombre, de 32 años, pasó por el lugar en la mañana, quizá a las 6 o 6.30 y que por ese entonces tendría que haber recaudado unos 4.000 pesos.
La presunción de que fue asaltado cuando se le atascó el vehículo se hizo muy fuerte ayer, y a pesar de que el tiempo lluvioso impidió una búsqueda minuciosa, vecinos, familiares y policías rastrillaron las proximidades sin resultados.
Una fuente de la frontera confirmó que el joven repartidor no tenía motivos para huir ni el dinero que llevaba encima, supuestamente, era siquiera tentador.
Muchas hipótesis se barajaron hasta el cierre de esta edición, aunque ninguna pudo ser confirmada. Hoy se ampliará el rango de búsqueda y participarán más personas. "Desde hace un tiempo Salvador Mazza no es un lugar seguro", dijo una fuente.