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Jorge Sampaoli se transformó desde este 1 de junio de 2017 en el primer técnico del seleccionado argentino que llegó a ese cargo sin tener antecedentes como entrenador de ningún equipo de primera división ni de la B Nacional, registrando su único paso por la actividad profesional en su país de origen en la Primera B, dirigiendo hace 20 años a Argentino de Rosario.
El perfil de Sampaoli es el de un trabajador rural del fútbol, que abandonó un empleo bancario para dedicarse a la dirección técnica desde el trampolín del futbolista frustrado en su Casilda natal, donde vio la luz el 13 de marzo de 1960.
Justamente Alumni, de Casilda y Belgrano, de Arequito, los pagos de la cantante folklórica Soledad Pastorutti, resultaron ser sus fuentes de inspiración como entrenador, al punto que dirigiendo al primero de los nombrados y en ocasión de estar suspendido para un partido final como visitante por la liga local, eligió subirse a un árbol para darles indicaciones a sus futbolistas.
Admirador a ultranza de César Luis Menotti, ese día el diario La Capital, de Rosario, lo fotografió gritando entre las ramas y la publicación llamó la atención del entonces presidente de Newell's Old Boys, el muy cuestionado Eduardo López, que lo convocó para hacerse cargo de Argentino de esa ciudad, a la sazón una filial del club del Parque de la Independencia. Corría el año 1996.
Después su derrotero se trasladó al exterior y Juan Aurich, de Perú, le transfirió su primera experiencia internacional, algo que lo llevó hace 10 años a uno de los grandes de ese país, Sporting Cristal, y tres más tarde a la Universidad de Chile, donde se recibió de ganador con la obtención del campeonato local y la Copa Sudamericana.
Eso lo catapultó a la selección chilena, donde siguieron los éxitos con la primera obtención de un título, la Copa América que le ganó a Argentina por penales en Santiago.
Ese fue el salto de calidad que necesitaba para volar a Europa, otro de sus sueños dorados, recayendo en el triple campeón de la Europa League, Sevilla, y aunque no logró títulos, desarrolló una de las mejores campañas del equipo andaluz en la historia de la liga española.
Claro que cuando empezó, a los pocos días de arreglar contrato con el presidente José Castro, en Argentina renunció Gerardo Martino y él asomó como el principal candidato a reemplazarlo, pero al estar ocupado esa elección recayó en Edgardo Bauza.
Ahora sí entonces, con el alejamiento del Patón, al "Hombrecito", según los chilenos, o el "Zurdo", como le decían en su pueblo, le llegó su momento, con 57 años en el documento de identidad y todo por ganar, empezando por la clasificación al Mundial de Rusia del año próximo.
Seguidor del grupo Callejeros tanto como del Indio Solari, amante del rock y de la cultura popular, esa que lo llevó a inaugurar su discurso con una frase de ese juglar de los caminos que es José Larralde ("es lindo estar cerca de lo que de lejos se admira"), se permitió soñar despierto con su intención de "cambiar por halagos las críticas de Carlos Bilardo" y "lograr que los seleccionados juveniles vuelvan a jugar como en la época de José Pekerman y Jorge Tocalli".
Tiene un esquema preferido que es el 3-3-1-3, más cercano al 4-3-3 de Martino que al 4-2-3-1 de Bauza, aunque sabe que la implementación de la línea de tres defensiva requiere de un tiempo de trabajo del que no dispondrá.