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29 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Preocupación por los cambios en la plaza de la Legislatura

Vecinos juntan firmas para que frenen las obras del Paseo de la Democracia, detrás del edificio legislativo.
Domingo, 28 de enero de 2018 00:00
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Un rosal que se seca, un crespón tirado, raíces de una palmera al aire, un palo borracho mutilado, un tronco de árbol cual estaca... En la plaza ubicada detrás de la Legislatura se está construyendo el Paseo de la Democracia, con caminería de cemento, y los vecinos llaman la atención sobre lo que está ocurriendo con el patrimonio natural. El proyecto forma parte del Plan Bicentenario, promovido desde la Nación.

Cerca de la esquina de Leguizamón y Zuviría, detrás de una media sombra verde, un cartel brinda información sobre la obra pero es tan pequeño y está tan lejos de la vereda, que apenas se llega a leer que fue contratada por convenio y tiene un presupuesto de 4 millones de pesos. No se explicita cuáles son los trabajos estipulados ni figura el nombre de la empresa a cargo.

Los vecinos de la zona están preocupados por los cambios que se están haciendo en la plaza, que forma parte de la historia de la ciudad. Para frenar la obra y la mutilación y extracción de árboles y plantas, están juntando firmas. En una plataforma digital, armaron un grupo público que se llama "Protejamos nuestro patrimonio natural", en el que comparten las fotos que toman de su plaza desvestida.

"A nosotros nos habían prometido una reunión para ayer (por el viernes) con (el coordinador de la intendencia Pablo) Outes pero nos dijeron que estaba muy complicado y que no nos podía atender. Me van a avisar cuándo (será la reunión) pero son horas que se pierden", manifestó Cristina Ortiz de Rosas, y dijo que le gustaría que se publicara la adjudicación de la obra.

El Tribuno intentó comunicarse con funcionarios de la Municipalidad -tanto de Ambiente y Servicios Públicos como de Obras Públicas- para consultar sobre los trabajos pero no logró obtener respuestas oficiales, ya que los funcionarios que estaban a cargo renunciaron o fueron desplazados y los próximos asumirán recién mañana.

Ayer al mediodía los vecinos se reunieron con El Tribuno en la plaza y manifestaron su descontento por los cambios que se están haciendo. A pesar de que el día estaba avanzado, todas las luces de la plaza estaban encendidas. Había bancos y cestos de basura levantados y un grupo de hombres trabajaba a pie mientras otro hacía andar una máquina por la zona en la que habrá un monumento.

"Donde había espacio verde, hacen caminería de cemento y, para hacerla, cortan las raíces de los árboles", observó Ortiz y, señalando el muñón que dejaron al palo borracho tras arrancarle una rama, dijo: "A eso lo tienen que sellar porque por ahí pueden entrar bichos, hormigas y agua". La vecina cuestionó el estado sanitario de los árboles: "Dicen que están apestados. O sea, a los que están enfermos los tiramos y los matamos. ¿Por qué no los cuidan? Es un desastre".

Elio Garzón tiene un negocio en una de las esquinas de la plaza, contó: "Yo me involucré porque iban a tirar el alcornoque y me peleé con el tipo de la motosierra. Ya estaban cortando las ramas para dejarlo mocho y sacar el tronco".

"Tienen que volar los árboles para que se vea el monumento a la Democracia, que cuesta 4 millones de pesos -comentó, irónico-. Mientras, en la ciudad hay tremendos baches. Con todo el cemento que se está desperdiciando acá podrían tapar los agujeros", planteó.

"¿Qué quieren embellecer? El intendente tendría que cuidar estas especies y hacer algo bueno por la naturaleza. Tenemos serios problemas por la falta de árboles y la tierra que están reemplazando por cemento es la única que filtra el agua. El sol va a calentar el cemento y esto se va a convertir en un horno", evaluó.

Mientras los vecinos hablaban, la máquina desapareció y los hombres dejaron de trabajar.

Árboles históricos claman por piedad

Temen por ejemplares antiguos, como un alcornoque y un palo borracho. 

En la plaza que está sobre la calle Zuviría, entre Leguizamón y Rivadavia, hay árboles centenarios, que ya eran adultos en la década de 1920, según las fotografías que encontraron los vecinos. Un alcornoque y un árbol de papel se yerguen en la esquina de Zuviría y Rivadavia. Un palo borracho brinda una sombra majestuosa. Cerca del edificio hay palmeras pindó plantadas hace más de 100 años y jacarandáes, que se pintan de violeta cada primavera desde hace décadas.

“Hay una parte importante de la historia de Salta que sucedió bajo estos árboles que no cuidamos y la Municipalidad decide cuándo, dónde y cómo comienzan y terminan sus ciclos de vida”, contó Elio Garzón, que tiene un negocio en la zona. “Están haciendo una masacre, una carnicería”, observó.

“Hasta diciembre hacían solo cosas pequeñas (en la obra) y a comienzos de enero trajeron las máquinas. La tercera semana de enero vino un camión con podadora y motosierras y empezaron a tirar un montón de árboles”, lamentó. “Si esto está en el marco de la ley, ¿por qué hacen desaparecer los árboles que tiran en menos de un segundo? ¿Por qué han esperado a que la Cámara de Diputados dejara de sesionar y se fueran todos de vacaciones para empezar a hacer estas cosas?”, se preguntó. 

¿Y las lajas?

Unos meses atrás los vecinos encontraron que, como parte de la obra, se levantaron las veredas de la plaza. Entonces una señora juntó firmas para saber qué había pasado con las lajas que formaban el camino peatonal. 

“Las lajas que tenían las veredas las pusieron hace muchísimos años. Ya no vienen (no se consiguen en el mercado) y están amontonadas por allá”, dijo Garzón, señalando hacia una esquina. “A algunas se las llevaron”, lamentó.

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