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28 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Nuevos "nubarrones" a un año del inicio del aislamiento

La “nueva normalidad” se ve amenazada por varios factores.
Sabado, 20 de marzo de 2021 02:27
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Como si se tratara de una situación de guerra con sirenas que comenzaron a ulular, un país entero debió refugiarse súbitamente en lugares seguros para resguardarse del ataque del enemigo, de ese mal invisible que acechaba.

Hoy se cumple un año del comienzo de la cuarentena en la Argentina, del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) que ordenó el Gobierno a partir del viernes 20 de marzo de 2020 en pos de combatir el avance del coronavirus.

Doce meses después del inicio de ese confinamiento, que hoy ya no existe como tal, el país aún se encuentra inmerso en un contexto de emergencia sanitaria e incluso navega hacia aguas probablemente más turbulentas que las actuales, tomando en cuenta la proximidad del otoño y del invierno.

Ambas estaciones suponen un desafío adicional para las autoridades nacionales, en momentos en los que nubarrones de tormenta amenazan a esa llamada "nueva normalidad", que aún no llega, ante la posibilidad de que se desate una segunda ola de contagios.

Esta situación de incertidumbre se produce en medio de una escasez global de vacunas y de un creciente temor a que las mutaciones del virus causen incluso más estragos.

El Gobierno insiste en apelar a la "responsabilidad social", mientras redobla esfuerzos para conseguir nuevas dosis.

Un año después del comienzo del ASPO, del confinamiento más estricto que dejó prácticamente vacías a las calles, escuelas y fábricas, en la Casa Rosada consideran que no están dadas las condiciones para regresar eventualmente a una Fase 1, incluso a pesar de un rebrote de casos. Por ese motivo, el Presidente subrayó una vez más la importancia de "seguir cuidándose", al cabo de 12 meses en los cuales una nación entera debió acostumbrarse a vivir bajo techo y salir únicamente por necesidad, en el caso de quienes no realizaban tareas esenciales.

Se aplaudía a los médicos religiosamente todas las noches a las 21 en aquellos días, en agradecimiento por su tarea en la primera línea del combate contra el coronavirus; se celebraban cumpleaños por videoconferencia y cada anuncio oficial acaparaba la atención de la sociedad en su conjunto.

Supuestos especialistas mostraban por televisión cómo lavarse las manos y expertos en medicina intentaban explicar durante casi las 24 horas el comportamiento del virus.

Aquellos comienzos de la cuarentena eran tiempos en los cuales el nivel de aprobación de la gestión de Fernández se ubicaba en la cresta de la ola justamente, antes de empezar a caer para ubicarse en la actualidad en el punto más deprimido desde el inicio de sus labores como presidente.

El jefe de Estado priorizó entonces la salud por sobre la economía, por lo que la situación de parálisis nacional que generó el ASPO impactó decididamente en los niveles de empleo y provocó que hubiera que "ajustarse el cinturón" para pasar el invierno, mientras numerosos comercios debieron cerrar. Un año después, la reactivación económica se demora, más allá de recientes indicadores alentadores, de igual modo que la Argentina padece la falta de disponibilidad inmediata de vacunas.

En este marco, es poco probable que el distanciamiento social, la utilización de barbijos y de alcohol en gel sean suficientes para contener el embate de una segunda ola de contagios en los meses más fríos del año; en especial, si no se avanza en la campaña de vacunación.

 

 

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