¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
13°
26 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Elon Musk, un caballo de Troya para Washington

Martes, 01 de noviembre de 2022 02:41
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Elon Musk, el mayor multimillonario del mundo, con una fortuna estimada en 272.000 millones de dólares, propietario de Space X (la principal empresa de la industria espacial), de Tesla (la mayor fabricante mundial de automóviles eléctricos) y ahora también de Twitter, que acaba de adquirir por 44.000 millones de dólares, está cada vez más involucrado en asuntos geopolíticos y preocupa a Washington por sus opiniones sobre temas que incluyen a China y Rusia, dos potencias emergentes que cuestionan el liderazgo mundial de Estados Unidos.

Musk es una personalidad ambivalente para el establishment político estadounidense. Mientras en diciembre de 2021, la revista Time lo nombró la "Persona del Año" por considerarlo "el hombre del futuro, donde la tecnología hace que todo sea posible", un sugestivo artículo de The Washington Post pormenoriza las vinculaciones del magnate con el Gobierno federal, que incluye una alianza de dos décadas que permitió a Estados Unidos establecer el dominio global en el espacio, apostar por los autos eléctricos y ganar terreno en la carrera tecnológica. La nota se hace eco de la opinión de varios legisladores que lo calificaron de "demasiado poderoso e imprudente".

Musk es virtualmente una potencia mundial en sí misma: un ejemplo son los 3.000 satélites alrededor de la Tierra que su compañía posee y controla, una cantidad mayor que la de cualquier estado. Esa influencia torna relevantes sus declaraciones "para solucionar la crisis" en Ucrania o Taiwán, ampliamente difundidas por las redes sociales a partir de los 108 millones de seguidores de su cuenta de Twitter.

Sus intervenciones públicas más recientes provocaron inquietud en Washington cuando propuso una "solución pacífica" a la guerra entre Rusia y Ucrania con un plan que incluía "repetir las elecciones en las regiones anexadas bajo la supervisión de la ONU (y que Rusia se retire si ésa es la voluntad del pueblo), el reconocimiento formal de la Península de Crimea como parte de Rusia, que el suministro de agua de Crimea esté garantizado y que Ucrania se mantenga neutral". La iniciativa motivó una airada reacción del propio mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski.

Simultáneamente, Musk sorprendió con una propuesta sobre el futuro de Taiwán: "Mi recomendación sería encontrar una zona administrativa especial para Taiwán que sea razonablemente aceptable. Probablemente no dejará contentos a todos. Creo que, probablemente, de hecho, podrían tener un acuerdo que resulte más indulgente que Hong Kong". Como era previsible, la idea generó elogios en Beijing y una indignada respuesta del gobierno taiwanés.

Estas opiniones, sumadas a sus operaciones comerciales en China (donde hay varias fábricas de Tesla), alejaron al multimillonario de Washington, adonde en el pasado viajaba asiduamente por cuestiones de trabajo y para reunirse con políticos influyentes, un trato que mantiene también con presidentes y primeros ministros de otros países, que incluye la venta de sus cohetes y tecnología aeroespacial de última generación a Corea del Sur y Turquía.

Para The Washington Post, "debido a que Musk tiene inversiones comerciales en China y, según informes rusos y de otros medios, dijo en un evento para estudiantes patrocinado por el Kremlin que estaba planeando invertir en Rusia, varios altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos se preguntan si los intereses comerciales de Musk afectan sus puntos de vista sobre asuntos exteriores".

Una cooperación peligrosa

En esa nota sobre Musk, The Washington Post destaca: "El Ejército estadounidense utiliza sus cohetes y servicios de comunicaciones por satélite para sus drones, barcos y aeronaves. Actualmente la NASA no tiene forma de llevar a los astronautas estadounidenses a la Estación Espacial Internacional sin su cápsula espacial. Y en un momento en que el cambio climático es una de las principales prioridades de la Casa Blanca Tesla tiene más autos eléctricos en las carreteras de Estados Unidos que cualquier otro fabricante".

Las sucesivas administraciones intentaron reducir esa dependencia a través de acuerdos con otras compañías. El presidente Joe Biden llegó a no invitar a Musk a una conferencia sobre autos eléctricos en la Casa Blanca en agosto de 2021. En represalia, Musk se dedicó luego a echar leña al fuego sobre cada "metida de pata" cometida por el mandatario demócrata en sus apariciones públicas. Llegó a decir que Biden es "un títere de calcetín húmedo en forma humana". Anunció también su apoyo a los republicanos en las elecciones legislativas de noviembre.

Musk tiene actitudes políticas desafiantes y a menudo contradictorias. Le agrada mostrarse como un "moderado" y se define "socialmente liberal y fiscalmente conservador". En un reportaje puntualizó: "apoyo a los republicanos moderados como a los demócratas moderados. Para ser claros, apoyo a la mitad izquierda del Partido Republicano y a la mitad derecha del Partido Demócrata".

Para justificar su compra de Twitter, señaló que "es importante para el futuro de la civilización tener una plaza pública digital común, donde se pueda debatir". Advirtió que "existe un gran peligro de que las redes sociales se dividan en cámaras de eco de la extrema derecha y extrema izquierda, que generan más odio y dividen a nuestra sociedad". Twitter sería una plataforma apropiada para la construcción de una democracia directa global.

En sus frecuentes apariciones públicas Musk elogia la iniciativa privada y rechaza el intervencionismo estatal: "no tiene sentido quitarle el trabajo de asignación de capital a personas que han demostrado una gran habilidad en la asignación de capital y dárselo a una entidad que ha demostrado una habilidad muy pobre en la asignación de capital, que es el gobierno".

Otra constante de su pensamiento es su preocupación por el medio ambiente, que lo impulsó a respaldar la elevación de impuestos a los combustibles fósiles. Esa obsesión por los peligros del calentamiento global alimentó su interés por el desarrollo de los automóviles eléctricos, que motivó la fundación de Tesla, y por la necesidad de colonizar otros planetas, que constituye la razón de ser de Space X, creada con el objetivo convertir a la humanidad en una "especie multiplanetaria", capaz de garantizarse a largo plazo su propia supervivencia.

Al principio del mandato de Donald Trump, participó en un Consejo Asesor de la Casa Blanca, por considerar que "cuantas más voces de la razón escuche el presidente mejor". Pero cuando Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París renunció y dijo: "El cambio climático es real. Salir de París no es bueno para Estados Unidos ni para el mundo".

Jill Lepore, una historiadora de Harvard experta en Musk, sostiene que el multimillonario expresa un "tecno-capitalismo". Existe efectivamente una vertiente de su pensamiento que no encaja en los dispositivos clásicos de izquierda o derecha: la tecnocracia. Lepore rastrea ese rasgo en su origen familiar: en las décadas del 30, el abuelo de Musk, Joshua Haldeman, encabezó en Canadá un movimiento tecnocrático original que planteaba el reemplazo de los políticos y los banqueros por expertos con mayor conocimiento y experiencia.

Sin embargo, ese activo protagonismo de Musk en el debate sobre la agenda pública estadounidense nunca generó las reacciones que originan sus incursiones sobre la política mundial. La causa de ese contraste reside tal vez en el hecho de que el multimillonario plantea desarrollar en sus prácticas comerciales una asociación económica con China y Rusia en un terreno como la innovación tecnológica, que representa el epicentro de la competencia por el liderazgo global. En este punto controvertido, donde detrás de la máscara de la cooperación algunos visualizan un caballo de Troya de Beijing, el establishment de Washington ha ubicado a Musk en una lista de personalidades sospechosas.

* Vicepresidente del Instituto de Planeamiento Estratégico

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD