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Tartagal despide con pesar al reconocido empresario Adrián Casanueva

Adrián Casanueva, un empresario norteño de 62 años, falleció en la ciudad de Salta a causa de una cruel enfermedad degenerativa.
Viernes, 03 de junio de 2022 02:28
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En las primeras horas de la tarde de ayer la triste noticia corrió por mensajes de textos y redes sociales de quienes lo conocían, apreciaban y, sobre todo, valoraban a Adrián Casanueva, un empresario de 62 años que falleció en la ciudad de Salta a causa de una cruel enfermedad. Casanueva era integrante de los Sabha, una familia pionera de tartagalenses que llegaron cuando el pueblo era solo un caserío de calles de tierra, sin agua corriente, sin electricidad y sin prácticamente ningún servicio esencial, y seguramente esas vivencias fueron compartidas por sus abuelos, padres y tíos con Adrián, quien desde muy jóven hizo por su pueblo algo muy valorable, sobre todo en tiempos más difíciles: invirtió y generó fuentes de trabajo genuinas para muchos jóvenes y profesionales de su pueblo que se desempeñan en algunos de sus tantos emprendimientos empresarios.
En Tartagal, en momentos del auge de la industria del gas, inauguró la primera ferretería industrial, que proveyó a las operadoras y empresas de servicios. En esa misma unidad de negocios se diversificó hacia maquinarias para el campo, mientras en forma paralela inauguraba -después de un par de décadas de que Tartagal no contará con ese tipo de espacios- un cine. Paralelamente inaguró una moderna confitería y restaurante en frente a la plaza San Martín, lugar de reunión de los tartagalenses. Años después decidió remodelar el cine y darle todo el confort y la tecnología, de manera que los espectadores de Tartagal pudieran ver las mismas películas que se exhibían en las salas de las grandes ciudades del país. 
Con una visión muy particular para los negocios, Casanueva compró varias hectáreas entre Tartagal y General Mosconi, en la zona donde años después se construyó la avenida interurbana entre las dos localidades . 
Abrió otras sucursales de la ferretería industrial en Santa Cruz de la Sierra y una tercera en San Salvador de Jujuy, mientras iniciaba la construcción de dos torres que honrarían la memoria de su madre, a las que denominó Alba 1 y 2 y que se encuentran ubicadas en la avenida Alberdi, al lado de otro imponente edificio de su propiedad. No era fácil ni sencillo trabajar al lado de Adrián, porque en cuestiones de esfuerzo, trabajo y sacrificio había puesto la vara demasiado alta. Con una vitalidad y energía envidiables, seguía emprendiendo nuevos negocios y tenía una frase que lo pintaba de cuerpo entero: “Si me das vuelta los bolsillos no me cae una moneda, porque todo lo tengo invertido en Tartagal”. 
 Justo en el mes aniversario de la fundación de Tartagal, sus restos descansarán en su ciudad natal y quedará para las futuras generaciones tomar la posta con las enseñanzas que Adrián Casanueva les deja a las nuevas generaciones de comerciantes, empresarios y emprendedores. Que Tartagal tiene futuro y que las inversiones en su pueblo son una buena idea.
 

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