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Emerenciano Sena: el caudillo que se siente más allá del bien y del mal

Domingo, 18 de junio de 2023 08:43
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"Yo estoy más allá del bien y del mal". La frase la pronunció Emerenciano Sena, cuchillo en mano, mientras preparaba embutidos para las elecciones de hoy. Fue en la chanchería de su propiedad, mientras preparaba unos embutidos, cuando un periodista le preguntaba por la desaparición de su nuera, Cecilia Strzyzowski. Se refería a que no estaba dispuesto a recibir órdenes de nadie. "Ni del gobierno ni del Papa".

Las pruebas de los fiscales parecen contundentes. La última señal verificable de vida de Cecilia se produjo el 2 de abril, cuando se encontraba en la residencia que Emerenciano comparte con su esposa, Marcela Acuña, a la que llegó con el joven César, su pareja. Hasta ese momento, la joven nunca había querido ir a esa casa. Las cámaras de seguridad que registraron su ingreso muestran horas después a César, saliendo solo, con dos bolsas negras. Cecilia nunca salió. El allanamiento de la mansión, el viernes 9 duró diez horas. Allí, se detectaron rastros de sangre humana, signos de violencia extrema y 6.000.000 de pesos en efectivo.

Emerenciano, Marcela y César, junto con la secretaria Fabiana González y su esposo Gustavo Obregón, y también el casero de la chanchería Gustavo Melgarejo, y su esposa, Griselda Reynoso, están presos.

Los cargos son para César Sena, homicidio triplemente agravado por el vínculo; con sus padres comparte el "concurso premeditado de dos o más personas y por haberse realizado en contexto de violencia de género en calidad de co-autor". Fabiana González: partícipe necesario y Obregón, Melgarejo y Griselda, como partícipes necesarios.

Hay dos cartas que escribió César. En una de ellas pide protección porque teme que lo maten en la cárcel. En la otra, describe su vida como un joven sometido al extremo a los caprichos de sus padres. Ese sometimiento, al parecer, lo llevó a un enfrentamiento con ellos porque se oponían al casamiento con Cecilia.

La certeza de estar "más allá del bien y del mal" suena a megalomanía: "Emerenciano, el Caudillo del Norte" es el título de su autobiografía, prologado por el gobernador Jorge Capitanich, quien define a su amigo como "el único marxista católico que conoce". Capitanich es, además, padrino del casamiento del matrimonio preso. Es muy probable que jamás los hubiera imaginado capaces de quedar acusados de semejante crimen.

Sin embargo, la investigación de los seis millones de pesos encontrados en la mansión es la punta de un ovillo que hoy está en manos de la Justicia Federal: la investigación de la fortuna de la familia, surgida de la administración de cuantiosos fondos con destino social de los cuales hará falta una muy difícil rendición de cuentas.

La sensación de superioridad que manifiesta Emerenciano lo lleva a poner su nombre a barrios que maneja. Quizá se deba a su historia personal, peón albañil convertido próspero dirigente de una organización social de desocupados a la que el Estado le permitió ocupar lotes y le financió emprendimientos de construcción de viviendas, tolerando -y aprovechando al mismo tiempo- acciones violentas tales como ocupar aeropuertos, cortar el puente Resistencia – Corrientes, movilizaciones permanentes e, incluso, administrar escuelas públicas donde se rinde culto a las dictaduras latinoamericanas y a la violencia política.

Semejante poderío obliga a dudar acerca de cuánto podrá avanzar la Justicia en la investigación. Por lo pronto, el primer juez se excusó, el abogado de César renunció sobrepasado por el hecho criminal y la familia denuncia múltiples amenazas mafiosas, sin que el gobierno les ofrezca la menor garantía.

En este clima se celebrarán las PASO en la provincia, en las que Capitanich busca la reelección. Y de las que el matrimonio Sena bajó sus candidaturas.

A esta altura, la omnipotencia de Emerenciano recuerda a la de Ángel Luque, el diputado nacional que, ante el asesinato de María Soledad Morales, en Catamarca, dijo en el recinto del Congreso que él tenía estructura y poder para hacer desaparecer cadáveres. Ese día lo echaron de la Cámara y su hijo Guillermo fue condenado por el crimen varios años después. Ramón Saadi, a quien respondía Luque, no logró tomar distancia del crimen y eso significó el final de su carrera política.

Cuando se delega parte del poder en organizaciones fuera del control fiscal, siempre termina pasando lo mismo. Le ocurrió a Saadi y también a Eduardo Fellner, en Jujuy, quien fue derrotado en 2015 por el costo de haber sostenido a Milagro Sala.

La crisis macroeconómica distorsiona a la democracia representativa. El crecimiento de la pobreza, el desempleo y la exclusión generaron nuevos actores políticos: los partidos están degradados y las organizaciones de desocupados reparten asistencialismo y multiplican en las elecciones el sistema clientelar. Y este es un punto crítico, porque pone en peligro la soberanía del Estado sobre el territorio, el derecho de propiedad y el de libre circulación. A la democracia. Y no son los pobres y los desocupados los responsables, sino dirigentes cuya legitimidad es discutible y su transparencia, nula. El dinero encontrado en la casa de Emerenciano, sus camionetas, sus propiedades, son la punta de un ovillo que podría ayudar a recomponer poco a poco la calidad de la asistencia social.

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