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"Si te gusta el durazno, bancate la pelusa"

Jueves, 31 de octubre de 2024 01:55
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"En lo que respecta a los ataques que no sean graves, más vale habituarse a las inclemencias del tiempo que a vivir en un subterráneo. Cuando los periódicos son libres los ciudadanos se endurecen. La desaprobación o el sarcasmo no causan heridas mortales y para rechazar las acusaciones difamatorias existen los tribunales". Pensador y político francés Benjamin Constant en 1829. Parece que ni el presidente de la Nación ni sus allegados más cercanos lo han leído, jamás.

"Yo los traqueo a todos ustedes" dijo el presidente de la Nación refiriéndose a los periodistas en su última aparición televisiva. Y lo repetirá, subiendo el tono. La frase infunde miedo. ¿Qué quiere decir? ¿Qué significa "yo los traqueo" a "ustedes"? ¿Que los escucha y analiza para tener todos los puntos de vista; o que, en cambio, lleva la cuenta de "sus errores involuntarios" (sic) y que, como las compañías de seguros, ¿lleva un sistema de "scoring" donde mide el "sesgo ideológico" de cada periodista?

"El 85% de ustedes miente todo el tiempo" aseguró; justificándose. "Ustedes han llevado adelante la campaña negativa más grande la historia de la humanidad en contra de mi persona", dijo con enojo. Qué enamoramiento con la hipérbole; qué amor por el desenfreno. "Hicimos la reforma estructural más grande de la historia"; "el mayor ajuste de la historia de la humanidad"; "somos el mejor gobierno de la historia argentina". Todas frases dichas cuando todavía no cumplió ni un año de gobierno.

En historia, siempre es bueno dejar correr el tiempo para que estas aseveraciones se ratifiquen por sí solas -por sus frutos y resultados-; o que caigan -también solas y por lo mismo-. Hacer afirmaciones así es como querer hacer la cama todavía acostado y con las sábanas pegadas al cuerpo.

"No gobernamos según las encuestas", dijo, en otro tramo; sin privarse luego de recitar una catarata de cifras de encuestas de opinión a favor o en contra de tal o cual medida; encuestas de aceptación de su persona y de la gestión; encuestas sobre la UBA; encuestas de todo tipo. No entiendo cómo se sostiene la primera negación y, al mismo tiempo, todas las siguientes afirmaciones.

"No hacemos proyecciones", contestó ante una pregunta sobre la inflación futura. Pregunta innecesaria; esa proyección ya está escrita en negro sobre blanco en la Ley de Presupuesto Nacional; próxima a ser debatida. Acaso, ¿qué es la ley de Presupuesto Nacional sino una gran proyección sobre el futuro económico del país para el próximo año; tasa de inflación incluida?

En otro tramo sacó a relucir esa enorme y notable falta de empatía que exuda. Parece no darse cuenta de que detrás de la frialdad de cada estadística existen infinitas tragedias individuales, familiares y sociales. ¿Cómo puede decir que el desempleo o la informalidad están bajando; que el salario real está recomponiéndose; o que los jubilados cobran cinco veces más en dólares? ¿Acaso los jubilados pagan su alquiler, sus alimentos y sus remedios en dólares?

"Si te gusta el durazno, bancate la pelusa" le dijo, envalentonado, hacia el final al periodista "amigo" dos o tres veces. Si trata así a gente afín con su gobierno, no quiero imaginar el papelón que hubiera sido una entrevista con alguien que no fuera ni tan tibio en las repreguntas ni tan afín. ¿Se animaría? ¿Lograría conversar en buenos términos con alguien que no le fuera funcional; o se estancaría en una lista interminable de insultos y de diatribas inconducentes? Pregunta también innecesaria; sé la respuesta.

Desempeño

Notas aparte. Me cuesta aceptar que ciertos periodistas no se den cuenta del papel tristísimo que desempeñan cuando se igualan en la evangelización de esta nueva religión, como otros lo eran, y son, para el kirchnerismo. No veo diferencia; varios periodistas se han convertido en lo que antes tanto criticaban, asumiendo ahora con total naturalidad y violencia el mismo sesgo desmedido, acusatorio y polarizador que ostenta la línea oficial. Línea que no se diferencia -en esto- en nada de la anterior. El periodismo libre requiere de libertad para poder ejercer, así como de periodistas que se abstengan de militar.

Tampoco puedo entender cómo se puede sostener una posición anti-política y anti-partidos políticos habiendo fundado un partido político. Siento que el gobierno también se va convirtiendo en eso que clamaban venir a abolir. Las contradicciones se apilan, día tras día; y las fisuras entre el relato y las conductas propias y ajenas podrían romper, eventualmente, el discurso oficial. Las revoluciones mueren el mismo instante en el que triunfan. No lo deben saber.

Finalizando la entrevista dijo: "Me gustaría meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo, con Cristina adentro". Cruzó -otra vez- un límite innecesario. Como con las declaraciones de pésimo gusto ante el fallecimiento de Ginés González García. "La gente votó a alguien con una psicología especial", dirá para justificarlo uno de sus socios políticos, otro con una psicología muy especial. "Si te gusta el durazno bancate la pelusa"; retruca el presidente. Hay que esperar a estar levantado para poder hacer la cama y, como siempre, será el tiempo -implacable- el que lo juzgará todo.

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