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Ante la inminencia del acto eleccionario, desde la Escuela Kennedy de Gobierno, Universidad de Harvard, importante observatorio global del poder, el Prof. Joseph Nye de 87 años ya retirado, pero aún en actividad, analiza en El País, de España, con mucha preocupación una segura modificación del tradicional historial del poderío y prestigio que caracteriza políticamente a los EEUU, en este caso desde ya antes especialmente de la Guerra Fría 1989, a pesar de los errores bélicos de las guerras con Irak y Afganistán y el anterior atentado del 11 de Septiembre, en el caso de un triunfo de Trump.
Al respecto, Nye ya comprendía que el poder dispone de diferentes facetas, y más energía que fuerza, lo que expuso en su libro Soft Power (2004). Allí indica que EEUU era una nación fuerte no únicamente por su éxito económico y fuerza militar inigualables, sino por esa particular dimensión del poder que define como la capacidad de atracción, es decir la habilidad de lograr lo que se quiere por las buenas.
Actualmente ese denominado poder blando, es concepto muy diseminado mundialmente, y se cita y aplica hasta en novelas televisivas. Nye, que aún hoy conserva su oficina en la Escuela Kennedy, estudiando seriamente los giros de la campaña presidencial norteamericana, destacaba su preocupación por la posible segunda presidencia de Trump en el país. Pronosticaba un verdadero desastre político institucional, partiendo de que uno de los mayores riesgos, es que produjere un daño irreversible en el "poder blando" de los EEUU, al maltratar a sus aliados militares y económicos.
Interpretando el significado de que el poder blando, según Nye, es la capacidad de influir en otros para conseguir lo que se quiere, en lugar de coerción o pago, y siendo solamente un tipo de poder, frente a los otros como el poder duro, sea militar, o económico, capaces de ser más importantes a corto plazo, puede resultar más estratégicamente positivo en objetivo de atraer, pero a través del poder blando. El Muro de Berlín no cayó por bombardeo, sino por martillos de personas atraídas por las ideas occidentales.
En su libro Nye, explica detalladamente la fluctuación del poder blando y atractivo, hoy muy reducido en su aplicación en su país, pero que sigue subiendo y bajando desde los años 50s en Vietnam, y luego se recupera en los 70s y 80s, y disminuye nuevamente con la invasión a Irak, luego sube con Obama y baja con Trump, y se recupera poco con Biden. Es decir, con los resultados en mano, el poder blando estadounidense disminuirá nuevamente. Ello afectaría el rol de los EEUU en el mundo, geoestratégicamente desde adentro hacia afuera. Trump capturó al Partido Republicano y atrae fuertemente a sus seguidores, y debilitó a los conservadores tradicionales, para tener menos control si ganara, y hasta podría ser capaz de usar agencias gubernamentales para castigar a sus enemigos.
Lee Kuan Yew, ex primer ministro de Singapur advierte que, con poder blando, "EEUU superaría a China, debido a que mientras China puede contar con el talento de 1.300 millones de personas, EEUU lo puede hacer con el talento de 7.500 millones, en todo el mundo, creando esa diversidad que no se puede lograr con un nacionalismo étnico estrecho". Pero si los EEUU cierra su inmigración y ejercicio de poder blando, Nye afirma que perdería esa fuente estratégica atractiva y debilitaría profundamente su economía.