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Los jubilados, como bandera

Sabado, 11 de mayo de 2024 01:00
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Desde que asumió Javier Milei, apareció una nueva bandera que se renueva en cada acto, sesiones de legisladores o hasta en las sistemáticas marchas piqueteras. Por el momento, no tiene color ni identidad, pero la arenga se repite con frecuencia.

Los defensores de los jubilados se mimetizan en distintas versiones, diputados opositores, también oficialistas y de otros partidos, pero la euforia se va diluyendo ante la insistencia y las diatribas de las palabras.

Pablo Moyano, secretario adjunto de la CGT, a veinte días de asumir Milei, en un acto y ante una multitud, aseguró que su función es "defender a los laburantes, a los que menos tienen y a los jubilados", incluso fue más allá y afirmó que los jubilados iban a llevar en andas al ministro de Economía Luis Caputo, pero para tirarlo al Riachuelo. Los pobres jubilados ya no tienen ni fuerza para protestar. Más bien el sindicalista que estuvo bien calladito durante la gestión de Alberto Fernández le preocupa la reforma laboral propuesta por el gobierno que avanzó, en principio, con la desregulación de las obras sociales sindicales. Esa es la clave: el avance del gobierno sobre la "caja" que manejan los sindicatos.

Sergio Palazzo, secretario general de la Asociación Bancaria y diputado nacional gracias a las listas "sabanas", también defiende a los que menos tienen. Hace unos años le hizo llegar un informe al papa Francisco sobre la situación social del país. Allí destacó que el poder adquisitivo de asalariados, jubilados y titulares de asignaciones familiares medido en dólares se encontraba por debajo de los niveles de 2001 y significaba la mitad del que exhibían en 2017.

Claro que el informe se refería a la gestión de Mauricio Macri, porque durante el gobierno de Alberto Fernández prefirió el ostracismo. Solo se preocupó para que los empleados bancarios recuperen el poder adquisitivo, tal es así que hoy el sueldo de un ingresante está por encima del millón de pesos. Sin embargo, en medio de sus espasmódicas intervenciones en la Cámara de Diputados, sigue defendiendo a los jubilados. Cabe destacar que el diagnóstico sobre la situación social y laboral de la Argentina fue elaborado -en su momento- por los investigadores del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) a pedido del gremio bancario.

Ejemplos sobran: se multiplican las figuras que en sus alocuciones o declaraciones realizan encendidas defensas sobre la situación que hoy padece el sector pasivo.

Es cierto que las jubilaciones están muy deterioradas debido a la aceleración inflacionaria, iniciada en 2017 y que se profundizó desde finales del año pasado. Un informe de IDESA revela que, en marzo 2024, las jubilaciones (sin considerar el bono) son un 23% inferiores en términos reales respecto al promedio del 2023 y un 50% inferiores respecto al promedio del 2017.

Esta es la situación en la que se aguarda un cambio en la regla de movilidad. Pero lo más importante es que comenzar a actualizar por inflación frena la licuación, pero perpetúa las pérdidas acumuladas desde el 2017. Esta es la oportunidad para ordenar las inequidades que se han cometido en los últimos 20 años con la distribución masiva e indiscriminada de jubilaciones sin aportes.

Según datos de la Seguridad Social revelados por fuentes oficiales, el año 2022 cerró con 442.000 jubilados o pensionados nuevos, de los cuales el 70, 9 %, 313.498 personas tenían la edad exigida pero no contaban no contaban con los años de aportes suficientes para hacerlo.

De los que recibieron la asistencia del Estado nacional a través de la Anses para lograrlo, unos 239.417 lo hicieron a través de una moratoria previsional y 74.081 con la PUAM. Apenas unas 128.616 personas tenían los 30 años o más de aportes exigibles y recibieron su jubilación sin necesidad de una moratoria.

El problema es que la franja del medio que comprende los sueldos que van desde 250.000, hasta el piso del Impuesto a las Ganancias, observan como día a día se deterioran sus salarios.

Este segmento que no recibe ningún bono perdió con Mauricio Macri un 19,5% y con Alberto Fernández otro 25%, es decir que representó casi un 50% lo que perdieron con las dos últimas administraciones. Habrá que ver lo que ocurre con la gestión de Javier Milei, porque hoy más que nunca se necesitan las fuerzas del cielo para recomponer la situación de la clase pasiva.

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