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Lograr una educación de calidad para todos es un desafío complejo, pero es un objetivo fundamental para el desarrollo social y económico de Argentina. Es necesario un compromiso conjunto de todos los actores involucrados en la educación, desde el gobierno y las instituciones educativas hasta las familias y la sociedad en general, para trabajar juntos y construir un sistema educativo que garantice que todos los estudiantes tengan las oportunidades que necesitan para alcanzar su máximo potencial.
Los días de clase perdidos debido a paros docentes y otras interrupciones en el calendario escolar tienen un impacto significativo en el aprendizaje de los estudiantes. Los resultados de las pruebas PISA 2022 y Aprender 2023 fueron preocupantes, una vez más, ya que mostraron un estancamiento e incluso un deterioro en los niveles de competencia en áreas clave como la comprensión lectora y el razonamiento matemático.
Las dificultades para la adquisición de habilidades básicas es un problema que afecta a los estudiantes de todos los niveles socioeconómicos.
Si bien la Ley de Educación Nacional establece años obligatorios de escolaridad en nuestro sistema educativo, muchos estudiantes finalizan la primaria y la secundaria sin dominar habilidades fundamentales como la comprensión lectora y el razonamiento matemático. Estas capacidades son cruciales para la vida en una sociedad democrática y para la inserción laboral, pero estudios nacionales e internacionales demuestran que un porcentaje significativo de estudiantes no logra alcanzar estos niveles básicos.
Las pruebas ERCE de la UNESCO en 2019 revelaron que el 46% de los estudiantes de tercer grado en Argentina no alcanzaba el dominio básico esperado en lectura. Este problema es común a alumnos de todos los niveles socioeconómicos. Los datos arrojados por las evaluaciones indican que incluso los alumnos del nivel socioeconómico más alto en Argentina están teniendo dificultades en el aprendizaje. Estos estudiantes muestran un rendimiento inferior en lectura en comparación con sus pares de otros países de la región, como Chile, Uruguay, Colombia, Perú y México.
Es decir, además del nivel socioeconómico, existen otros factores que influyen en el aprendizaje de los estudiantes. Según datos de Aprender 2023, el 14,6% de los estudiantes de sexto grado en el nivel socioeconómico más alto no alcanza los requerimientos mínimos en lengua, cifra que aumenta al 25,1% en secundaria.
Comparación regional
Comparado con otros países de América Latina, Argentina muestra resultados preocupantes. Por ejemplo, en Chile, solo el 15% de los estudiantes del cuartil (25% de la población) más rico no alcanza el nivel básico de lectura, mientras que en Argentina esta cifra se duplica, llegando al 32%. Además, en países como República Dominicana, El Salvador, Guatemala y Paraguay, la proporción de estudiantes del cuartil más alto con bajos niveles de logro en lectura supera a la de Argentina.
Estos datos subrayan la necesidad de abordar urgentemente las deficiencias en la educación argentina, especialmente en áreas críticas como la comprensión lectora y el razonamiento matemático. Es fundamental implementar políticas educativas efectivas que garanticen que todos los estudiantes, independientemente de su origen socioeconómico, puedan adquirir las habilidades necesarias para tener éxito en la sociedad actual.
Si bien existe una tendencia general en la que los resultados mejoran a medida que aumenta el nivel socioeconómico de los alumnos, esto no es determinante. El docente, la pedagogía y un sistema educativo dinámico lo demuestran. Hay países que logran ampliar significativamente las oportunidades de aprendizaje para los más pobres.
Un tabú frustrante
Las últimas pruebas PISA también revelaron datos preocupantes acerca de la autopercepción de los alumnos con respecto a su inteligencia y a sus posibilidades de superación, un tabú que puede influir significativamente en su aprendizaje. Según estos datos, aproximadamente la mitad de los alumnos de 15 años en Argentina creen que su inteligencia es algo fijo y no puede cambiar mucho. Esta creencia, conocida como "mentalidad fija", puede afectar su actitud hacia el aprendizaje, su capacidad para enfrentar la frustración ante el error y su disposición para esforzarse en superarse.
En general, los estudiantes de niveles socioeconómicos más bajos tienden a creer con mayor frecuencia que su inteligencia es algo inmodificable. Esto sugiere que existe una necesidad de fomentar una "mentalidad de crecimiento" en todos los niveles socioeconómicos para mejorar los resultados educativos.
Una destacada psicóloga de nuestro tiempo, Carol Dweck, ha estudiado en profundidad esta problemática; ella sostiene que los estudiantes con una "mentalidad de crecimiento" creen que sus habilidades pueden desarrollarse a través del esfuerzo, la enseñanza y la persistencia. Estos estudiantes están más dispuestos a enfrentar desafíos, aprender de sus errores y esforzarse por alcanzar sus metas.
Por el contrario, los estudiantes con una "mentalidad fija" creen que sus habilidades son innatas y no pueden cambiar mucho. Estos estudiantes pueden desanimarse fácilmente ante los desafíos y pueden tener dificultades para aprender de sus errores.
Fomentar una mentalidad de crecimiento en los estudiantes es fundamental para mejorar su aprendizaje y su desarrollo personal. La escuela y la familia pueden jugar un papel importante en este proceso, cultivando la autoestima con estímulos e incentivos genuinos.
Perseverancia y aprendizaje
La disposición a sostener el esfuerzo y la perseverancia en las tareas es fundamental para el aprendizaje, no solo en las aulas, sino en todos los ámbitos de la vida. Estas habilidades se desarrollan desde la infancia, tanto en la familia como en la escuela, a través de experiencias guiadas y progresivas. La capacidad de autoevaluación y coevaluación de las producciones, así como la mejora continua, son aspectos esenciales para fortalecer esta perseverancia y el deseo de aprender y expresar lo aprendido en distintas producciones.
Los resultados de PISA 2022 destacan la perseverancia como un factor clave para mejorar el aprendizaje. En 2018, el 23,5% de los estudiantes estaba "altamente de acuerdo" con la frase "Cuando empiezo una tarea, la termino" y el 50,6% estaba "de acuerdo" con la misma frase. Sin embargo, el 26% expresó que podía no terminar las tareas que comenzaba, lo que indica una falta de perseverancia en un cuarto significativo de los estudiantes. En 2022, se agregó una opción intermedia de "ni de acuerdo ni en desacuerdo" y se observó que casi el 19% de los estudiantes informaron que podían no terminar las tareas que iniciaban, lo que indica una leve mejora en comparación con 2018. Sin embargo, el 58,5% se consideraba perseverante en sus tareas, lo que indica que la mayoría de los estudiantes aún tienen margen de mejora en este aspecto.
Los estudiantes del cuartil más desfavorecido presentan una mayor falta de perseverancia (el 25,8%) contra el 13,1% del sector de mayores ingresos.
La perseverancia no es una mera virtud moral, sino el fruto de una autopercepción positiva y de un contexto familiar y escolar estimulante. Fomentar la perseverancia en los estudiantes es crucial no solo para el aprendizaje en las aulas, sino también para el éxito en todos los ámbitos de la vida personal, social y productiva. Es fundamental que tanto la familia como la escuela promuevan experiencias y pautas guiadas, progresivas y sinérgicas para desarrollar esta disposición desde la infancia, fomentando una mentalidad de crecimiento que permita a los estudiantes enfrentar los desafíos y superar las dificultades.
Una educación de calidad
Es impostergable garantizar que todos los estudiantes tengan igualdad de oportunidades para desarrollar sus habilidades y alcanzar su máximo potencial académico. Esto implica, desde mi óptica, respeto por el calendario escolar y aplicación de políticas educativas efectivas que se enfoquen en mejorar la calidad de la enseñanza en las aulas. Esencial será desarrollar la autoestima, alentar la perseverancia y estimular el aprendizaje continuo. Es decir, una educación de calidad inclusiva y equitativa.
Los resultados de las pruebas PISA 2022 y Aprender 2023 muestran que la educación argentina enfrenta importantes desafíos, pero también hay señales positivas que indican que hay avances en algunas áreas. Es fundamental abordar los desafíos de manera integral y trabajar juntos para construir un sistema educativo de calidad que garantice que todos los estudiantes tengan igualdad de oportunidades para desarrollar sus habilidades y alcanzar su máximo potencial académico. La construcción de una política educativa clara y efectiva es un desafío complejo que requiere del compromiso y la colaboración de todos los sectores de la sociedad. El tiempo dirá.