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En un mundo cada vez más interconectado y digitalizado, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta indispensable en muchas áreas, incluidas las ciencias económicas como es mi caso.
Recientemente, conversé con dos colegas y amigos, Juan y María, ambos economistas con trayectorias profesionales similares. Durante la charla, representaron dos enfoques diferentes ante este avance tecnológico. Juan, con un perfil progresista y ávido por la innovación, ha adoptado herramientas de IA en su trabajo diario. Utilizando algoritmos de aprendizaje automático, está mejorando notablemente la eficiencia y precisión de sus análisis, permitiéndole tomar decisiones más fundamentadas y anticipar tendencias económicas con mayor exactitud para beneficio de sus clientes. Su visión proactiva le ha valido reconocimiento en su campo y ha elevado su capacidad para ofrecer soluciones estratégicas a los desafíos económicos actuales. En cambio, María, una economista talentosa pero más tradicional en sus métodos, aún no ha incorporado herramientas de IA en sus tareas. A pesar de su sólida formación y experiencia, se enfrenta a dificultades para gestionar la creciente cantidad de datos económicos y financieros disponibles en la era digital. Su enfoque convencional la ha dejado rezagada en términos de eficiencia y capacidad de análisis en comparación con Juan.
La historia de Juan y María refleja el dilema que enfrentan muchos profesionales de diversas áreas como abogados, médicos, arquitectos, ingenieros, periodistas, comunicadores, etc.: adaptarse a las nuevas tecnologías o arriesgarse a quedarse atrás. La inteligencia artificial está transformando todas las profesiones y permite a los profesionales aprovechar estas herramientas para mejorar su trabajo y alcanzar nuevos niveles de éxito en un mundo cada vez más digitalizado.
La ola disruptiva
Alvin Toffler, en su obra futurista 'La Tercera Ola', anticipó la llegada de una era de cambios acelerados que transformarían la sociedad. Hoy, la inteligencia artificial emerge como la ola disruptiva que redefine todas las profesiones y campos del saber, llevando la visión de Toffler a una nueva dimensión de cambio radical y constante. Está marcando un antes y un después para la educación y el mundo laboral, transformando la forma en que aprendemos y trabajamos. Se está convirtiendo en una herramienta esencial en todas las áreas profesionales, y es crucial entender su impacto y adaptarse a este nuevo entorno laboral. Está ofreciendo nuevas oportunidades y desafíos. Es vital que los profesionales y educadores desarrollen habilidades para trabajar de manera efectiva con la IA. La colaboración entre humanos y máquinas será clave en el futuro, y aquellos que puedan aprovechar el poder de las herramientas que ofrece la IA estarán mejor preparados para tener éxito en el mundo laboral del mañana.
En el ámbito profesional, la IA puede automatizar tareas repetitivas, permitiendo a los trabajadores centrarse en actividades más creativas y estratégicas. Según la consultora McKinsey, en su informe titulado "Un futuro que funcione: Automatización, empleo y productividad" publicado en 2017, ya anticipaba que aproximadamente el 30% de las actividades laborales en el 60% de las ocupaciones podrían automatizarse con tecnologías existentes. Destacaba que la IA tiene el potencial de automatizar hasta el 50% de las actividades laborales actuales para el año 2045; esto afectará a una amplia gama de ocupaciones, desde tareas manuales hasta tareas cognitivas más complejas como el análisis de datos. Aunque se anticipa la pérdida de millones de empleos a nivel mundial, también se generarán nuevos puestos que demandarán mayores habilidades cognitivas y de alta interacción social. La productividad global podría aumentar entre un 0,8 y un 1,4 % anualmente, según esta publicación, lo que llevaría a un aumento en los ingresos y el nivel de vida. Sin embargo, esto podría profundizar la desigualdad si no se implementan medidas públicas que preparen a los trabajadores para la nueva economía. Esto incluye la inversión en educación de calidad y capacitación para desarrollar las habilidades necesarias para los trabajos del futuro.
También otras prestigiosas consultoras mundiales destacan el impacto de las herramientas de IA en las profesiones y puestos de trabajo en general. Tal es el caso del reciente informe de Gartner, "Predicciones de RRHH para 2024: Navegando por la incertidumbre y la disrupción" (enero de 2024), en el cual se identifica a la IA como una de las cinco tendencias principales que darán forma al futuro del trabajo en 2024. El informe enfatiza la necesidad de que las organizaciones resuelvan la "paradoja de las habilidades" de la IA, donde la demanda de habilidades relacionadas con la IA está creciendo más rápido de lo que la oferta de trabajadores calificados puede seguir el ritmo. Gartner recomienda que las organizaciones inviertan en el desarrollo de habilidades de IA para su fuerza laboral actual y creen nuevos roles de trabajo que complementen las capacidades de IA. Además, el informe identifica cuatro categorías clave de habilidades que serán cada vez más importantes en el futuro: creatividad, inteligencia social, pensamiento crítico y capacidad de adaptación.
Asimismo, otra publicación destacada internacionalmente, el informe de McKinsey, "No hay lugar para esconderse: la IA y el futuro del empleo en 2030", encuentra que la IA tendrá un impacto aún mayor en el empleo en la próxima década. McKinsey estima que hasta 800 millones de empleos podrían perderse debido a la automatización para el año 2030, pero también se crearán hasta 974 millones de nuevos empleos. El informe destaca la necesidad de una transición laboral a gran escala para ayudar a los trabajadores a adaptarse a la nueva economía del trabajo.
Un catalizador
La historia de Juan y María ilustra la importancia de adaptarse a estos cambios. Los profesionales que adopten la IA en su trabajo estarán mejor preparados para enfrentar los desafíos del futuro y aprovechar las oportunidades que esta tecnología ofrece. Es esencial que tanto los individuos como las organizaciones inviertan en educación y capacitación para desarrollar las habilidades necesarias para trabajar con IA y asegurar su éxito en el mundo laboral del mañana.
Desde acelerar el análisis de datos en la investigación científica hasta automatizar tareas rutinarias en las ciencias económicas, la IA está transformando la eficiencia, la precisión y la creatividad en una amplia gama de campos profesionales además del económico. Profesionales en áreas como por ejemplo el derecho, la psicología, la arquitectura, ingeniería y la medicina o veterinaria están experimentando cómo la IA les permite optimizar sus procesos, ofrecer tratamientos personalizados, mejorar la gestión de recursos y proporcionar una experiencia más enriquecedora para sus clientes.
Esta evolución implica la necesidad de una adaptación continua y un enfoque proactivo para aprovechar al máximo las nuevas tecnologías y habilidades que la IA ofrece, lo que plantea importantes desafíos y oportunidades para todos los actores involucrados en la formación y práctica profesional.
Las universidades alrededor del mundo están tomando diversas medidas para enfrentar el impacto de la IA en el trabajo y las nuevas habilidades requeridas. El punto de partida es la adaptación curricular para la incorporación de contenidos relacionados con las nuevas herramientas y permitir que los estudiantes de diferentes áreas puedan adquirir destrezas básicas y aplicar los conocimientos a sus campos de interés.
También trabajan en las habilidades blandas, como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la creatividad, que son cada vez más importantes. La promoción de la cultura de la innovación en las instituciones de nivel superior es necesaria en el contexto actual.
Además de las universidades, es crucial que los colegios profesionales, las instituciones y organizaciones que capacitan a la fuerza laboral, e incluso las empresas, se adapten a la nueva realidad impulsada por la inteligencia artificial. Los colegios profesionales deben actualizar sus programas de formación continua y certificación para incluir competencias en IA y habilidades digitales. Las instituciones de capacitación deben desarrollar cursos específicos que preparen a los trabajadores para los cambios tecnológicos. Las empresas, por su parte, deben invertir en la capacitación de sus empleados, promoviendo una cultura de aprendizaje continuo y adaptabilidad. Al hacerlo, se asegurará que la fuerza laboral no solo esté preparada para los desafíos actuales, sino también para las oportunidades futuras que la IA y otras tecnologías emergentes traerán.
La inteligencia artificial está redefiniendo el panorama laboral y las habilidades necesarias para prosperar en el futuro. No solo las universidades, sino también los colegios profesionales, las instituciones de capacitación y las empresas u organizaciones deben adaptarse proactivamente a estos cambios. Deben comprometerse en el desarrollo de programas y recursos que preparen a la fuerza laboral para un mundo en constante evolución. La adaptación y el aprendizaje continuo son clave para aprovechar las oportunidades que propone la Inteligencia artificial y garantizar un futuro donde todos puedan prosperar.