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Groenlandia, la isla del tesoro

Miércoles, 15 de enero de 2025 02:05
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Los planes de Donald Trump para Groenlandia no son nuevos. "Sería un gran negocio inmobiliario", dijo en 2019. Históricamente, el territorio recibió atención de las autoridades estadounidenses debido a su posición estratégica. Primero, como forma de contener el avance global de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Luego, durante la Guerra Fría, para controlar las rutas marítimas entre Europa y América del Norte y por su proximidad al Ártico.

Pero un informe publicado a mediados de 2023 por el Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia estimaba que los 400.000 km2 de territorio de la isla actualmente no cubiertos por hielo tienen depósitos moderados o elevados de 38 minerales en la lista de materiales esenciales elaborada por la Comisión Europea.

Además de aparentes altas concentraciones de cobre, grafito, niobio, titanio y rodio, también existirían grandes depósitos de las llamadas tierras raras, como el neodimio y el praseodimio, cuyas peculiares características magnéticas las hacen fundamentales en la fabricación de motores de vehículos eléctricos y turbinas de viento.

Groenlandia podría contener hasta el 25% de todos los recursos de elementos de tierras raras del mundo, alrededor de 1,5 millones de toneladas de materiales. Las tierras raras se han convertido en un bien demandado en un contexto de transición energética en busca de formas de energía limpias y renovables y han lanzado a diferentes potencias globales a disputas por grandes minas en todo el mundo.

Actualmente, China domina el mercado de minería y procesamiento de tierras raras. El país lleva años intentando profundizar su presencia en Groenlandia. Xi Jinping definió que el suyo debe ser un país "cercano al Ártico", pese a que está a casi 1.500 kilómetros de la región. Beijin ha intentado echar raíces en la isla a través de obras de construcción en un plan bautizado la "Ruta de la Seda Polar", brazo del masivo proyecto de inversión mundial de Xi conocido como La Franja y la Ruta.

Todos estos movimientos chinos en la zona alarmaron a EE. UU. Si el interés por las tierras raras y Groenlandia ya estaba claro en el primer mandato, el hecho de que la dirección del gobierno de Trump esté profundamente influenciada por el multimillonario Elon Musk, director general de Tesla, uno de los mayores fabricantes de coches eléctricos del mundo, no se debe ignorar. Tesla tiene interés en la disponibilidad global de tierras raras además del litio, el cobre, el níquel y el grafito. Por lo tanto, es razonable pensar en un conflicto de intereses.

Pero los beneficios no serán inmediatos. "Mientras los gobiernos operan con un horizonte de 4 años, estas grandes mineras planifican sus negocios con un horizonte de 40 años", añade el geólogo.

Pero hay otra clave para entender la motivación de Trump: la noción de Destino Manifiesto, articulada en el siglo XIX, afirmaba que, dado su "excepcionalismo", EE.UU. tenía el deber y el derecho de avanzar hacia territorios extranjeros para garantizar el desarrollo y la expansión del experimento de libertad y autogobierno que el país defendía.

El orden mundial establecido tras las Grandes Guerras, con la creación de organismos multilaterales para mediar en las disputas entre naciones (objetivos frecuentes de las críticas de Trump) y el establecimiento de fronteras claras entre países, parecía haber puesto fin a la expansión territorial pregonada por el Destino Manifiesto.

Uno de los mayores ejemplos de este movimiento fue Andrew Jackson, el séptimo presidente estadounidense, que gobernó de 1829 a 1837. No es mera coincidencia que Trump declare que siente una gran admiración por Jackson. Ahora, para su segundo mandato, Trump parece haber reservado para Jackson mucho más que un lugar en el muro.

* Fuente: Reseña de un artículo de la periodista Mariana Sanches, BBC News Brasil, Washington

 

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