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13 de Septiembre,  Salta, Centro, Argentina
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Votar en defensa propia

Sabado, 13 de septiembre de 2025 01:42
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El electorado bonaerense "votó con el bolsillo", una vieja frase en la política argentina. Claramente la economía familiar resultó ser la víctima principal del ajuste del gobierno de Javier Milei en el último año y medio. Sin embargo, el enorme rechazo en las urnas fue también una respuesta al maltrato evidente recibido de un inédito clasismo liberal que tiende a incentivar, otra vez, la exclusión, la discriminación y la marginalidad.

Votaron "en defensa propia", y reiteraron la fórmula de 2023: del mismo modo que le dijeron entonces al kirchnerismo "hasta aquí llegamos", el domingo pasado le hicieron saber al mileísmo qué ocurrirá si insiste con las degradaciones sociales, ignora el valor de la justicia social y se burla de la pobreza en la que están recluidos.

La gente, en general, ya fue con bronca a votar contra los desmedidos aumentos en el transporte, en los precios, en los combustibles y las tarifas de la luz, gas y agua. Un año y medio sin respiro mientras el nuevo gobierno arreglaba la macroeconomía. Tarde se enteraron los votantes que Milei "no vino a ocuparse de la micro", que es lo que más pega en el día a día: los salarios congelados, las jubilaciones mínimas, los precios sin control que no pararon de subir, y el nivel adquisitivo por el suelo.

Los bonaerenses renegaron de los maltratos, y del ninguneo de un presidente inscripto en un anarcocapitalismo liberal que los desprecia, así como de sus trolles e insultadores seriales y despiadados. Les molestó demasiado que un adoctrinado diga que en el Conurbano bonaerense "cagan en baldes, son burros, brutos, y son pobres por cómo votan".

Está claro que Javier Milei no tiene una consideración positiva hacia las personas de bajos recursos; detesta "lo social", excluye a millones de argentinos de la posibilidad de obtener un trabajo en blanco porque no se ocupa del crecimiento de la actividad productiva. En su pensamiento está marcado a fuego que los "kukas" generaron la pobreza, pero él no se hace cargo de enfrentar el problema; la reducción del índice del que habla se contradice con la realidad.

A juicio del Poder Ejecutivo los millones de informales son simples cartoneros, los discapacitados deberían arreglárselas solos, los jubilados tendrían que morirse para que el sistema previsional se equilibre. También los chicos enfermos de cáncer tendrían que buscar por sí mismos adonde atenderse en sus provincias y no venir al Hospital Garrahan porque considera que ese instituto de salud de excelencia tiene demasiados pacientes para un presupuesto expuesto a la motosierra. Los jóvenes de bajos recursos deberían postergar sus sueños universitarios y quedarse en el terruño con trabajos de bajo nivel y paga miserable pues "no son capaces de lograr otra cosa mejor", según el ideario liberal.

El líder de esta nueva experiencia política argentina, que es la Libertad Avanza, presume de "avanzar" y de impulsar una "libertad", discutible, por cierto. El actual gobierno no avanza, corrige números, pero está quieto. Si bien bajó la inflación, disminuyó el gasto público y alcanzó superávit fiscal, tarda en mostrar proyectos de crecimiento productivo para enfrentar la desocupación. Lejos de promover libertad, en todos los aspectos humanos genera restricciones: al derecho de ejercer la expresión pública, a la diversidad sexual, a la oposición a sus ideas anarcocapitalistas. Quiere vetar el presupuesto educativo. Pretencioso, aspira a remplazar la cultura nacional por una "liberal" de dudosa importación y trayectoria.

El Conurbano bonaerense es un país dentro de la Argentina, es el refugio de quienes creen que en sus provincias -o países vecinos- jamás le verán la pata a la sota, nunca levantarán cabeza ni alcanzarán siquiera el primer peldaño de la clase media baja. Sin embargo, hay allí mismo un universo de familias tradicionales con hijos jóvenes dispuestos a no dejarse amilanar para cursar en las universidades más cercanas a sus domicilios, donde la educación es gratuita. Al presidente no le satisface el alumbramiento de universidades provinciales, retacea el presupuesto porque supone que cada uno debe prepararse por su cuenta y con sus carencias a cuestas.

La "defensa propia" está corriendo su voz en varios estamentos de la política. Los partidos políticos se comieron el primer trompazo en noviembre de 2023, y compraron cambios que no eran tales, se sometieron al nuevo poder porque les afectó el mote de la casta. Los nuevos gobernadores aceptaron en principio un intento de unidad nacional, incumplido, por lo tanto, ficticio. Ahora, no atienden los teléfonos. Varios aliados ya comprenden que los libertarios no avanzan, y que tampoco orinan agua bendita, son también oscuros en materia de corrupción.

El resultado electoral bonaerense dejó advertencias: la política es imprescindible en todo gobierno, pensar en la gente es de requerimiento urgente, corregir la microeconomía es vital en este momento, y presentar un presupuesto para 2026 indispensable. Milei ignoró el mensaje: no cambió su gabinete, no se movió un ápice del lugar de la confrontación permanente, no cedió en nada su plan económico. Pero, al fin va a presentar el Presupuesto Nacional 2026.

El 26 de octubre el país entero asistirá a las elecciones de medio término, donde se juega el balance parlamentario en ambas cámaras legislativas.

¿Se votará otra vez en defensa propia?

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