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El asesino serial de Alto Comedero

Por la denuncia de un sobrino, y por la investigación de varias denuncias por desaparición de personas, Matías Jurado fue detenido, acusado de, por lo menos, cuatro muertes.
Martes, 30 de septiembre de 2025 02:01
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La imagen de una vivienda modesta en el Barrio Alto Comedero, en San Salvador de Jujuy, no hubiera sido tan reproducida en medios locales y nacionales, sin que se supiera quién era su principal morador. Todo comenzó ya entrado el mes de agosto pasado; antes, ese hombre joven apenas era "El Machetero" para sus vecinos, porque caminaba por las calles portando una de esas herramientas de corte. Por lo que pudo establecerse, todos se mantenían a prudente distancia, porque parecía ser violento y se decía que tenía antecedentes por haber agredido y robado a varios habitantes del barrio. A veces, por las madrugadas, se dijo que gritaba fuerte. Antes de que las luces de las cámaras lo iluminaran, esos gritos parecían ser solo eso. Pocos sabían cómo se llamaba este vecino.

Matías Jurado nació en 1987. No se le conoce ocupación. Se supo que tuvo dos parejas y tres hijos; con ninguno de ellos tuvo contactos recientes. Tiene un sobrino que a veces iba a dormir a la casa del barrio. También a veces, llegaba al lugar un adulto mayor del sexo masculino, probablemente alcohólico.

Antes de agosto, en Jujuy había varias personas mayores, algunos indigentes o en situación de calle, que sus familiares tenían como desaparecidos y así lo habían denunciado a las autoridades. Con el propósito de ayudar en su búsqueda, algunos familiares crearon carteles en color, con fotografías, nombres, apellidos y datos de esas personas, que fijaron en postes de alumbrado, en las paredes y muros del barrio y en otros barrios de la ciudad.

En un momento, algo unió a esos hombres con Jurado. Algunos dicen que fue el sobrino; otros dicen que, en un video de una cámara de seguridad, se vio a una persona mayor subir a un taxi con alguien muy parecido a Jurado. Las alarmas se encendieron porque ya tenía antecedentes penales. La primera vez fue acusado y condenado por homicidio, en el año 2004. En la segunda, fue acusado de robo agravado, en el año 2017. En el año 2018, fue acusado de amenazas con arma.

Había que ingresar y registrar la vivienda, a la brevedad, lo que se hizo varias veces. Hubo una primera vez, en el interior, y se encontraron restos humanos, fragmentos de piel y ropa dispersos. En la segunda vez, de nuevo en el interior, se encontraron huesos humanos, sangre y hasta una nariz en el baño. La tercera vez el hallazgo de restos humanos no fue en la vivienda, sino en un basural a metros de aquella. Hubo una cuarta vez, en la que los investigadores emplearon un georradar en el patio de la vivienda. Eso les permitió encontrar anomalías compatibles con entierros o calcinación. En ese procedimiento se obtuvieron doscientas (200) muestras: huesos humanos incompletos y calcinados; rastros de sangre y material genético en los platos de comida de los perros.

Hasta ahora, las pruebas de ADN en el material de estudio, comparados con la de los familiares, permitieron identificar a cuatro posibles víctimas. Sus nombres son Jorge Anachuri, Sergio Sosa, Miguel Quispe y Juan Ponce. Todos ellos eran buscados como desaparecidos. Finalmente, estaban muertos y parte de sus restos estuvieron en la vivienda o en el patio de ella. No se descarta que el número de víctimas pueda crecer.

Al principio, solo se pudo identificar a dos de esas posibles víctimas. Jurado fue llevado a declarar ante la fiscalía que investiga los casos. Se abstuvo, pero llegó a decir que era inocente y no contestó preguntas. No hace mucho, cuando se identificaron otras dos víctimas, la fiscalía amplió la acusación por otros dos homicidios calificados. Jurado se abstuvo por segunda vez.

Jurado está detenido en una celda del penal de Villa Gorriti. Está aislado y es vigilado continuamente por los guardias y cámaras de seguridad. No recibe visitas, lo que incluye a su abogado, que pertenece al cuerpo de defensores públicos de la Provincia.

Lo que ve la Fiscalía

La teoría del caso de la fiscalía consiste en atribuir a Jurado la autoría de cuatro homicidios calificados. Dice tener evidencias suficientes para hacerlo, entre las cuales están los videos de las cámaras de seguridad, los testimonios de taxistas, de vecinos, el resultado de los registros domiciliarios en cuanto a restos humanos y las pruebas genéticas. La fiscalía cree que el imputado se ocupaba de buscar víctimas de ciertas características comunes: edad, indigencia, situación de calle y similares. Lo hacía especialmente los viernes, porque ese día se recoge la basura en su barrio; engañaba a las víctimas ofreciéndoles trabajo que no existía, dinero, alcohol o quedarse a dormir. En algún momento las mataba, luego las descuartizaba, las enterraba y las quemaba. De nuestra parte agregamos que descuartizar es una de las maneras que tiene el criminal para deshacerse del cadáver. Cuando lo hace, lo que intenta básicamente es ocultar lo que hizo. No estará completo sin los otros dos actos que se mencionaron: enterrar o quemar el cadáver, o ambos a la vez. Volviendo a la acusación, el móvil sería el placer de matar, que es una de las agravantes del homicidio en el Código Penal argentino.

Casos famosos

Hasta ahora, los periodistas e investigadores jujeños no tenían registro de lo que parece ser Jurado: un asesino serial, como ningún otro en la historia de la provincia. Alguien parecido a Ted Bunty, el Asesino de la Carretera; a John Wayne Gacy, el Payaso Asesino; Edmund Kemper, el Gigante Asesino; Richard Trenton Chase, el Asesino Vampiro; David Berkowitz, el hijo de Sam; Jeffrey Dhamer, el Carnicero de Milwaukke; Luis Garavito, el colombiano que confesó haber asesinado a ciento cuarenta ( 140) menores en siete años, entre otros -sobre todo esto, el autor de esta nota tuvo a la vista las obras de Bafico, 2014; Folino- Escobar, 2009; Marongiu, 2010; y Torre-Silva, 2010-

Un asesino serial es alguien que comete una sucesión de homicidios, separados por determinado lapso y que se detiene por razones ajenas a su voluntad. En cuanto a la cantidad, el número que más acuerdos consigue es el de tres. El móvil es básicamente el poder sobre la víctima, el provocar dolor o, como gráficamente dijo la triste celebridad de Bunty, "sentir el último aliento". Los más conocidos, que antes nombramos, eran jóvenes, de raza blanca, inteligentes y de apariencia agradable.

Móvil impenetrable

El móvil desvelará a los psiquiatras y psicólogos. Entre las variantes que tiene este delincuente traerá más dificultad establecer por qué ha matado por placer. Será una tarea muy compleja y demandante. El experto procurará estudiar la vida entera de este hombre, cómo actuó durante los hechos en general y en particular, caso por caso. Así tendrá más posibilidades para determinar qué lo impulsó a matar. Se necesitará que el acusado colabore.

Un asesino serial no es un delincuente cualquiera, porque en éste lo más usual es la idea y la ejecución. El serial es más complejo, porque empieza con una fantasía; sigue con la búsqueda; el acecho; la captura; el crimen. Habrá algunos que conservan algún recuerdo de cada víctima. Otros entrarán en una depresión intensa, de la cual saldrán con el suicidio, entregándose a las autoridades o bien, cometiendo errores que permitirán su captura.

No es mucho lo que se sabe de Matías Jurado. Pese al interés periodístico por el caso, que atrajo a los principales medios de todo el país a Alto Comedero, se sigue sin saber si la vivienda era suya; ¿tenía automóvil?; ¿cuál era su medio de vida?; ¿tenía algún trabajo?; ¿es cierto que trasladó parte de los restos de sus víctimas al basural vecino en una pequeña y vieja carretilla?; ¿se hicieron estudios sobre el alimento de los perros?; ¿cuántos eran estos? La investigación intentará responderlos, si no lo hizo todavía.

 

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