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Marina Jiménez habló de su condena a 10 años por abuso sexual: "El juicio fue demasiado rápido, no hubo pruebas"

​​​​​​​En diálogo con El Tribuno, la directora del Ballet Salta negó las acusaciones, criticó la rapidez del juicio y aseguró que no existen pruebas. A pesar de la sentencia, aún no firme, la artista de 73 años adelantó que apelará el fallo, destacando: "Mi vida ha sido dedicada a los niños y jóvenes".
Jueves, 11 de diciembre de 2025 21:53
Marina Jiménez
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La histórica directora del Ballet Salta, Marina Jiménez, enfrenta una condena de 10 años de prisión por abuso sexual contra su nieto. En una entrevista con El Tribuno, la artista de 73 años sostuvo que no hay pruebas en su contra, que el juicio fue “demasiado rápido” y que su familia está dividida debido a los testimonios. A pesar de la sentencia, que sigue sin ser firme, Jiménez anunció que apelará el fallo. "Toda mi vida la he dedicado a los niños y jóvenes", dijo.

¿Cómo tomó una condena a 10 años por abuso en contra de su nieto?

Toda mi vida he tratado de tener una conducta recta, una conducta lo más dedicado a lo que yo hago, de tratar con niños, con jóvenes, adultos. Hace 53 años que tengo una escuela. He tratado con el ballet, con chicos jóvenes, adolescentes y he viajado por el mundo con ellos. He tenido sobrinos viviendo en Buenos Aires en mi casa, muy jovencitos. He tenido mi cuñado, he tenido bailarines salteños. Parecía la casa de Salta, más que nada. Bueno, hemos cobijado a mucha gente muy joven. Jamás tuve un problema.

¿Y cómo se llega a este conflicto?

He sido la madre que he podido ser, a pesar de mis viajes, a pesar de mis giras. Crecieron y mi hijo mayor se casó con una alumna, la cual escaló y la pusimos como primera figura en el tango. Esta nuera jamás me quiso, siempre estuvo en competencia conmigo, siempre, a pesar que uno le dio el lugar para que se luzca. Siempre se las arreglaba. Si venía una bailarina linda, se las arreglaba para que yo la eche. Si venía una bailarina mejor, se las arreglaba para que encontrara un defecto y que yo la eche. El problema nace desde ahí, por eso lo cuento. Nace de ahí, con ese odio. Nacieron los nietos, crecieron con ese odio, pero yo los recibí de la mejor manera posible, como abuela. El primer nieto, Emanuel, me cambió la vida, me dio alegrías, a pesar que ella era muy mezquina, no los dejaba ir a casa.

¿Usted dice que en el juicio hubo contradicciones respecto de esas visitas?

Por eso que hay contraversia. Por ejemplo, mi nieto dice cosas que no tienen nada que ver con las pruebas, porque dice yo iba siempre, y mi nuera en la declaración dice yo no los dejaba ir casi nunca. O sea, hubo muchas falencias en la parte del juicio.

¿Y él vivía acá en Salta?

No, ellos viven en Buenos Aires. Ellos han venido siempre, vino hasta con una novia. Entonces, pasó el tiempo, vino a vivir acá en Salta, porque hicimos que entre al Ballet de la Provincia (Eso en 2022). Estuvo medio año sin cobrar porque no salía el nombramiento. Entonces, yo lo banqué, le banqué el gimnasio, le banqué las clases. Cuando ya empezó a cobrar un sueldo, empecé a decirle, bueno, Emanuel, vas a tener que colaborar en la limpieza, vas a tener que colaborar en pagar algo.

¿Y cuándo se produce el quiebre entre ustedes?

Se fue a fin de año y se fue, se hizo amigo de César Guantay y cambió. Se fue, se despidió, porque volvía en febrero para entrar otra vez al Ballet clásico, y yo me doy con que se perdió, se me robó plata, mucha plata. Me quedé callada, le conté a mi marido.

¿Esto en qué año fue?

En 2022. Se fue, me saludó para mi cumpleaños en enero, me operaron en enero también de una prótesis de rodilla, me saludó, que tengo los comprobantes de los audios y de WhatsApp, pero cuando estuvo, dice abuela, ya vuelvo en febrero, y le dije, pero primero tenemos que hablar, porque se me había perdido esa plata. Cuando volvió, le dije el tema, se enojó, insultó, se peleó muy mal, y se fue. Pero antes me había dicho que él se iba a ir del Ballet de la Provincia, porque le habían prometido un trabajo en el Ballet de La Plata, y yo le aconsejé, le dije, no te vayas, no dejés el Ballet si no estás seguro, y dijo, sí, yo estoy seguro, porque ya me aseguraron.

Luego él vuelve a Buenos Aires. ¿Qué sucede ahí?

El se fue a vivir a lo de César Guantay, estuvo dos meses, tres meses, y se fue y renunció. Cuando yo voy a bailar para la fiesta de Güemes en junio, allá al monumento de Güemes, llego, y mi hijo me habla y me dice, mamá, ¿por qué me hacés esto? Y le digo, ¿qué te dice, hijo? Me dice, bueno, vos abusaste de Manuel, bueno, todo lo que después se declaró. Y le digo, ¿pero cómo podés pensar que puedo hacer esto? ¿Cómo podés pensar? Bueno, le digo, tráemelo mañana mismo, y esto lo arreglamos frente a frente. Yo estuve dos días y se fue. Estuvo dos días y no vino con Emanuel. Me tenía que volver. Llego acá a Salta y me doy con la denuncia.

Y luego que pasó

(Mi nuera) Mandó a todas las madres, a todas mis alumnas, a las madres de mis chicos. Mandó a mi trabajo, mandó a la televisión, a mi familia, les hizo jurar a mis sobrinos que durmieron un montón de veces acá, en Salta, les hizo jurar que si yo le había hecho algo. Llamó a Chile, a mi familia de Chile. Bueno, yo me doy con esa denuncia, tuve que hablar con la gente y decir, bueno, la verdad que estoy tan mal como ustedes, pero ustedes están con toda la... si están predispuestos a pensar que yo soy así como me está describiendo, tienen todo el derecho de irse. Bueno, gracias a Dios no se fue nadie porque ya la conocían a mi nuera, ella ya vino a dar clases acá con mi hijo. Un día se enojó y dejó colgado ese día la función y los chicos tuvieron que bailar solos, tuvimos que arreglarlo y ese día en el Teatro Provincial tuvieron que bailar solos. O sea, la conocían, la conocían perfectamente, entonces se quedaron conmigo y no tuve problemas. En el trabajo creyeron en mí y no me echaron.

¿Qué pasa con el proceso judicial?

Pasaron tres años, llegó el momento porque toda denuncia tiene su juicio. Yo la verdad que estaba tranquila porque evidencias no había ninguna. Él dijo de abusos desde que tenía 10 años. Por Dios, yo estoy rodeada de un mundo folclórico de hombres. Si voy a fijarme en un niño, en un nieto, eso es aberrante. Bueno, él dijo que en Mar del Plata mintió porque en Mar del Plata estuvimos los cuatro juntos en una habitación. Mi esposo, mi nieta, él y yo en una habitación. ¿Cómo voy a abusar estando en una habitación? Se puede despertar Hugo, se puede despertar la nena. Y él era chico. Dijo cosas que no, la verdad que yo lo escuchaba y no podía creer lo que decía. Él dice que hasta los 17 o 16 años estuvo así, que yo lo tenía amenazado. Antes que se venga a vivir acá, me dice abuela, ¿por qué no nos vamos de viaje? Quería ir a Sydney. Averiguamos los precios y era imposible. Y le digo, no, elegí un lugar más cerca. Me dice, bueno, vamos a Miami. Menos mal que fui con mi secretaria, porque si no me hubiera dicho que lo violé a los 27 años. Él ya tenía 27 años.

¿Cuántos años tiene hoy él?

Hoy en día 31. Realmente para mí esto es muy feo lo que me está tocando vivir.

En el juicio, ¿él aportó pruebas, otros testimonios?

No hubo ningún testimonio, solo que mi hijo, es como que él le creyó y todos repetían lo mismo. Pero nadie vio nada, ninguno de los testimonios que fueron la madre, el padre y la hermana, César y el psicólogo.

El juicio se hizo en Buenos Aires, ¿verdad?

Este juicio se hizo en Buenos Aires. En Comodoro Py.

¿Cuántos días duró el juicio?

Fue rapidísimo, fue rapidísimo. Duró un día que yo pensé que, yo deseaba que termine ese día, honestamente, porque lo único que faltaron declarar era mi psicóloga, que me trató todo el año, hasta hoy. Hoy en día estoy en manos, ella me derivó una psiquiatra.

La condena dura, son 10 años. ¿Ahora ustedes van a apelar esa condena?

Exactamente, sí. No es efectiva todavía. Pero de todas maneras me duele que ella (mi nuera) mandó a todos los medios. Es tanto el odio que tiene esta mujer que envenenó a los nietos, envenenó a mi hijo y perdí mi hijo, que es lo que más me duele.

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