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Un fuerte reclamo social sacudió Orán, cuando cientos de personas se concentraron en la Plaza Santa Marta, el mismo lugar donde Thiago -un joven de 16 años- fue atacado días atrás. Con banderas, fotos y carteles, vecinos, familiares y amigos del chico asesinado exigieron justicia y pidieron que su muerte “no quede impune como tantos otros casos”.
La movilización comenzó temprano y fue encabezada por los padres y familiares directos del adolescente. “En primer lugar, que se haga *usticia por Thiago, es lo único que pido”, expresó con la voz quebrada su padre, mientras la madre y otros allegados sostenían pancartas con el rostro del joven.
Las emociones se desbordaron en cada testimonio. Una prima dijo: “Hoy fue Thiago, mañana puede ser otro hijo. Necesitamos que todos nos apoyen en esta marcha”. La novia del adolescente lo recordó como “un chico tranquilo, de buen corazón”, y pidió a las autoridades que actúen con rapidez para evitar que tragedias como esta se repitan.
Entre los presentes también había vecinos, docentes y compañeros de escuela, quienes se sumaron al grito colectivo de “Justicia, Justicia” y encendieron velas en el banco donde Thiago solía sentarse, convertido hoy en un altar improvisado. Muchas personas llegaron en motocicleta desde otros barrios para acompañar a la familia en su reclamo.
La consigna que atravesó toda la jornada fue contundente: “Todos tenemos un Thiago en casa”. Con esa frase, los organizadores apelaron a la empatía y el compromiso ciudadano oranense, recordando que cualquier niño puede convertirse en víctima de la inseguridad y la violencia juvenil.
La marcha avanzó bajo el grito “basta de muertes, basta de violaciones, queremos seguridad”, distintos oradores hicieron hincapié en la necesidad de cambios profundos en el sistema judicial y en la protección de los menores.
La concentración culminó con un momento de silencio y oración frente al lugar del crimen, donde se colocaron flores y velas en memoria del adolescente asesinado. Los organizadores anticiparon que continuarán movilizándose hasta obtener respuestas y que insistirán en una reunión con los jueces del caso.
Para la comunidad, el caso Thiago ya no es solo una tragedia individual: se ha convertido en un símbolo de lucha y unidad frente a la impunidad y la inseguridad.