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El Colegio Nacional, los "extras" y las chicas de Tony Curtis y Yul Brynner

El 9 de diciembre, nuestro ilustre colegio cumplió 161 años de fecunda labor educativa.
Lunes, 22 de diciembre de 2025 00:59
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Hace pocos días el exColegio Nacional de Salta, "el ilustre" como dice en los inicios una estrofa de su himno, cumplió 161 años de fecunda labor educativa. Fue creado por el presidente Bartolomé Mitre el 9 de diciembre de 1864, aunque la disposición provino de cuando Justo José de Urquiza, el 30 de septiembre de 1856 creó por una ley de la Confederación Argentina, cuatro colegios nacionales en Mendoza, Salta, Tucumán y Catamarca.

Aquí en Salta, la historia del establecimiento se remonta a la época de Juan Manuel de Rosas cuando el jesuita Agustín Bailón fundó el "Colegio de la Independencia" que comenzó a funcionar en el exconvento de los mercedarios. Por esta razón, hubo quienes le llamaban "Colegio de la Merced" mientras que otros simplemente decían el "Colegio de Bailón". El hecho es que como ese edificio era  del estado provincial, el gobernador José Manuel Saravia lo cedió para que allí comenzaran las clases el 9 de junio de 1847. Se inscribieron 28 alumnos que asistían a cursos de gramática y latinidad, geografía, historia universal, música, inglés y francés. Entre estos primeros alumnos figuran Robustiano Patrón, Napoleón Latorre, Joaquín Díaz de Bedoya, Cleto Aguirre y Federico Ibarguren.

En 1850 se agregaron cursos de filosofía y matemáticas y se dictó el primer "Estatuto del Colegio de la Independencia" siendo sus redactores el P. Bailón, Facundo de Zuviría y Ladislao Velazco. En 1860 el colegio cambió de nombre y pasó a ser "San José" y años después "Colegio Nacional", inaugurado el 5 de marzo de 1865, siendo su primer rector el Dr. Juan Francisco Castro.    

Ley de Mitre

Cuando Bartolomé Mitre dicta la ley de creación del Colegio Nacional de Salta, el texto del primer artículo dice: "Bajo la denominación de Colegio Nacional de Salta se establecerá en la provincia de ese nombre, una casa de educación científica preparatoria, en que se cursarán las Letras y Humanidades, las ciencias morales y las ciencias físicas y exactas". El artículo segundo versa sobre la duración de la enseñanza (cinco años), el programa de estudios y el reglamento que será "el que rige en el Colegio Nacional de Buenos Aires". El artículo tercero establece un número máximo de lo que hoy llamamos becarios. Textualmente dice: "Serán educados 20 jóvenes pobres de diversas provincias, por cuenta de la Nación. Se admitirán, además, alumnos internos y externos".

Como ya se dijo, el flamante Nacional de Salta heredó el mismo solar que había ocupado el colegio del Padre Bailón: el añejo edifico de los Mercedarios ubicado en las actuales calle Caseros y 20 de Febrero, caserón descripto como "chato, feo, muros de adobe y techo de teja y cañizo".

De todos modos y más allá de todas las deficiencias, el Nacional permaneció en eses solar a lo largo de unos 80 años, cuando debió mudarse a su moderna casa erigida a metros de los primeros faldeos del cerro San Bernardo, delimitada actualmente por el Paseo Güemes al norte, Lavalle al este, Pasaje Zorrilla al sur y Juramento al oeste.

Nueva casa

Según el arquitecto Roque M. Gómez ("LA CIUDAD DE SALTA- Urbanismo, arquitectura y sociedad"/2025) el nuevo edificio del Colegio Nacional se comenzó a construir en 1938. La obra fue ejecutada por la Dirección Nacional de Arquitectura sobre un proyecto del arquitecto Rafael Orlando. Anteriormente y según la historiadora Teresa Cadena de Hessling, en ese lugar estaba la cancha de fútbol del Cuerpo de Bomberos. Pero el dato histórico interesante que la mayoría de los salteños olvidamos es que ese predio fue donado por Francisca Güemes de Arias (1862-1955), hija del Dr. Luis Güemes y nieta de Martín Miguel de Güemes.

Como decíamos, la construcción del establecimiento comenzó en 1938 y al momento de su inauguración en 1945, el moderno edificio contaba con una serie de adelantos técnicos propios de la época: central telefónica; reloj patrón sincronizado con una decena de relojes y timbres que automáticamente marcaban horas de clase y recreos; sistema eléctrico de agua calienta para duchas; casa del mayordomo (Paseo Güemes y Lavalle). Al frente del edificio que está sobre Paseo Güemes, posee el hall de recepción y en su interior está dotado de un salón de actos; 16 aulas con guardarropa, gimnasio con piso de parquet, vestuarios y duchas apara ambos sexos; biblioteca, rectoría, vicerectoría, secretaría, mesa de entrada, consultorio médico, sala de profesores, sala de celadores en cada piso, sala de música, terraza sobre calle Juramento, dos patios cubiertos en ambos pisos "separados –dice el arquitecto Gómez- por sanitarios y un pequeño patio con fuente de agua y plantas que recrean los clásicos "patios andaluces". Y como si todo esto fuese poco, tiene una cúpula de observación astronómica que hace pocos años fue recuperada.

En 1946 se creó, anexo al Colegio Nacional, la Escuela de Comercio que en 1953 se independizó y pasó a ser Escuela Nacional de Comercio pero continuó funcionando en el mismo edificio pero por la tarde.

En abril de 1955 comenzó a funcionar en el mismo edificio el Nacional Nocturno, destinado especialmente a los adultos mayores. Pero hubo excepciones: en 1961 un grupo de jóvenes del diurno se pasaron con armas y bagajes al nocturno sin permiso de los padres. Era para trabajar de "extras" en la película "Taras Bulba" que se rodaba en las lomas de San Lorenzo y donde además, tendrían la oportunidad de montar a caballo y trotar a la par de las estrellas de Hollywood que por entonces eran Tony Curtis (37) y Yul Brynner (42). Lo peliagudo fue cuando debieron explicar a sus tatas el inconsulto cambio de turno.

Si alguna vez alguien osa escribir sobre la rebeldía femenina en Salta, deberá incluir, guste o no, la actitud adoptada por las alumnas del turno mañana del Nacional, cuando en 1961 se negaron a ingresar a clases, hasta que no vieran pasar y saludar bulliciosamente a los ya mencionados astros de Hollywood, Tony Curtis y Yul Brynner. Lo que pasó fue que como ambos actores vivían en sendas mansiones del barrio El Monumento, todas las mañanas pasaban con sus atractivos automóviles frente al Colegio Nacional rumbo a San Lorenzo. El paso de estos señores era aproximadamente a las 8.30, es decir media hora más tarde del horario de ingreso al colegio. Esto trajo como consecuencia que las alumnas no ingresaban hasta no ver pasar y saludar a Curtis y Brynner, conducta que intentó corregir el vicerrector Luis "Negro" Ramos, blandiendo brazo en alto en medio de las chicas, multicolores formularios de amonestaciones. Pero ni siquiera esa amenaza las amedrentó: continuaron vivando a sus ídolos mientras adentro, los opas celosos mascullaban irrepetibles palabras contra los "yanquis".

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