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26 de Diciembre,  Salta, Centro, Argentina
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Dos siglos de la vida de Salta retratados desde la centralidad de su espacio fundacional

La segunda edición ampliada de "Plaza 9 de Julio, su gente, el entorno y la ciudad", libro de Juan Carlos Wizny, salió de la imprenta. Un recorrido desde 1824 hasta 1998 con cambios, conflictos, permanencias y el patrimonio escultórico expoliado.
Viernes, 26 de diciembre de 2025 00:42
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En una segunda edición ampliada del libro "Plaza 9 de Julio, su gente, el entorno y la ciudad", recién salida de la imprenta, Juan Carlos Basilio Wizny retoma un viaje de casi dos siglos a la vida de Salta desde el espacio en el que Hernando de Lerma plantó la picota fundacional en 1582. En 460 páginas -ordenadas por meses y años desde 1824 hasta 1998- el autor considera cuestiones de la vida cotidiana y temas que fueron y siguen siendo importantes para el funcionamiento de la ciudad, como el alumbrado público, las calles, la higiene urbana, la falta de agua potable, los medios de transporte, los monumentos, la desaparición del patrimonio escultórico de plazas y parques, los gastos y la falta de presupuestos.

Con un riguroso rastreo en archivos, bibliotecas, hemerotecas, memorias del Gobierno, actos administrativos de Intendencia, libros de sesiones del Concejo Deliberente, boletines, actuaciones judiciales y actas de escribanía, Wisny abre focos desde la centralidad de la Plaza 9 de Julio y sus alrededores hacia la visión cotidiana y las realidades de distintas épocas. Las transcripciones de fuentes oficiales, crónicas, columnas y cartas de lectores publicadas por diarios, periódicos y revistas, adentran al lector en el atrapante devenir de la ciudad, sus carencias, conflictos, cambios y permanencias.

Las fuentes incorporadas develan la impronta de cada época, con la voz y las inquietudes de testigos de aquellos tiempos, los rasgos distintivos de la comunidad, problemas recurrentes y la diversidad social y económica del medio.

A la Plaza 9 de Julio -designada con ese nombre a partir de 1872- también se la conoció como Plaza Pública, Plaza de Armas, Plaza Principal y Plaza del Inmortal Urquiza. El autor refiere a su función social, ya de paseo, de circulación, alternancia social, tolerancia, discriminación, entretenimiento y de práctica comercial, así como también de la higiene. Y engloba en el tratamiento de los diferentes aspectos abordados a la recova, edificios circundantes y otros espacios públicos como el Parque San Martín y la Plaza Belgrano.

Wizny, quien realizó numerosas exposiciones fotográficas en el NOA, participó en numerosas investigaciones y publicó cuentos y poemas galardonados a nivel nacional, es un estudioso de los diferentes aspectos que rodean a los espacios públicos de Salta.

Como bien describe en su libro, en la segunda década del siglo XIX la Plaza 9 de Julio era un lugar vacío al que lentamente se le fueron incorporando elementos arquitectónicos ornamentales y vegetales. Siempre fue y aún es un hito/punto central de referencia de la ciudad. Con el tiempo fue sumando jardines; se plantaron naranjos, ombúes, molles y ceibos; se colocaron asientos de hierro y madera, y se instalaron la Pirámide, el quiosco, la retreta/glorieta y hasta una calesita.

En la edición ampliada, concretada con el apoyo del Sindicato de Trabajadores Pasteleros de Salta, aparecen los juegos de destrezas que se practicaban en distintas festividades. A comienzo del siglo XX se instaló la fuente de agua (1904), se inauguró el monumento al general José Antonio Alvarez de Arenales (1919), y se fueron emplazando esculturas que aún permanecen. Otras fueron expoliadas, como la Diosa con Antorcha (obra en fundición de hierro sustraída de la Plaza 9 de Julio); Terma del Aviador (bronce a la cera de Antonio Locatelli) y El Paraguas, una de las tallas que legó el picapedrero italiano Vito Pasamai y que nunca fue restituida a la fuente de la Plaza Torino de Viana del Parque San Martín. La obra de Wizny no solo pone de relieve esas y otras incomprensibles ausencias, sino que permite identificar variados y recurrentes tópicos de la vida social, institucional y política de Salta.

Por mucho tiempo la Plaza fue un paseo aristocrático de exclusión social y discriminación. Dentro de los aspectos de la vida cotidiana, el libro trata temas relativos a la constante exhibición de jóvenes mujeres/damas de la burguesía oligárquica y de la Plaza constituida como vidriera para fines matrimoniales de ese grupo social. También incorpora transcripciones referidas al desarrollo de la prostitución, con la obvia presencia del municipio, que cobraba su parte con una actividad que le generaba más ingresos anuales que los dos mercados de la ciudad y a la que recién en la segunda década del siglo XX decidió "tolerar" oficialmente.

 

 

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