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La zona que está bañada por el río Pilcomayo está en Santa Victoria Este, territorio salteño con más de 15 mil habitantes. Por estas horas y hasta mañana, el territorio colmado de misiones indígenas, puestos criollos, aldeas evangelistas, escuelas con comedores, hospitales y oficinas con empleados estatales, deberá soportar el paso de la mayor crecida, desde 2018, de un río que es impredecible. Muchos pobladores sostienen que esta vez, el río desbordó más para el lado boliviano y paraguayo. Lo mismo habrá que esperar que no haya un "cambio de golpe", como le dicen los chaqueños a los cambios repentinos del cauce.
Ayer, el ministro de Infraestructura provincial, Sergio Camacho, informó que oficialmente hay cerca de 300 familias aisladas, en ese territorio, debido al avance del agua. “No están inundadas. Los anillos de contención están funcionando perfectamente bien”. En la reunión del Comité de Emergencia Hídrica que encabezó el gobernador Gustavo Sáenz, el gobierno afirmó que se reforzarán las acciones y los recursos para asistir a la población afectada en ese territorio.
Sin embargo, la presencia del Estado no se ve en los territorios. La lluvia que sigue persistente y monótona no ayuda. Si bien las inundaciones son histórica, desde que el Chaco es Chaco, las problemáticas en nuestra provincia son numerosas en un territorio afectado por una declarada emergencia alimentaria y por tener los índices de pobreza más altos del país. En consecuencia, no se dimensiona cómo golpea a Santa Victoria Este y como resultado las acciones del Estado resultan ineficientes e insuficientes.
Para el Gobierno son 300 familias aisladas. Para un comerciante de Santa María, que recorre el departamento en su camión cargado de mercadería, son todos los puestos y parajes de Santa Victoria Este los que están incomunicados y asilados. "Calculamos que estos días ya quedarán totalmente rodeados de agua Rancho El Ñato por un lado, y todos los puestos que rodean a Alto La Sierra. Entonces vamos a tener problemas lo que queda de marzo porque el agua seguirá y los caminos estarán intransitables", dijo Eliseo Castell.
Ya se plantean al menos 15 días de aislamiento.
La primera acción que ordenó el Gobierno fue la suspensión de clases. Las y los maestros salieron de los territorios de manera urgente, antes que llegue el agua; casi todos son de otros lugares. Se entiende perfectamente la situación. Lo que sucede en estos casos es que escuela que se cierra, escuela donde no se come. Se cierra el comedor escolar y los chicos quedan si desayuno y almuerzo; algunos tiene jornada extendida y muy pocos están albergados. Cuando cierra la escuela se pasa hambre. Por algo realizan el refuerzo estival.
Se pasa hambre por distintas circunstancias. En primer lugar por la pobreza y las condiciones históricas.
Pero en estos días de lluvia pareja e intensa se hace imposible encontrar leña seca. No es que sea un lugar con gas natural, menos las garrafas que cuestan fortunas. Se cocina con leña en lugares seco. Hoy no hay nada seco. La gente mira el bolsón de alimentos y piensa en cómo hervir los fideos.
El ministro de Desarrollo Social, Mario Mimessi, informó que llevó 300 bolsones, pero Hugo González, vocero indígena, dijo que sólo en Misión La Paz hay 800 familias. Si suman las 14 comunidades, que la rodean, la cantidad llega a 1.000 familias que paulatinamente se van quedando sin comida.
Los pocos comercios que hay se están quedando sin stock y los que tienen prefieren sacar la mercadería, como sea, a un lugar seguro y seco. Muchos comercios cerraron sus puestas y no hay nada para comprar. Lo único que está funcionando, gracias a la voluntad de los indígenas, son los botes inflables que utilizan para entrar la mercadería y sacar a los enfermos, embarazadas y ancianos.
Tampoco hay agua apta para el consumo. Y ese dato se debe tener en cuenta ya que no se puede cocinar, no se puede limpiar y no se pude vivir.
Hoy los anillos y las defensas resisten, pero el temor es grande. Las familias indígenas de Monte Carmelo se autoevacuaron; el antecedente de La Curvita que desapareció en 2018, los llevó a tomar la decisión de salir de esa zona. Llegó un camión de Gendarmería Nacional y se empantanó en el barro del camino. La gente se volvió a su anillo de contención y sabe que las salidas son difíciles.
Se fueron los maestros y hasta se fueron los gendarmes. No puede entrar la ayuda de Defensa Civil porque los caminos están imposibles, cerraron los comedores escolares, no tienen alimentos, no tienen agua, no pueden salir ni sacar a sus animales, y están rodeados de agua.
Un combo perfecto para comenzar a desarrollar otra estrategia de asistencia a los más de 15 mil salteños que resisten ´la crecida del río Pilcomayo en la Triple Frontera.
"Bajante", en la cuenca alta
Según el Sistema de Alerta Temprana del Pilcomayo se observa un comportamiento de "bajante, pero todavía con niveles muy altos" en la cuenca alta del río, sector de Bolivia.
Esto se refleja en la actual tendencia bajante de Villamontes; pero debe destacarse que los niveles se mantendrán por encima de los niveles de alerta roja (desbordes) en la cuenca baja, desde Villamontes hasta la zona de la Embocadura de los canales de Argentina y Paraguay, por lo menos durante todo el fin de semana e inicio de la semana próxima (progresivamente).
En Viña Quemada, Puente Aruma, y Villa Montes los registros siguen en "muy alto, en alerta roja". En la estación automática del puente Misión la Paz-Pozo Hondo, a las 10.40 se mantiene "estable", en 6,43 m. Nivel de alerta roja.