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El turismo es una actividad muy importante. En el mundo, cada lugar ofrece su atractivo, (historia, tradiciones, monumentos, naturaleza ambiental, costumbres, tradiciones, arte, gastronomía, etc.). Es una disciplina profesional compleja que debe integrar servicios y actividades, como oferta a consumidores diversos, que tienen una dinámica generacional en cada segmento o público, como suele decirse.
Salta a fines del siglo pasado, hizo un diagnóstico y estableció un plan de desarrollo, que la ubicó en los primeros lugares de visita interno, como política de estado y emprendedores vinculados al sector. Somos un país carente de estabilidad económica, los emprendedores o hacedores en cualquier sector de la economía lo vive y lo sufre. Muchos proyectos de vitivinicultura requieren un horizonte de 10 años mínimo de análisis económico-financiero, las empresas bodegueras, en nuestra provincia, priman en la búsqueda de calidad, dadas las ventajas comparativas ambientales, que les confieren los cultivos y los diferentes manejos. Con la profesionalización y aplicación de tecnología en todos los aspectos, de campo y elaboración. En esa oferta de turismo de Salta, el vino entra con todo su mundo, que es muy grande, nacional e internacional, mérito de los productores/empresarios que lograron hacer de Salta un lugar reconocido, por sus vinos.
Este sector activa, arrastra otros, como la construcción (hotelería, gastronomía). Primero en la oferta convencional, ahora las bodegas encaran proyectos integrados a estos servicios, igual a otros sitios de argentina y del mundo, es una muestra de la dinámica del turismo enológico, que tiene una traza, cuando son varias zonas, le llaman Ruta del Vino. Obviamente requiere de inversión, que los empresarios deben entrar a diversificar, para vender el vino, en un ambiente singular, luego el mercado de los consumidores y las estadísticas hacen la lectura de los resultados y las proyecciones futuras en cuestión.
El mercado turístico del mundo se mueve, con diversificación de la oferta y segmentación de los consumidores, para captar con actividades. Pienso que no todos los turistas son iguales. Hay un público de lujo que busca experiencias exclusivas, un público más joven interesado en lo "auténtico" y experiencias interactivas, familias que necesitan actividades para todas las edades.
Más allá de la degustación y los tours tradicionales, se pueden ofrecer experiencias especializadas. Por ejemplo, según información del tema:
- * Turismo de aventura: recorridos en bicicleta o a caballo por los viñedos.
- * Turismo gastronómico: talleres de maridaje con productos regionales, clases de cocina.
- * Turismo de bienestar: yoga en los viñedos, retiros de meditación.
- * Arte y revalorización histórica de los pueblos nativos: artesanía
La empresa
MARO SA, viene participando en desarrollos del Valle Calchaquí, en la vitivinicultura, en proyectos de infraestructura y urbanismo.
Estamos ahora en fase de estudios preliminares de un desarrollo eco-urbanístico en Cafayate, sobre la RN 40, a 6 km de la ciudad, creemos que este lugar está en la visión de calidad de vida de mucha gente. Si bien el turismo es una actividad humana transitoria, es vinculante al comportamiento social de las personas y su hábitat. Si el lugar es acogedor a los visitantes, van a volver, ahora ¿Cómo lograr esa acogida en el público visitante, diverso?, es brindando mejora continua de ofertas de servicios y actividades. Es muy probable que algunos de estos visitantes, quieran vivir algún tiempo aquí, entonces ese es nuestro potencial cliente, en nuestro desarrollo, que debe tener particularidades a las ventajas comparativas que tiene el lugar. El desarrollo urbanístico podría tener diferentes "productos" para incluir cada uno de estos segmentos.
El éxito de los proyectos está muy integrado al lugar y su ofrecimiento al turista y potencial ciudadano, es un sistema, en mi opinión, abierto, los inductores son públicos (Vías de comunicación, terrestres, aéreas, redes eléctricas, seguridad, sanidad, etc.) Privados que van creciendo en función de las proyecciones del mercado (oferta-demanda). Estos inductores tienen una dinámica permanente, que el turismo debe interpretar como un mercado más.
La concientización globalizada del buen uso del ambiente, a dado lugar nuevos paradigmas y al derrumbe de otros. La sostenibilidad y la regeneración son puntos que considerar en los nuevos consumidores, impulsar modelos de producción y de urbanización de bajo impacto en la naturaleza del valle Calchaquí.
Pensamos que el producto bruto del país debe mejorar, esa riqueza puede tener mercado en nuestro proyecto, creemos que las crisis ofrecen oportunidades, pero resaltan las debilidades, estas deben ser analizadas por los actores que les competen en esta visión general de potenciar el turismo de Salta y su Ruta del Vino.
Con un análisis estratégico profesional, con recursos humanos académicos de nuestra provincia, donde haya datos compilados reales, objetivos y apreciaciones subjetivas de este sector complejo, en fin tener un buen diagnóstico para caracterizar, ¿dónde estuvimos?, ¿dónde estamos? y ¿adónde vamos, ahora?.
Creemos que la narrativa del valle está, hay buenos relatos, pero los laureles, tienen su espacio- tiempo y creo que debemos replantearnos nuestra competitividad a la dinámica del mundo globalizado.