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El colapso del tránsito está íntimamente ligado a un fenómeno creciente: el turismo de compras a Bolivia. La diferencia de precios es tan marcada que cada día llegan a Aguas Blancas miles de argentinos de distintas provincias, desde Jujuy, Salta capital, Tucumán y hasta Córdoba y Buenos Aires. "Vienen tours completos. Es impresionante la cantidad de combis y remises que bajan por la ruta. Nunca se vio algo así", aseguraron desde el control fronterizo.
"La frontera está desbordada. Lo más grave es que no se está contemplando el impacto sobre quienes vivimos y trabajamos en esta zona. Hay que actuar ahora", advirtieron desde una cooperativa agrícola.
Los finqueros de la zona están entre los principales damnificados. No pueden sacar la producción ni cumplir con los horarios de cosecha o logística, ya que el tránsito bloquea todos los accesos. Piden caminos alternativos, pero aún no hay respuesta.
"El problema se repite en todas las fronteras: Chile, Paraguay, Bolivia. Si no se aplican políticas diferenciales para los pueblos de frontera, todo se va a complicar aún más", advirtió Ramón Tuma, empresario y productor de Orán. "Se teoriza mucho y en la práctica se fracasa. Hay más controles, sí, pero no se contemplan las necesidades de la población local. Es como apagar un incendio con un balde", sentenció.
Según estimaciones a Aguas Blancas, cerca de 5.000 vehículos ingresan cada día por el paso oficial, mientras que el doble lo hace por Puerto Karina, un acceso paralelo donde funciona una "aduana informal" que facilita el ingreso del contrabando cruzando el rio Bermejo. Así, la cantidad de vehículos vinculados directamente a las compras supera los 10.000 por día, a los que se suman los vehículos locales, camiones de producción agrícola y servicios logísticos.
A pesar de que en las últimas semanas se reforzaron los controles en la frontera y en la ruta, los operativos resultan insuficientes frente al volumen de tránsito. Las demoras, sobre todo entre las 16 y las 19 horas, alcanzan niveles críticos. Sin embargo, el movimiento no se detiene en todo el día: hay flujo constante de personas y vehículos durante las 24 horas.
Hubo reuniones con autoridades provinciales y productores. Pero la conclusión es unánime: la solución debe provenir del Gobierno Nacional.
Propuestas en análisis
Tanto funcionarios provinciales como referentes productivos analizan algunas medidas para mitigar el caos en la ruta 50:
- Habilitar caminos alternativos para finqueros: productores piden abrir trazas laterales para uso exclusivo rural en horas críticas. Dependen de la autorización de Vialidad Nacional.
- Horarios escalonados de circulación: se propone organizar franjas horarias diferenciadas entre vehículos particulares, productivos y servicios esenciales.
- Refuerzo de controles: se analiza mejorar la infraestructura en el Puesto 28 y colocar señalización para evitar el uso indebido de banquinas.
- Gestión ante Nación: municipios de Orán y Aguas Blancas solicitaron la intervención del Gobierno Nacional para atender la situación como un "caso frontera" con impacto regional.