inicia sesión o regístrate.
El Mercado San Miguel inicia un nuevo capítulo en su historia: desde esta semana, María Figallo asumió oficialmente la administración del tradicional paseo salteño, tras la finalización de la intervención que estuvo a cargo de Emilio Gutiérrez.
Figallo, reconocida por su formación en derecho laboral, negociación y gestión de conflictos, fue elegida para encabezar la institución en un contexto que exige mayor organización interna y un perfil técnico para enfrentar los desafíos cotidianos de uno de los mercados más concurridos del norte argentino.
Un apellido con historia
Además de su trayectoria profesional, María es hermana de Juan “Chipi” Figallo, ex rugbista salteño que vistió la camiseta de Los Pumas y dejó huella en el rugby internacional. El dato no es menor: el apellido Figallo, asociado al deporte y a la disciplina, ahora también se vincula con la gestión pública en un espacio emblemático para los salteños.
La flamante administradora no es ajena al funcionamiento del mercado. Desde marzo de este año, integró la Unidad Ejecutora del Mercado San Miguel, dependiente del Ente Descentralizado. Allí se desempeñó en el área jurídica, acompañando al CPN Dino Fabián Camacho, quien estuvo a cargo de la coordinación general, y al arquitecto Pablo Benjamín Sánchez, responsable del área técnica.
Su experiencia en asesoramiento estratégico y resolución de conflictos fue clave para que se la considere la figura adecuada en esta nueva etapa, en la que se pretende fortalecer la gestión institucional, garantizar transparencia administrativa y avanzar en la modernización de los procesos internos.
Desafíos por delante
El Mercado San Miguel no solo es un centro de abastecimiento y comercio, sino también un patrimonio cultural y turístico para la capital salteña. El desafío de la nueva gestión será equilibrar las demandas de los puesteros, la organización de los espacios comunes y la atención al público, con el objetivo de mantener la relevancia del mercado como lugar de encuentro social y económico.
Con esta designación, se apunta a dejar atrás la etapa de intervención y avanzar hacia una conducción estable, profesional y orientada a resultados, con el foco puesto en resolver conflictos internos y consolidar la imagen del mercado como institución clave de la ciudad.