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Con el corazón lleno de fe y el cansancio marcado en cada paso, los peregrinos de Nazareno llegaron a Iruya, donde se unieron a otros caminantes del Milagro. Desde allí avanzaron a campo traviesa, desafiando cerros y quebradas, para descansar bajo el cielo abierto antes de continuar rumbo a Humahuaca, con la esperanza intacta de llegar al encuentro con el Señor y la Virgen del Milagro.
El día de partida en Nazareno estuvo colmado de emoción y devoción. Desde la parroquia local, fieles emprendieron su largo viaje hacia la ciudad de Salta con un mismo objetivo: participar de la Fiesta del Milagro, una de las manifestaciones religiosas más multitudinarias del país. En el trayecto, los peregrinos de Nazareno se sumaron a los de Iruya, multiplicando fuerzas y espiritualidad para afrontar los más de 300 kilómetros que separan la puna salteña de la capital. Este recorrido es considerado uno de los más exigentes y conmovedores de toda la provincia.
El arribo de aproximadamente 3.000 peregrinos está previsto para el 14 de septiembre, cuando ingresen a la Catedral Basílica entre aplausos, lágrimas y cánticos de bienvenida. Pero lo más importante es que lo harán con la fe y la devoción intactas al Señor y la Virgen del Milagro. Allí se sumarán a miles de fieles que colmarán la plaza 9 de Julio para agradecer, pedir o simplemente ser parte de una manifestación de fe multitudinaria. Finalmente, el 15 de septiembre, podrán estar frente a las sagradas imágenes y renovar el pacto de fidelidad, el mismo que generaciones anteriores juraron y transmitieron como herencia de fe.
La peregrinación de Nazareno e Iruya no solo es un testimonio de fe, sino también un símbolo cultural que atraviesa generaciones. Año tras año, familias enteras se organizan para caminar juntas, llevando en el corazón intenciones personales, agradecimientos y pedidos.