Desde que se anunció que los cinemómetros fijos ya estaban en funcionamiento en las avenidas Banchik y Bolivia, muchos conductores tomaron precaución y trataron de adecuarse a las velocidades permitidas, pero muchos otros no las respetaron. Así lo demuestran, al menos, las últimas cifras estadísticas que difundió la Secretaría de Tránsito y Seguridad Vial de la Municipalidad de Salta para el período que va desde el 1§ al 11 de este mes. Según los datos provistos por el organismo, durante esos días los cinemómetros fijos captaron 9.433 fotografías de conductores que excedieron la velocidad permitida.
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Desde que se anunció que los cinemómetros fijos ya estaban en funcionamiento en las avenidas Banchik y Bolivia, muchos conductores tomaron precaución y trataron de adecuarse a las velocidades permitidas, pero muchos otros no las respetaron. Así lo demuestran, al menos, las últimas cifras estadísticas que difundió la Secretaría de Tránsito y Seguridad Vial de la Municipalidad de Salta para el período que va desde el 1§ al 11 de este mes. Según los datos provistos por el organismo, durante esos días los cinemómetros fijos captaron 9.433 fotografías de conductores que excedieron la velocidad permitida.
En el caso de la avenida Banchik, donde la máxima velocidad permitida es de 60 kilómetros por hora, el dispositivo detectó 6.250 casos. De estos, el 32,29% excedió los 60 km por hora pero no pasó los 70 km, y alrededor de 112 vehículos superaron los 120 km por hora.
La cantidad de infracciones se reduce casi a la mitad en la avenida Bolivia, donde a una máxima de 80 km por hora, 1.290 conductores la sobrepasaron y llegaron a los 90 km. Hubo dos casos de automóviles que alcanzaron los 150 y 160 km por hora.
“Ahora es el Tribunal Administrativo de Faltas el que tiene que evaluar las infracciones en base a lo que cada conductor exponga cuando le llegue la foto con la multa”, sostuvo en diálogo con El Tribuno, Carlos Caruso, secretario de Tránsito. Agregó que “las fotos representan una prueba concreta”, y aseguró que “se puede observar una mayor toma de conciencia por parte de los conductores, ya que en mayo cuando se pusieron los cinemómetros a prueba por tres días, se registraron muchas más infracciones”.
El mes que viene, cuando los infractores reciban las boletas en sus domicilios habrá problemas y las quejas serán cada vez más frecuentes por parte de estos. Es que con la sanción del nuevo régimen de faltas, las multas por exceso de velocidad tienen un valor alto, aunque otorga la posibilidad de pagar el 50% del monto en caso de que se cancele voluntariamente.
Costo político
Quien ya adelantó que está decidido a aceptar el costo político que conlleve la puesta en marcha de los cinemómetros con las consecuentes multas es el intendente de la ciudad, Miguel Isa. “Los números no son alentadores. No tenemos una mentalidad recaudadora, sino educadora. No queremos que alguien salga de su casa a hacer un trámite y no regrese. No son medidas populares, eso lo sé”, dijo Isa. “El 99,9% de los accidentes se producen por fallas humanas, lo que refleja que el problema está en los conductores ”, agregó.
Las infracciones tienen un costo que va desde las 150 a las 1.000 Unidades Fijas. Cada UF equivale a un litro de la nafta de menor precio, tomando como referencia la tabla de valores de combustibles del Automóvil Club Argentino (ACA).
Aún no se prevé la colocación de más cinemómetros fijos en la ciudad, aunque se informó que los móviles seguirán formando parte de los controles en la avenida Paraguay y Monseñor Tavella, donde está prohibido exceder los 60 km por hora.
Los cinemómetros fijos instalados registran no solo el exceso de velocidad, sino que también obtienen imágenes de los vehículos que no circulen con las luces bajas encendidas.
LOS DATOS
2 son las avenidas en la capital que poseen los cinemómetros fijos: Banchik y Bolivia. Detectan exceso de velocidad y luces.
9.433 infracciones detectaron los dispositivos en estas dos avenidas, casi mil por día. El próximo mes llegarán las multas a conductores.
45.000 pesos le cuesta al Estado cada uno de los pacientes que ingresa en estado grave al hospital, víctima de un siniestro.
</PUNTOS>1.444 siniestros provocaron las motocicletas desde el 1º de enero hasta el 31 de septiembre de este año.
16.000 infracciones en 3 días detectaron los cinemómetros cuando fueron puestos a pruebas en las avenidas donde hoy funcionan.
Un accidentado le cuesta al Estado hasta $45.000
Cada accidentado que llega a la Guardia del Hospital San Bernardo tiene un alto costo para el Estado provincial. De aquí que se pretenda mediante la educación vial, reducir los índices de siniestros.
“Cada accidentado representa un alto costo para el hospital y que el Estado debe afrontar. Por una persona que llega a la guardia luego de un accidente, pero no está en mal estado sino que solo acude para un chequeo, tiene un costo de $600. Una persona que llega lesionada y con fracturas, producto de un siniestro, le sale al Estado entre $2.000 y $3.000”, explicó a El Tribuno, el médico Jorge Mamaní, quien hace poco menos de un mes dejó el Hospital San Bernardo donde estaba encargado, entre otras tareas, de llevar adelante las estadísticas de accidentes. Mamaní agregó que “el paciente que llega grave o muy lesionado puede costarle a la Provincia $45.000 porque hay muchos gastos, operaciones, resonancias, tomografías, etc.
Víctimas
Desde el 1º de enero hasta ayer se registraron 165 víctimas fatales en siniestros viales, según la Policía.
La mayoría de las muertes se produjeron en el interior: Tartagal, Orán y Rosario de la Frontera.
Unas 477 personas ingresaron al San Bernardo por accidentes en automóviles, 245 por siniestros en bicicletas y 1.444 por conducir motocicletas. La cantidad de atropellados llegó a 1.091.
“Es necesario que se estudie qué es lo que ocurre con cada accidente. Ahora que dejé el hospital, no logré que alguien continúe discriminando los siniestros según el tipo de vehículo, o cuántas personas quedaron con discapacidades después de sufrir accidentes, o cuántas víctimas mueren luego de la internación. Para esto se necesita el apoyo del Gobierno, pero nunca lo conseguí”, aclaró Mamaní.