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Linchamiento

Viernes, 14 de diciembre de 2012 23:06

Las cataratas de fulminantes e irresponsables condenas al fallo judicial del caso “Marita Verón”, descargadas por políticos, periodistas, gente de la farándula y ciudadanos comunes constituyen, más que indicios, pruebas incontrovertibles de la decadente situación por el que atraviesa la justicia en la Argentina. El Derecho, tiene como objeto, de estudio y de aplicación, a la persona humana. El propender a garantizar la seguridad, la libertad y la propiedad de los individuos constituye la razón de ser de esta ciencia. Hacer justicia, no implica en modo alguno la necesidad de que los jueces fallen en función de la voluntad de la presidente y/ o el Parlamento. El porcentaje mayoritario de votos por los que un político fue electo, ni lo faculta, ni lo empapa de saber e infalibilidad como para erigirse en fuente de inspiración o de censura de fallos judiciales. Tampoco, la justicia consiste en ajustar los fallos al deseo de la opinión pública o la publicada. En sentido estricto, se hace justicia cuando una sentencia es la consecuencia lógica de un proceso judicial ajustado a derecho. Sentencia que, a su vez, puede ser revisada, objetada y/ o anulada. Mas, en cualquier caso, el rechazo de un fallo judicial en el que se juega la libertad, la honorabilidad y el patrimonio de los ciudadanos, debe hacerse desde la absoluta responsabilidad y el conocimiento de los hechos que se juzgan ¿Qué clase de persona es aquella que, sin conocer siquiera los hechos probados en la causa o el nombre de los acusados, afirma la culpabilidad de los mismos?¿Acaso son adivinos? ¿Cuál es la razón para que el fallo del juicio por la causa “Marita Verón” y, por ende, del tribunal que lo dictó, hayan sido objeto de la descalificación y el acoso generalizado más brutal y del que se tenga memoria en la Argentina? Cristina Kirchner, Amado Boudou; Juan Manuel Urtubey, Aníbal Fernández, Hermes Binner, Hebe de Bonafini, Marcelo Tinelli, la legislatura neuquina, el Inadi, la Ctera, la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina, etc., mas, fundamentalmente, los medios de prensa manifestaron su más enfático repudio a la absolución de los acusados del caso “Marita Verón”. Mas, semejante gesto de indignación no fue justificado por argumento o prueba alguna de la inadecuación del fallo. La indignación pura, en este caso, hiede más a demagogia que a otra cosa. Pero el oportunismo político no quedó cristalizado en la simple pose de indignación; pues, el kirchnerismo, mezclando los fallos de Marita Verón con los de Clarín, aprovechó “la pelota que le dejaron picando en el área judicial” para meter un gol, sobre la hora, al prestigio del Poder Judicial que venía en alza.

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Las cataratas de fulminantes e irresponsables condenas al fallo judicial del caso “Marita Verón”, descargadas por políticos, periodistas, gente de la farándula y ciudadanos comunes constituyen, más que indicios, pruebas incontrovertibles de la decadente situación por el que atraviesa la justicia en la Argentina. El Derecho, tiene como objeto, de estudio y de aplicación, a la persona humana. El propender a garantizar la seguridad, la libertad y la propiedad de los individuos constituye la razón de ser de esta ciencia. Hacer justicia, no implica en modo alguno la necesidad de que los jueces fallen en función de la voluntad de la presidente y/ o el Parlamento. El porcentaje mayoritario de votos por los que un político fue electo, ni lo faculta, ni lo empapa de saber e infalibilidad como para erigirse en fuente de inspiración o de censura de fallos judiciales. Tampoco, la justicia consiste en ajustar los fallos al deseo de la opinión pública o la publicada. En sentido estricto, se hace justicia cuando una sentencia es la consecuencia lógica de un proceso judicial ajustado a derecho. Sentencia que, a su vez, puede ser revisada, objetada y/ o anulada. Mas, en cualquier caso, el rechazo de un fallo judicial en el que se juega la libertad, la honorabilidad y el patrimonio de los ciudadanos, debe hacerse desde la absoluta responsabilidad y el conocimiento de los hechos que se juzgan ¿Qué clase de persona es aquella que, sin conocer siquiera los hechos probados en la causa o el nombre de los acusados, afirma la culpabilidad de los mismos?¿Acaso son adivinos? ¿Cuál es la razón para que el fallo del juicio por la causa “Marita Verón” y, por ende, del tribunal que lo dictó, hayan sido objeto de la descalificación y el acoso generalizado más brutal y del que se tenga memoria en la Argentina? Cristina Kirchner, Amado Boudou; Juan Manuel Urtubey, Aníbal Fernández, Hermes Binner, Hebe de Bonafini, Marcelo Tinelli, la legislatura neuquina, el Inadi, la Ctera, la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina, etc., mas, fundamentalmente, los medios de prensa manifestaron su más enfático repudio a la absolución de los acusados del caso “Marita Verón”. Mas, semejante gesto de indignación no fue justificado por argumento o prueba alguna de la inadecuación del fallo. La indignación pura, en este caso, hiede más a demagogia que a otra cosa. Pero el oportunismo político no quedó cristalizado en la simple pose de indignación; pues, el kirchnerismo, mezclando los fallos de Marita Verón con los de Clarín, aprovechó “la pelota que le dejaron picando en el área judicial” para meter un gol, sobre la hora, al prestigio del Poder Judicial que venía en alza.

Del contundente alegato de la defensa de los hermanos Rivero, a cargo del Dr. Sergio Morfil, y de los indigentes alegatos de la querella, se desprende que fue de estricta justicia el fallo en cuestión. El tribunal actuó con rectitud. Mas, paradójicamente, el precio a pagar por hacer justicia es su propia condena. Lindo mensaje (a los pocos jueces independientes que todavía quedan) aunque para nada novedoso. Clarín, hoy, clama justicia y no linchamiento mediático. Es decir, no esta justicia (la que contribuyeron a pervertir) sino, otra. Una que no haga con ellos, lo que ellos hicieron con Guillermo Luque, Carlos Carrascosa y los miles de militares que condenaron mediáticamente ­Vaya pretensión!

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