Obviamente, siempre los grandes líderes tienen una repercusión de acuerdo a una relación de amor- odio. Muchos, por la incapacidad propia de poder llegar a ese cargo ideal, generan una sensación de envidia y de rechazo. La dirigencia salteña es agradecida de Julio Grondona. Cuando Gimnasia y Tiro estuvo en Primera División (1993/94 y 1996/97).
La relación con Pepe (Giménez), con Pancho (Cornejo). En lo personal, no puedo dejar de sentir la muerte de Julio. A nivel dirigencial, las veces que he recurrido a él, siempre fueron un si. Visitó dos veces Salta bajo mi presidencia por la inauguración de las obras. Siempre estuvo predispuesto, nunca una puerta cerrada con él y trató de estar siempre presente, pese a su delicada salud.
Un tipo con liderazgo nacional e internacional. Ser vicepresidente de la FIFA sin hablar una palabra en inglés habla a las claras sobre su capacidad. El fútbol del interior lo va a sentir mucho. Salta recibió un empuje importante bajo su gestión. El que lo suceda en el cargo, debe ser ejemplar. Nadie lo impuso en 35 años. Siempre fue elegido en forma democrática, a través de los clubes. Particularmente tengo una sensación de tristeza, no por un tema personal, porque lo conocí poco en esa faceta, pero sí por lo dirigencial. Salta siempre tuvo las puertas abiertas en AFA.
Hay gente que por ignorancia o desconocimiento cree que puede venir un cambio mejor en el fútbol argentino. Bajo su presidencia tuvimos tres finales mundiales, que no es poco.
Habrá un antes y un después en el fútbol. Hoy es apresurado hablar de la sucesión.
Como expresión final, me gustaría que su gestión sea analizada en su totalidad y no en su parcialidad, porque toda gestión de muchos años puede tener momentos buenos y otros no tanto. Al ser una figura tan personalista y tan polémica, es lógico que genere opiniones diferentes.