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Secuestran colectivo y traffic por una protesta

Viernes, 01 de agosto de 2014 01:30
EL COLECTIVO SECUESTRADO AYER, EN LA ENTRADA A SANTA VICTORIA ESTE.
El acceso al municipio de Santa Victoria Este, sobre la ruta provincial 54, en el departamento Rivadavia, está bloqueado por una protesta de los habitantes de la zona que piden mejoras urgentes en el servicio de transporte público de pasajeros. Los manifestantes tienen retenidos un colectivo de la empresa Pilcomayo y una traffic de la compañía de turismo Tejada. Ayer por la mañana, otro ómnibus de Pilcomayo, que estaba secuestrado, se dio a la fuga de manera violenta y habría provocado lesiones a una estudiante que se arrojó frente al segundo colectivo para evitar que fuera recuperado por sus dueños. Desde entonces, los manifestantes decidieron cortar totalmente el acceso al pueblo. Exigen la presencia de autoridades y de los dueños de las empresas de transporte.
Son cerca de 100 personas, tanto las comunidades aborígenes, como las familias campesinas criollas del lugar, las que piden respuestas. "Acá no hay piqueteros, ni jefes. Solo hay vecinos que piden soluciones", reclamaron dos autoridades aborígenes.
La empresa Río Pilcomayo conecta el municipio desde 1993. Todos los días sale desde Tartagal, a las 8 de la mañana y si no hay contratiempos llega a Santa Victoria a las 13 horas. Otro coche, sale todos los días a las 7 de la mañana de Santa Victoria a Tartagal. Transporte Tejada, por otra parte, trabaja en la zona desde hace aproximadamente seis años, pero está habilitado para el turismo y no para el transporte público de pasajeros. El pasaje sale $100.
"Si está malo el camino llegamos al otro día y nadie dice nada, porque así es la vida en el Chaco. Si hay barro nos bajamos y paleamos. Nosotros siempre ayudamos y lo entendemos. Pero no puede ser que se nos quede un colectivo sin combustible o que se le salga la rueda mientras estamos andando. Cada vez que viajamos no sabemos si vamos a llegar a nuestro destino", le dijo a El Tribuno la estudiante Clara Palomo, que fue embestida por uno de los colectivos secuestrados que se dio a la fuga.
La protesta empezó el lunes con la retención del primer colectivo de Pilcomayo. Hasta ese momento se permitía la libre circulación, menos para las empresas transportistas. El miércoles, cerca de las dos de la tarde, llegó otro ómnibus de la misma empresa, patente REV 335 y también quedó retenido. El problema se agravó ayer por la mañana. Según los testimonios, operarios de la empresa de transporte pidieron permiso para "encender los motores de las unidades para que no sufran desperfectos". De acuerdo al relato de Clara Palomo, uno de los vehículos escapó súbitamente y la chocó, aunque pudo recomponerse para arrojarse frente al segundo colectivo y evitar que también se escapara.
"Prendieron los dos colectivos y dijeron que era para calentar los motores. Pero de golpe arrancaron a toda máquina. Me levanté de la silla y me puse por delante. El primer coche se dio a la fuga y me golpeó. Me tiró a la m... luego me levanté y me arrojé delante del otro para que no pasara. Cerré los ojos y por suerte frenó. El segundo coche todavía sigue acá", relató la estudiante que el 8 de agosto rendirá su última materia para recibirse de Educador Sanitario en Tartagal. "Fuimos a hacer la denuncia la Policía a las 10 de la mañana. Yo decía una cosa y la agente ponía otra. Me cambiaba las palabras. Me negué a hacer así la denuncia. No es que no me la querían tomar, sino que ellos quieren poner lo que se les antoja ¿Qué pasaba si me mataba?", preguntó Clara.
"Que pongan colectivos como la gente, porque nosotros no viajamos gratis. No ponen mi una conservadora para que la gente pueda tomar algo fresco", agregó.
El cacique Humberto Chené, de la comunidad chorote Misión Nueva Esperanza apoya el reclamo para que mejore el servicio de transporte. "Queremos que las dos empresas arreglen sus problemas entre ellos y que las dos puedan trabajar y dar un buen servicio. No queremos empresas nuevas, sino seguridad en los viajes", opinó. "Es mucho lo que hicieron con el colectivo al fugarse. Nos quieren hacer lío y nosotros estábamos de forma pacífica. Pero queremos viajar bien, no puede ser que a Tejada le secuestren el coche en Aguaray porque una denuncia o que al Pilcomayo se le salga una rueda y vuelque. Eso pasó en 2010 y al pobre chofer, Damián Frías, la empresa lo quiere hacer pasar por pasajero para no pagarle, porque quedó rengo", dijo por su parte Samuel Palma, cacique chorote de la comunidad de La Merced Nueva.
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El acceso al municipio de Santa Victoria Este, sobre la ruta provincial 54, en el departamento Rivadavia, está bloqueado por una protesta de los habitantes de la zona que piden mejoras urgentes en el servicio de transporte público de pasajeros. Los manifestantes tienen retenidos un colectivo de la empresa Pilcomayo y una traffic de la compañía de turismo Tejada. Ayer por la mañana, otro ómnibus de Pilcomayo, que estaba secuestrado, se dio a la fuga de manera violenta y habría provocado lesiones a una estudiante que se arrojó frente al segundo colectivo para evitar que fuera recuperado por sus dueños. Desde entonces, los manifestantes decidieron cortar totalmente el acceso al pueblo. Exigen la presencia de autoridades y de los dueños de las empresas de transporte.
Son cerca de 100 personas, tanto las comunidades aborígenes, como las familias campesinas criollas del lugar, las que piden respuestas. "Acá no hay piqueteros, ni jefes. Solo hay vecinos que piden soluciones", reclamaron dos autoridades aborígenes.
La empresa Río Pilcomayo conecta el municipio desde 1993. Todos los días sale desde Tartagal, a las 8 de la mañana y si no hay contratiempos llega a Santa Victoria a las 13 horas. Otro coche, sale todos los días a las 7 de la mañana de Santa Victoria a Tartagal. Transporte Tejada, por otra parte, trabaja en la zona desde hace aproximadamente seis años, pero está habilitado para el turismo y no para el transporte público de pasajeros. El pasaje sale $100.
"Si está malo el camino llegamos al otro día y nadie dice nada, porque así es la vida en el Chaco. Si hay barro nos bajamos y paleamos. Nosotros siempre ayudamos y lo entendemos. Pero no puede ser que se nos quede un colectivo sin combustible o que se le salga la rueda mientras estamos andando. Cada vez que viajamos no sabemos si vamos a llegar a nuestro destino", le dijo a El Tribuno la estudiante Clara Palomo, que fue embestida por uno de los colectivos secuestrados que se dio a la fuga.
La protesta empezó el lunes con la retención del primer colectivo de Pilcomayo. Hasta ese momento se permitía la libre circulación, menos para las empresas transportistas. El miércoles, cerca de las dos de la tarde, llegó otro ómnibus de la misma empresa, patente REV 335 y también quedó retenido. El problema se agravó ayer por la mañana. Según los testimonios, operarios de la empresa de transporte pidieron permiso para "encender los motores de las unidades para que no sufran desperfectos". De acuerdo al relato de Clara Palomo, uno de los vehículos escapó súbitamente y la chocó, aunque pudo recomponerse para arrojarse frente al segundo colectivo y evitar que también se escapara.
"Prendieron los dos colectivos y dijeron que era para calentar los motores. Pero de golpe arrancaron a toda máquina. Me levanté de la silla y me puse por delante. El primer coche se dio a la fuga y me golpeó. Me tiró a la m... luego me levanté y me arrojé delante del otro para que no pasara. Cerré los ojos y por suerte frenó. El segundo coche todavía sigue acá", relató la estudiante que el 8 de agosto rendirá su última materia para recibirse de Educador Sanitario en Tartagal. "Fuimos a hacer la denuncia la Policía a las 10 de la mañana. Yo decía una cosa y la agente ponía otra. Me cambiaba las palabras. Me negué a hacer así la denuncia. No es que no me la querían tomar, sino que ellos quieren poner lo que se les antoja ¿Qué pasaba si me mataba?", preguntó Clara.
"Que pongan colectivos como la gente, porque nosotros no viajamos gratis. No ponen mi una conservadora para que la gente pueda tomar algo fresco", agregó.
El cacique Humberto Chené, de la comunidad chorote Misión Nueva Esperanza apoya el reclamo para que mejore el servicio de transporte. "Queremos que las dos empresas arreglen sus problemas entre ellos y que las dos puedan trabajar y dar un buen servicio. No queremos empresas nuevas, sino seguridad en los viajes", opinó. "Es mucho lo que hicieron con el colectivo al fugarse. Nos quieren hacer lío y nosotros estábamos de forma pacífica. Pero queremos viajar bien, no puede ser que a Tejada le secuestren el coche en Aguaray porque una denuncia o que al Pilcomayo se le salga una rueda y vuelque. Eso pasó en 2010 y al pobre chofer, Damián Frías, la empresa lo quiere hacer pasar por pasajero para no pagarle, porque quedó rengo", dijo por su parte Samuel Palma, cacique chorote de la comunidad de La Merced Nueva.

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