En primer lugar, los especialistas lograron salvar el globo; ahora pelean por recuperar la función del ojito, "tarea en la que vamos muy bien", subrayaron.
Aquella Navidad
Era la mediatarde del 25 de diciembre de 2014. Facundo y sus padres, Gerardo Carrazana y Mariela, miraban de lejos cómo sus familiares jugaban con la pirotecnia. Cuando las explosiones cesaron, el pequeño y su papá caminaron para tomar otro rumbo y pasaron por donde había una cañita voladora que parecía apagada. Grande fue la sorpresa de todos cuando el explosivo detonó en el preciso momento que Facundo pasaba a su lado. Las esquirlas fueron directo a la carita del pequeño. "Nos asustamos mucho porque no sabíamos qué había pasado, hasta dónde lo había lastimado esa explosión", contó Mariela a El Tribuno desde la habitación del hospital salteño donde está internado Facundo. El niño lloraba mucho, su mamá lo llevó a su casa y lo acostó. Durmió un rato y cuando despertó no podía abrir el ojo. Urgente fueron al hospital Wenceslao Gallardo, de Palpalá, pero la pediatra los derivó al Hospital de Niños de San Salvador de Jujuy, "pero como no tiene oftalmólogo en la guardia, llamaron a uno privado quien luego de revisarlo dijo que había que operarlo pero él lo atendería en su propio consultorio y teníamos que esperar dos semanas", recordó el papá. "Mientras analizábamos esa situación -añadió- me llamó el subdirector del hospital quien me dijo que nos derivaban a Salta".
Tres intervenciones
"Es para destacar la decisión del doctor Carlos Moreno, del hospital público Materno Infantil de Salta, de llamarnos para que esperáramos a Facundo".
En junio, Facundo fue sometido a una segunda intervención. Fue la cirugía de catarata, pero en ese momento los médicos todavía dudaban de la conveniencia de ponerle el lente porque había que sacar la catarata para poder realizar la extracción del cuerpo extraño. Finalmente, le pusieron el lente intraocular, el cuerpo extraño estaba inerte, sin signos de actividad.
Luego de esta intervención, los profesionales planificaron el tercer procedimiento que era complicado de realizar en el sector público porque requiere equipamiento, tecnología y capacitación. Nazer Chaud desatacó que en la provincia "son muy pocos los profesionales capacitados para este tipo de cirugía. Sin embargo, logramos hacerla en este hospital público, por primera vez en Salta y creo que en provincias vecinas". El cuerpo extraído aparenta ser de plástico y tiene 8 milímetros de diámetro.
El médico puso de relieve que ahora están tratando de recuperar la función del ojito "y vamos muy bien", remarcó el profesional, quien adelantó que "también tenemos que estimularlo para lograr el desarrollo de la agudeza visual pareja con el otro ojito".
La última operación de Facundo fue el pasado martes 17 y fue realizada por un equipo encabezado por el doctor Daniel Kolton.
"Solo estos padres saben lo que se padece con este tipo de accidentes, además del pequeño que tiene que someterse a estudios e intervenciones de distinta naturaleza y riesgo para poder recuperarse", resaltó el médico y añadió: "Esta familia tiene otra vida desde el accidente del año pasado, con idas y venidas, desvelos, angustias; hay que tomar conciencia de los riesgos que supone la manipulación de la pirotecnia".
"Estamos cansados de recibir y tratar, todos los años, a chicos quemados, accidentados y padres desesperados. Hay que evitar que esto se repita, pero para eso hay que extremar los recaudos", remarcó el oftalmólogo.
"Facundo -continuó- pasó de la Navidad anterior hasta casi la actual con el serio problema en la vista por el accidente con pirotecnia; tenemos que evitar que esto se repita",sostuvo el profesional.
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En primer lugar, los especialistas lograron salvar el globo; ahora pelean por recuperar la función del ojito, "tarea en la que vamos muy bien", subrayaron.
Aquella Navidad
Era la mediatarde del 25 de diciembre de 2014. Facundo y sus padres, Gerardo Carrazana y Mariela, miraban de lejos cómo sus familiares jugaban con la pirotecnia. Cuando las explosiones cesaron, el pequeño y su papá caminaron para tomar otro rumbo y pasaron por donde había una cañita voladora que parecía apagada. Grande fue la sorpresa de todos cuando el explosivo detonó en el preciso momento que Facundo pasaba a su lado. Las esquirlas fueron directo a la carita del pequeño. "Nos asustamos mucho porque no sabíamos qué había pasado, hasta dónde lo había lastimado esa explosión", contó Mariela a El Tribuno desde la habitación del hospital salteño donde está internado Facundo. El niño lloraba mucho, su mamá lo llevó a su casa y lo acostó. Durmió un rato y cuando despertó no podía abrir el ojo. Urgente fueron al hospital Wenceslao Gallardo, de Palpalá, pero la pediatra los derivó al Hospital de Niños de San Salvador de Jujuy, "pero como no tiene oftalmólogo en la guardia, llamaron a uno privado quien luego de revisarlo dijo que había que operarlo pero él lo atendería en su propio consultorio y teníamos que esperar dos semanas", recordó el papá. "Mientras analizábamos esa situación -añadió- me llamó el subdirector del hospital quien me dijo que nos derivaban a Salta".
Tres intervenciones
"Es para destacar la decisión del doctor Carlos Moreno, del hospital público Materno Infantil de Salta, de llamarnos para que esperáramos a Facundo".
En junio, Facundo fue sometido a una segunda intervención. Fue la cirugía de catarata, pero en ese momento los médicos todavía dudaban de la conveniencia de ponerle el lente porque había que sacar la catarata para poder realizar la extracción del cuerpo extraño. Finalmente, le pusieron el lente intraocular, el cuerpo extraño estaba inerte, sin signos de actividad.
Luego de esta intervención, los profesionales planificaron el tercer procedimiento que era complicado de realizar en el sector público porque requiere equipamiento, tecnología y capacitación. Nazer Chaud desatacó que en la provincia "son muy pocos los profesionales capacitados para este tipo de cirugía. Sin embargo, logramos hacerla en este hospital público, por primera vez en Salta y creo que en provincias vecinas". El cuerpo extraído aparenta ser de plástico y tiene 8 milímetros de diámetro.
El médico puso de relieve que ahora están tratando de recuperar la función del ojito "y vamos muy bien", remarcó el profesional, quien adelantó que "también tenemos que estimularlo para lograr el desarrollo de la agudeza visual pareja con el otro ojito".
La última operación de Facundo fue el pasado martes 17 y fue realizada por un equipo encabezado por el doctor Daniel Kolton.
"Solo estos padres saben lo que se padece con este tipo de accidentes, además del pequeño que tiene que someterse a estudios e intervenciones de distinta naturaleza y riesgo para poder recuperarse", resaltó el médico y añadió: "Esta familia tiene otra vida desde el accidente del año pasado, con idas y venidas, desvelos, angustias; hay que tomar conciencia de los riesgos que supone la manipulación de la pirotecnia".
"Estamos cansados de recibir y tratar, todos los años, a chicos quemados, accidentados y padres desesperados. Hay que evitar que esto se repita, pero para eso hay que extremar los recaudos", remarcó el oftalmólogo.
"Facundo -continuó- pasó de la Navidad anterior hasta casi la actual con el serio problema en la vista por el accidente con pirotecnia; tenemos que evitar que esto se repita",sostuvo el profesional.