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25 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Un soldado salteño, que dejó su vida en Malvinas, ya no es “solo conocido por Dios”

Oscar Humberto Blas es uno de los comandos que fue reconocido entre quienes estaban como NN en el cementerio de Darwin. Su esposa y su hijo contaron a El Tribuno la historia de la familia, antes y después de la guerra de 1982.
Sabado, 23 de diciembre de 2017 19:45

Ella lo esperaba. Les decía a sus hijos que se portaran bien porque en cualquier momento llegaría su papá a poner orden. Lo soñaba todas las noches y eso traía buenas noticias. Pensaba que quizás el había quedado prisionero de los ingleses tras la guerra pero, con el paso de los años, la idea le pareció absurda...
Hace unas semanas, después de más de 35 años, Nora Juárez tuvo la certeza de que su marido había muerto el 30 de mayo, apenas tres días después de haber llegado a las islas Malvinas. Hoy sabe que el descansa en paz y disfruta de permanecer en suelo argentino, allá, rodeado del mar Atlántico y junto a cientos de compañeros que, como el, dieron su vida por defender la soberanía argentina.

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Ella lo esperaba. Les decía a sus hijos que se portaran bien porque en cualquier momento llegaría su papá a poner orden. Lo soñaba todas las noches y eso traía buenas noticias. Pensaba que quizás el había quedado prisionero de los ingleses tras la guerra pero, con el paso de los años, la idea le pareció absurda...
Hace unas semanas, después de más de 35 años, Nora Juárez tuvo la certeza de que su marido había muerto el 30 de mayo, apenas tres días después de haber llegado a las islas Malvinas. Hoy sabe que el descansa en paz y disfruta de permanecer en suelo argentino, allá, rodeado del mar Atlántico y junto a cientos de compañeros que, como el, dieron su vida por defender la soberanía argentina.

Comando 602


El 25 de mayo de 1982 Oscar Humberto Blas, salteño, de 32 años, estaba feliz. El Ejército había decidido crear la Compañía de Comando 602 y el, que estaba destinado en Salta, había sido convocado para integrarla. Era su sueño y para eso se había preparado toda su vida. Nada lo frenó. Su esposa le imploraba que no fuera, le recordaba que tenía tres hijos pequeños, que la dejaría sola y, quizás, embarazada. Sin embargo, no lo dudó: “El 90% de mi vida es para el Ejército y el 10%, para vos”, le dijo.
Tras pasar por Buenos Aires, el 27 de mayo llegó a las islas y el pecho se le infló de orgullo y el aire fresco entró a sus pulmones. El amanecer del 30 con su compañero, Rubén Eduardo Márquez, se infiltró tras las líneas enemigas y, tras caer en una emboscada, combatió para que sus camaradas se replegaran. Así, Blas y Márquez dieron su vida para que sus compañeros se salvaran. 
Los comandos ingleses -la SAS (Servicio Aéreo Especial, en castellano), considerada la fuerza especial mejor del mundo- se sorprendieron por el arrojo de estos comandos argentinos que jamás pensaron en rendirse.
El cuerpo de Oscar quedó allí, en Bluff Cove Peak, y, tras la guerra, los británicos lo llevaron al cementerio de Darwin, que quedaba bastante lejos. Lamentablemente no vieron que llevaba colgada la plaqueta de identificación (ver foto) con su nombre, apellido y cargo inscriptos. Los compañeros, que habían logrado retirarse, no vieron nunca su cuerpo... Solo oyeron las granadas. 
Desde entonces, Oscar Blas fue considerado como “desaparecido en combate”, fue ascendido de inmediato por haber dado su vida por sus camaradas y fue condecorado con la medalla de “heroico valor en combate”. 

NN con nombre y apellido
En 2008 comenzó el proyecto para devolver la identidad a 121 soldados, cuyos restos estaban enterrados en Malvinas con una placa de mármol, que decía: “Soldado argentino solo conocido por Dios”. Julio Aro, veterano de la guerra, creó entonces la Fundación No me Olvides y empezó a moverse para llevar la verdad a las madres que desconocían bajo cuáles de todas las cruces blancas estaban sus hijos. Dos años después se sumó la periodista Gabriela Cociffi, quien había cubierto la guerra y, tras esta experiencia, aseguró que no volvió a ser la misma persona. Ella contactó al músico británico Roger Waters, quien no dudó en apoyar la causa y llegó a entrevistarse con la expresidenta Cristina Fernández.
Después de muchísimas idas y vueltas, el proyecto se concretó y este mes el Gobierno empezó a informar a 107 familias sobre la identidad de 88 soldados. El trabajo implicó un acuerdo entre la Argentina y el Reino Unido, la intervención de la Cruz Roja Internacional, el trabajo de forenses de 12 países y la certificación de tres laboratorios en la Argentina, Gran Bretaña y España.

</SUBTITULO>D.B.5.10
Cuando abrieron el cajón de Oscar Blas, los forenses se emocionaron. Era el primer cuerpo que tenía la plaqueta de identificación. El cuerpo estaba entero y la causa de muerte determinada fue “secuelas de guerra”. El 30 de junio último fue el día que exhumaron e inhumaron sus restos. Su ubicación en el cementerio era D.B.5.10, que significa “Darwin, sector B, fila 5, hilera 10”.
A pesar de que la placa tenía su nombre, la prueba de ADN daría la respuesta cierta. Por eso, su esposa Nora y su hija menor, Lucía, fueron donantes. El 7 de diciembre, a las 12, recibieron la noticia de que la compatibilidad era del 99,99%. Lucía, que estaba en la panza de su mamá el día que Oscar partió a Malvinas, sabe ahora, sin dudas, que su padre fue el héroe que murió en Malvinas. x
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